Alejandro Cornejo Rodríguez, precursor de la óptica en México
Por Dalia Patiño González
Tonantzintla, Puebla. 3 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Considerado como uno de los pioneros del estudio de la óptica en México, el doctor e investigador emérito del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Alejandro Cornejo Rodríguez, reconoce que entre sus principales orgullos está el diseño y construcción de la óptica de telescopios que actualmente funcionan en México, así como ver a sus alumnos dedicarse a esta área de la física, la cual, asegura, tiene mucho potencial en nuestro país.
Alejandro Cornejo Rodríguez, originario de la Ciudad de México, creció y vivió en la colonia Guerrero. Es un apasionado no sólo de la óptica, también de México y su historia. Llama la atención que entre discretas risas mencione que de no dedicarse a la ciencia le hubiera gustado ser revolucionario, cuando de alguna forma lo ha sido dentro de su área.
A unos meses de que se celebre el 45 aniversario de la creación del INAOE, el doctor Cornejo recuerda que su camino en la óptica inició en 1962 cuando hizo su tesis de licenciatura en física con el tema Cálculo numérico de sistemas ópticos.
“Me gradué en 1964 y ese mismo año me fui a estudiar una maestría al Instituto de Óptica en Rochester, Nueva York. En 1967 regresé a México para trabajar en óptica; posteriormente, en 1982 hice mi doctorado en el Instituto Tecnológico de Tokio, en Japón”.
El doctor Cornejo Rodríguez recuerda que la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estaba cerca de la Torre de Ciencias, donde solía visitar a su amigo Manuel Peimbert Sierra, allí había un taller de óptica para lentes, ese fue su primer acercamiento, pero la influencia de los doctores Daniel Malacara y Guillermo Haro determinó su inclinación por el área.
“Yo quería ser ingeniero civil porque me gustaban las matemáticas, después no sé en qué momento desvié el camino, pero llegué a física y me encantó, ahí conocí al doctor Guillermo Haro Barraza, a quien considero mi ídolo intelectual y científico. Él nos invitó a estudiar un posgrado en óptica en la Universidad de Rochester, que en ese entonces era la única institución especializada en el área, pues desde ahí operaba la empresa Kodak y otras compañías importantes del ramo que después desaparecieron con la tecnología de los japoneses”.
Para el doctor Alejandro Cornejo, obtener una beca en el extranjero no fue un proceso complicado, gracias a las gestiones del doctor Guillermo Haro con el entonces Instituto Nacional de Investigación Científica (INIC) se ofertaron becas para que estudiantes mexicanos cursaran una especialidad fuera del país.
“Estudiar en el extranjero no fue difícil. Casi nadie se pregunta quién es el papá del Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), pero fue el Instituto Nacional de Investigación Científica, que estaba ubicado en la Biblioteca de México. El INIC daba apoyos a profesores investigadores para compensar su salario, pero a principios de los años 60, Guillermo Haro, Eugenio Méndez Docurro y otros científicos promovieron que se otorgaran becas a los estudiantes”.
Es así como en 1964 aparecen los primeros carteles de promoción para alumnos en áreas de óptica, electrónica, química, física y metalurgia. De esa forma, Alejandro Cornejo, Oswaldo Harris, Manuel Peimbert, Silvia Torres, Fernando del Río y Ubaldo Rodarte, por mencionar algunos, viajaron al extranjero para estudiar un posgrado, con la convicción de regresar a México y refrendar el compromiso con Guillermo Haro.
El campo de la óptica en México se abre camino
En 1965 se da el arranque formal de la óptica en nuestro país cuando el doctor Daniel Malacara regresa, tras concluir su doctorado en óptica, a México. En 1967, Alejandro Cornejo y Oswaldo Harris habían terminado su maestría en esta área, sumándose a Daniel Malacara trabajan de manera formal en el Departamento de Óptica del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, liderado por Guillermo Haro.
“El propósito era apoyar con la instrumentación astronómica. Sin embargo, también exploramos otras áreas. Hicimos un rayo láser de gas helio neón, que fue utilizado para alinear el metro en la Ciudad de México. También se impulsó la holografía con aplicaciones múltiples, un ejemplo es el holograma que se usa en las tarjetas de crédito”.
Respecto a la instrumentación astronómica, el doctor Cornejo Rodríguez recuerda con mucho orgullo haber participado de manera directa en el diseño y construcción de la óptica de dos telescopios astronómicos, uno de 84 centímetros de diámetro, montado en el Observatorio Astronómico Nacional (OAN) en San Pedro Mártir, Ensenada, Baja California; y otro de 2.12 metros, instalado en Cananea, Sonora, en el Observatorio Guillermo Haro, perteneciente al INAOE.
“Construimos un espejo de 2.12 metros de diámetro para el telescopio óptico Ritchey-Chrétien, localizado en Cananea, Sonora. También en 1979, cuando fue el eclipse de sol se hicieron filtros y dos cámaras fotográficas que registraban los resultados de la trayectoria de la luz y cómo se doblaba al pasar el sol, entre otros proyectos”, recuerda el doctor Alejandro Cornejo.
Fundación del INAOE
Para 1971, Guillermo Haro considera que hay que dar más impulso al Departamento de Óptica, lo mismo que a electrónica. Fue en noviembre de ese mismo año cuando se funda el INAOE.
“Todo se fue creando a la par de las investigaciones y la tecnología la fuimos haciendo porque había muchas ganas de trabajar y hacer ciencia; los frutos ahí están porque más jóvenes se interesaron por la óptica y por la astronomía”, refiere.
Fue en 1972 cuando el INAOE ofrece su maestría en óptica y un año después el posgrado en electrónica, a partir de esa fecha con altas y bajas se logra un flujo de estudiantes que hasta el día de hoy se mantiene y que a lo largo del tiempo ha permitido la creación de otros centros de investigación que han impulsado estas áreas en México.
Alejandro Cornejo recuerda que el proceso de reclutamiento de estudiantes fue difícil por la competencia con instituciones como el Politécnico o la UNAM, el INAOE decide entonces abrir las puertas no solo a los físicos sino a los ingenieros, a quienes ofreció la especialidad en óptica, además de electrónica. A distancia, después de varias décadas, los resultados están latentes con varias generaciones de egresados.
La biblia de la óptica, un referente mexicano
México es muy fuerte en óptica, tenemos la capacidad de concebir, diseñar y construir instrumentos ópticos de muy alta tecnología, añade el doctor Cornejo, quien asegura que una muestra de esto es el libro Optical Shop Testing, uno de los más consultados en esta especialidad, con traducciones al inglés, chino, japonés y ruso.
“Para nosotros los mexicanos que trabajamos en esta área es un orgullo este libro porque es como la 'biblia de la óptica' en la metrología de superficies y sistemas ópticos, no solo en México sino en todo el mundo”.
El libro, editado por Daniel Malacara, nace y se hace al resguardo del INAOE desde 1973 hasta 1978, año en que se publica, registrando dos ediciones más en 1992 y 2007, respectivamente. Todas ellas, publicadas por la editorial científica Wiley, que al cumplir 200 años de trabajo, como acto conmemorativo publicó una selección especial de los mejores libros de ciencia en su acervo, siendo seleccionado Optical Shop Testing.
Por su parte, Alejandro Cornejo Rodríguez también contribuyó en esta obra con el capítulo 9 titulado “La prueba de Ronchi”, en la que detalla el uso de este método, usado cualitativa y cuantitativamente en la elaboración de superficies ópticas.
Optical Shop Testing es un recuento detallado de los problemas científicos y tecnológicos que fueron resueltos para la construcción del telescopio de 2.1 metros de diámetro, ubicado en Cananea, Sonora. En él se exponen las pruebas ópticas que se realizaron para obtener un espejo —parte fundamental del telescopio—, con una precisión en términos de la longitud de onda de la luz.
"Haber contribuido al inicio de la óptica en nuestro país es una gran satisfacción, ser uno de los pioneros, junto con un grupo de compañeros que siempre hemos estados dispuestos a apoyarnos, a ver crecer la óptica e impulsarla para resolver problemas y abrir nuevas áreas, eso me llena de orgullo”, afirmó.
Conexión con la sociedad
Alejandro Cornejo le tiene un gran respeto no sólo al doctor Guillermo Haro, también admira a Raúl Álvarez Garín, uno de los líderes del movimiento estudiantil de 1968, a Rubén Jaramillo y al Ejército Zapatista.
A la entrada del INAOE se encuentra un pequeño kiosco cubierto con notas periodísticas que dan una idea de lo que pasa en el país y el mundo. El doctor Cornejo cambia los recortes con regularidad desde hace años, en ese espacio busca dar a sus compañeros algo que él aprecia fundamental para un científico, la conexión que se debe mantener con la sociedad y lo que lo rodea.
“Soy un ser normal que gusta de ver lo que pasa alrededor. Me interesa mucho mi país y ahora me preocupa porque tuve la fortuna de vivir en una época en que las cosas eran diferentes, pero hasta donde me queden fuerzas trabajaré para cambiar la forma en que estamos viviendo”, concluyó.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.