Club Infantil de la Ciencia en Zacatecas
Por Érika Rodríguez
Zacatecas, Zacatecas. 27 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Detrás de cada científico hay una historia, en donde desde la infancia suele intervenir la curiosidad como un factor que contribuye a su aprendizaje. Si sus habilidades son estimuladas, podrán mantenerse, pero la experiencia se enriquece si es acompañado. Miguel García, Jesús Ornelas, Kevin Tovar y Carlos Martínez son algunos ejemplos de personas que han pasado por el Club Infantil de la Ciencia en Zacatecas, y que hoy en día se dedican formalmente a la divulgación o tienen la intención de estudiar ciencias o ingeniería.
“Ingresé al club hace más de 16 años, recuerdo que los conocí por una actividad de la primaria en la que estaba, fue en la Alameda y me llamaron la atención sus actividades. Al día siguiente asistí al club, hice muchos amigos y de forma recreativa me ayudaron a resolver muchas dudas que yo tenía sobre cómo funcionaba el mundo. Hoy en día soy estudiante de biología de la UAZ y hasta la fecha continúo activo como apoyo al club”, expuso Jesús Ornelas.
Con métodos didácticos diferentes a los que promueve la educación formal, a través del Club Infantil de la Ciencia, niños y jóvenes de Zacatecas tienen la oportunidad de ser protagonistas de experiencias científicas de una manera divertida. Esto ha mantenido al club activo luego de 28 años de su fundación, en el Museo de Ciencias de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), fungiendo como semillero de la divulgación científica en el estado, pues se calcula que aproximadamente 900 niños y jóvenes han formado parte de este club.
“El Club Infantil de la Ciencia inició con el afán de que los niños pudieran experimentar, jugar, acercarse y aprender ciencia de una manera divertida. En sus inicios, las actividades eran esporádicas, hasta 1992, que comenzamos a reunirnos cerca de 10 niños los viernes en la tarde; lo digo porque yo también fui un niño del club, junto con mis hermanos y mis primos. En ese entonces el club estaba a cargo del ingeniero Antonio Villarreal, José de Jesús Larios, Catarino del Hoyo y Octavio Campuzano, quienes eran el personal académico del Museo de Ciencias”, relató el doctor Miguel García Guerrero, actual coordinador del Club Infantil de la Ciencia.
En 1995 fue creado el primer grupo de divulgación científica que colaboró con el Club Infantil de la Ciencia hasta 2001, cuando nació el grupo juvenil Quark, hoy encargado formalmente de las actividades del referido club, que fomenta una evolución de temas simples a complejos y, finalmente, genera un mayor grado de permanencia.
“Actualmente en el grupo Quark hay más de 20 jóvenes divulgadores que fueron niños del club. Nosotros estamos convencidos de que los resultados de la divulgación es muy difícil que aparezcan en una hora, una semana o un mes; creemos que el impacto es a largo plazo, ya que es como una chispa que necesita combustible para mantener la flama encendida, por lo que creemos que son muy importantes los clubes de ciencia, porque brindan la oportunidad de mantener esta flama y no necesariamente para formar científicos, sino para que se apropien de la ciencia en su pensamiento crítico respecto a los fenómenos de su alrededor”.
Kevin Tovar Hurtado, estudiante del último semestre de preparatoria del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) No. 18, expuso que desde que tenía nueve años ingresó al Club Infantil de la Ciencia, para posteriormente integrarse al Grupo Quark y continuar con su actividad de divulgación e impartición de talleres.
“Los tres años que estuve en el club me resultaron muy provechosos porque me despertaron el interés por las ciencias como la física, además de impulsarme a desarrollar proyectos a partir de mis ideas. Recuerdo cuando asistí al taller de la tela relativista, me gustó muchísimo. Actualmente me proyecto a estudiar ingeniería mecatrónica, ya que me interesa desarrollarme profesionalmente en el ámbito de la física aplicada”, expuso.
Relacionar los fenómenos que ocurrían a su alrededor con lo aprendido en el Club Infantil de la Ciencia, fue una de las motivaciones para Carlos Martínez Castillo, quien se encuentra en proceso de admisión para ingresar a la carrera de ingeniería química en la UAZ.
“Desde pequeños, tenemos dos preguntas constantes: qué y cómo; cuando yo tenía una duda, sabía que alguien del club me podría ayudar a resolverla y de una forma interesante. Algo que yo creo que es de lo que más ayuda al club es componerse por voluntarios, ya que no explican por obligación, sino que participan con mucho gusto y lo transmiten a los niños, quienes finalmente adquieren el agrado por aprender”, expresó.
¿Cuál es el impacto del Club Infantil de la Ciencia en Zacatecas?
Bajo la creencia de que los clubes de ciencia pueden influir en las vocaciones de las personas, el Museo de Ciencias realizó una encuesta durante 2017 para analizar el impacto de su actividad a lo largo de los años. De una base de datos de más de 712 participantes del club —registrados entre 2002 y 2016— obtuvieron 244 respuestas, correspondientes a 34.3 por ciento, como una muestra representativa.
“En esta encuesta encontramos que más de 70 por ciento se enteró del club por recomendación, no por publicidad en medios de comunicación, redes sociales ni volanteo; aunque más de 55 personas participaron solo un semestre, fueron 100 quienes estuvieron entre dos y cuatro semestres, 39 entre cinco y siete semestres, 37 entre ocho y 11 semestres y 13 se mantuvieron activos entre 12 y 16 semestres, lo que significa que tuvieron siete años de permanencia en el club”, indicó Miguel García Guerrero.
El doctor en estudios del desarrollo informó que entre las experiencias positivas que les dejó participar en el club, de 244 personas —con la opción de marcar varias respuestas—, 87 dijeron que encontraron una vocación científica, 152 que obtuvieron una buena convivencia con los demás participantes, 192 aprendieron cosas útiles que les sirvieron para la escuela, a 199 les ayudó a comprender fenómenos a su alrededor y 215 afirmaron que se divirtieron.
“Que la respuesta más popular haya sido que encontraron el club divertido fue algo que nos gustó mucho, porque quienes estamos a cargo del club sabemos que quien no se divierte no va a regresar; entonces lo primero que buscamos es que pasen momentos agradables y a partir de ahí que obtengan el aprendizaje. Además, también buscamos conocer nuestras áreas de oportunidad, por lo que les preguntamos qué no les gustó del club y la respuesta más frecuente —de 60 personas— fue que las actividades podrían llegar a ser repetitivas; este es un gran reto ya que en un año hacemos aproximadamente 200 actividades y es complicado no repetir alguna o que ninguna coincida con las del año anterior, tomando en cuenta que cuando una actividad les gusta mucho, la programamos nuevamente”.
Para profundizar en el impacto a largo plazo de las vocaciones del Club Infantil de la Ciencia, en la encuesta se les preguntó a qué se dedican actualmente, de los que 64 continúan en primaria, 50 en secundaria, 46 en preparatoria, 73 en la universidad o ya la concluyeron y 11 en posgrado. De los estudiantes de preparatoria, 23 expresaron la intención de entrar a ciencias básicas —física, matemáticas, química, biología— o ingenierías, 10 a ciencias de la salud, cinco a ciencias sociales, tres a agropecuarias y seis a humanidades y otras carreras.
“Nosotros estamos conscientes de que estos no son resultados únicamente de nuestro trabajo, porque si el niño vino al club es altamente probable que él ya tuviera cierta inclinación por las ciencias, que los papás tenían interés por que se involucrara en estas áreas y otras posibles causas; pero también sabemos que pudimos impulsar sus vocaciones —en este caso— hasta culminar la preparatoria”, expuso el también físico.
De los 84 que actualmente están en la universidad o posgrado, 13 estudian ciencias básicas, 25, ingenierías, 14, ciencias de la salud, 15, ciencias sociales, dos, agropecuarias, cinco, humanidades, cuatro, educación y seis, otras carreras diversas. “Con estos datos aún no podemos afirmar que el club haya sido la influencia de estas personas, pero sí notamos una correlación entre su participación en el club y el deseo de dedicarse profesionalmente a algo que tenga que ver con ciencia y tecnología”.
¿Cuáles son las utilidades de esta encuesta?
Miguel García Guerrero expuso que un paso importante es dar a conocer los resultados de esta encuesta, ya que independientemente de las temáticas que manejen este u otros clubes, por medio de estos resultados se puede demostrar que la presencia de actividades constantes sobre ciencia puede influir o impulsar en la sociedad el potencial científico.
“Estos resultados pueden demostrar el impacto que tienen los jóvenes cuando colaboran en este tipo de clubes e incentivar a que se abran más espacios de esta naturaleza. Buscamos replicar y sistematizar el modelo de nuestro club para que quien se encuentre interesado haga clubes semejantes. También buscamos llamar la atención a quienes ya tengan sus clubes para que también midan su impacto y complementar la justificación en los apoyos que solicitemos, construyamos colaboraciones y podamos reforzar la actividad científica en nuestro país”.
García Guerrero sostiene que aunque México ha reforzado sus estrategias de divulgación, muchas de las actividades de esta índole impactan una o dos veces al año, por lo que no se puede dar seguimiento y es ahí en donde implica la importancia de los clubes de ciencia por la constancia que se le brinde.
“Sabemos que nuestro club, como cualquier otro, no puede lograr que absolutamente todas las personas se sientan cómodas y lo disfruten, pero cuando viene un niño nuevo, yo le digo que vale la pena conocer y probar para saber si le gusta o no lo que tiene a su alcance, al igual que con otras experiencias, como cuando conoció la pizza o el chocolate, ya que asistir a un club como este es una nueva forma de vivir la experiencia de la ciencia y queremos invitarlos a vivirla”.
• El Club Infantil de la Ciencia en Zacatecas se reúne todos los sábados de periodo escolar y está orientado para niños y jóvenes de cinco a 15 años de edad. Las actividades serán reanudadas a partir del sábado 25 de agosto.
Jardín Juárez, No. 147, Centro Histórico, Zacatecas, Zacatecas
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