La profesionalización en la enseñanza de matemáticas
Por Felipe Sánchez
Saltillo, Coahuila. 22 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- La enseñanza de matemáticas en México es una asignatura contemplada desde los niveles básicos de educación. La impartición de matemáticas tiene diversos aspectos a considerar para su realización como son las necesidades de los estudiantes, la formación del profesor, materiales acordes con las necesidades de enseñanza, etcétera.
El estudio de todos estos y más factores es tarea de una disciplina llamada matemática educativa (ME), que no se limita únicamente a las “buenas explicaciones” de los temas matemáticos a los estudiantes, va más allá.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Alibeit Kakes Cruz, doctor en ciencias matemáticas, profesor investigador y coordinador de la maestría en matemática educativa de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec), nos habla a detalle sobre esta disciplina.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es la matemática educativa?
Alibeit Kakes Cruz (AKC): Se debe precisar, ante todo, que la matemática educativa (ME) es una disciplina científica. Se ocupa principalmente de estudiar, comprender y atender los fenómenos relativos a las relaciones entre enseñanza y aprendizaje de las matemáticas en situación escolar, pero no solo eso. En los últimos años, la ME ha explorado los usos del conocimiento matemático en la vida de las personas, en sus sitios de trabajo, en las prácticas cotidianas, encontrando así otros marcos de referencia para la intervención escolar.
Es obligado decir que como la ME es una disciplina científica no se reduce a la búsqueda de “buenas explicaciones” o “buenas maneras de enseñar” una cierta noción matemática, sino que también enfrenta los fenómenos didácticos que aparecen en el aula. Para ello, la ME cuenta con marcos teóricos que nacen desde la misma disciplina y metodologías propias para la toma de datos y la conformación de evidencia empírica, por lo que es una disciplina experimental y pragmática.
Todo lo ya dicho permite afirmar que el objetivo de la ME es intervenir en el sistema didáctico de manera benéfica, mejorar los contenidos curriculares, apoyar en la formación de profesores, en la elaboración de libros de texto, etcétera, de manera que afectemos en el aprendizaje de los estudiantes y que ellos consideren la matemática como un conocimiento vivo, que se desarrolla, pero que además le permite resolver sus problemas del día a día.
AIC: ¿Cuál es la importancia de la profesionalización en la enseñanza de las matemáticas desde la perspectiva científica, educativa?
AKC: El profesional de la matemática educativa no es solamente un profesor que imparte “buenas clases” o “imparte bien su asignatura” de manera que “todos” entiendan. No debemos confundirnos, la ME no se refiere a la “comunicación efectiva de la matemática”. Es decir, al interior de la comunidad de matemáticos educativos se hacen cada vez más evidentes las problemáticas y complejidades de los fenómenos estudiados, por lo que se requiere de personas capaces para enfrentarlos, pero formados profesionalmente para ello. De esta forma no basta con saber “muchas matemáticas”, lo cual es sumamente importante, imprescindible, sino que se tiene que contar con herramientas teóricas, metodológicas para reconocer las problemáticas asociadas a la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas, de manera que el salón de clases sea nuestro laboratorio experimental, de ahí la necesaria profesionalización en ME.
Es por ello que la profesionalización en ME significa para mí reconocer que esa disciplina es un campo de investigación y un campo de práctica, tomando esa idea de una investigadora francesa, Michèle Artigue. Pero hay más. Como disciplina científica, la ME tiene poco más de 50 años y nace como una necesidad para enfrentar las problemáticas en el aprendizaje de las matemáticas y para comprenderlas. Nace, desde mi punto de vista, desde su misma esencia como una disciplina transdisciplinaria, porque se vale de ideas de la psicología, de la pedagogía, de la misma matemática, de la educación, incluso de la filosofía y sociología, puesto que el problema al que se enfrenta es complejo y requiere de una mirada contemporánea a las necesidades actuales de nuestras sociedades. La ME es una respuesta a la complejidad de la problemática actual que subyace a los procesos de enseñanza y aprendizaje. El objeto de estudio de la ME no es trivial.
AIC: ¿Cuál es la temática de los proyectos que realiza actualmente la Uadec sobre matemática educativa?
AKC: Nos enfrentamos a un problema que tiene muchas aristas, por mencionar algunas: los estudiantes, sus necesidades, intereses, problemáticas; el profesor, su formación y continúo desarrollo profesional; el currículo y la necesidad de contar con más y mejores materiales acordes con los requerimientos de nuestras sociedades.
Los proyectos que actualmente realizamos tienen que ver con la atención a problemáticas bien detectadas en estudiantes de distintos niveles, como por ejemplo, el aprendizaje de la razón de cambio, las implicaciones de incorporar la tecnología para el aprendizaje de las matemáticas, temáticas relacionadas con las ecuaciones diferenciales en el nivel superior, la noción de variable en estudiantes que recién se enfrentan a las funciones y la resolución de problemas.
Pero también estamos interesados en entender los materiales (libros de texto y programas de estudio) con que cuentan los profesores de secundaria y apoyarlos con alternativas basadas en resultados contemporáneos de investigación en ME, como lo es la modelación matemática. Además, estamos interesados en reflexionar junto con la comunidad de profesores de secundaria de dichos resultados de investigación y hacer de la ME un marco de referencia al cual los profesores puedan recurrir ante las problemáticas que viven día a día en sus salones de clases.
AIC: ¿Tienen contemplados proyectos en vinculación con otras instituciones públicas o del sector privado?
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AKC: Tenemos el reto que abordaremos a través de un proyecto de mi compañero investigador José David Zaldívar, que sería llevar la matemática a todos, que se tome más en cuenta a quién le enseñamos matemáticas y para qué la estamos enseñando. Enseñar matemáticas a todos, preciso: comunidades minoritarias, comunidades con discapacidades, en fin, tomar en cuenta las emociones y las cuestiones de equidad y justicia para que logremos hacer del aprendizaje de las matemáticas un disfrute para nuestros estudiantes. Para todo esto, estamos en pláticas con la Secretaría de Educación de Coahuila, para realizar un proyecto en forma.
Por otro lado, contamos con la maestría en matemática educativa, aquí en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Uadec, dirigida a egresados en las áreas de educación básica, media superior y superior, además de diversas ingenierías. Es parte del PNPC (Programa Nacional de Posgrados de Calidad) y tiene el objetivo de formar y egresar maestros en matemática educativa con capacidad para impartir docencia en los niveles de educación básico y medio superior, con la finalidad de aplicar sus conocimientos en didáctica y teorías de aprendizaje tanto en investigaciones aplicadas como teóricas.
AIC: ¿Cuál cree que es el futuro de la matemática educativa?
AKC: Desde mi punto de vista, la matemática educativa se ha alejado, sin desecharlos, de trabajos de carácter cuantitativo y está deslizándose a investigaciones más cualitativas de carácter interpretativo. Se puede observar ese deslizamiento al incorporar, en las investigaciones, dimensiones sociales y culturales de la realidad escolar que viven nuestros estudiantes, incluso hay posturas que atienden dimensiones políticas de la educación en matemáticas.
Otra muestra de cómo se vislumbra el futuro de la ME viene dada por la diversidad de enfoques teóricos que conviven dentro de la disciplina. Por ejemplo, el enfoque socioepistemológico para explicar la construcción social del conocimiento matemático, atendiendo las cuatro dimensiones del saber: la epistemológica, la didáctica, la cognitiva y la social.
Incluso, hay trabajos que exploran escenarios no escolares donde se trata de identificar cómo las personas usan la matemática, usos que en ocasiones no tienen la misma forma que la establecida en la escuela, entonces, ¿por qué seguimos enseñando lo mismo? Responder esa pregunta es, ya, un tema de investigación. Esas pocas observaciones, otras que me he encontrado en la literatura y mi experiencia personal como maestro me hacen afirmar que son muchos los retos que enfrentará la ME en el futuro, por ejemplo, la consolidación como un campo práctico con resultados tangibles y que impacten en el currículo, el estudiante y el profesor.
Me parece también que se incrementarán los trabajos que toman como objeto de estudio al profesor de matemáticas, su formación y su continuo desarrollo profesional, que entiendo como su profesionalización. De hecho, este es uno de los movimientos en todo el mundo, basta con ver en México que el profesor de matemáticas vive continuos procesos de evaluación en la búsqueda de una educación de calidad para nuestros estudiantes, así que se vuelve imperante que los investigadores realicen esfuerzos, por ejemplo, para desarrollar planes de estudios mejor adaptados a las necesidades de los estudiantes y a las necesidades sociales que nuestro mundo nos solicita.
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