Juan Carlos Hernández Marroquín, un teledoctor
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. 10 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Prepararse integralmente para afrontar retos es un estilo de vida para el doctor Juan Carlos Hernández Marroquín. Fue esta ideología la que lo impulsó a prepararse como médico, cirujano, ingeniero y doctor para dominar la telemedicina.
Quien hoy es el coordinador de Telemedicina de la Facultad de Ciencias de la Salud en la Universidad Anáhuac México, compartió su historia en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Con una historia de médicos en la familia, el joven Hernández Marroquín se decantó por esta carrera. “Desde niño cargaba libros de anatomía y cirugía a los que no entendía mucho pero mi papá —también médico— me los compraba. Me llevó varias veces a su quirófano y desde entonces quise estudiar medicina y especialmente cirugía”, compartió.
Tras graduarse como médico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se especializó en cirugía general en el Hospital Ángeles del Pedregal. Complementó sus estudios con un diplomado en administración de hospitales de la Asociación Mexicana de Hospitales (AMH).
En el año 1998, tomó un diplomado en la UNAM sobre telemedicina espacial, donde fue pupilo del doctor Ramiro Iglesias Leal. Este nuevo conocimiento cambió los planes del galeno, quien se propuso entonces adentrarse en el mundo de la telemedicina, para lo cual hizo estancias en el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, ubicado en Cáceres, España, en 1999.
Sin embargo, Hernández Marroquín pensó que para ser un verdadero telemédico debía entender tanto la parte médica como la tecnológica de esta rama de la ciencia. Por ello regresó nuevamente a las aulas, esta vez de la Universidad Anáhuac, para estudiar la maestría en ingeniería industrial con especialidad en tecnologías de la información.
“Para que pudiera ser el director en jefe o dueño de un proyecto de telemedicina, tenía que hablar el idioma de los ingenieros. Eso me lleva a quitarme el velo de la zona de confort y ser un estudiante de ingeniería. Eso me ayudó mucho como persona”, aseguró.
Su preparación se vio completa con un doctorado en innovación tecnológica con responsabilidad social, también en la Universidad Anáhuac, mismo que recientemente terminó.
“Me agrada muchísimo que el día que me aburro o ya no quiero ser doctor, puedo ser ingeniero; cambio de tema en cuestión de segundos”, señaló.
Medicina a distancia
Acorde con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la telemedicina implica “aportar servicios de salud, donde la distancia es un factor crítico, por cualquier profesional de la salud, usando las nuevas tecnologías de la comunicación para el intercambio válido de información en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades o lesiones, investigación y evaluación, y educación continuada de los proveedores de salud, todo con el interés de mejorar la salud de los individuos y sus comunidades”.
Hernández Marroquín hizo de este su principal campo de trabajo, en donde ha liderado y participado en diversos proyectos en el país. De 2000 a 2005, fungió como director del Programa de Telemedicina Anáhuac, mismo que fue ganador de distintos premios, como los otorgados por la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), por haber llevado a comunidades de Jalisco, Oaxaca, Guerrero y Michoacán atención en las áreas de gastroenterología, nutrición, cirugía, ginecología, medicina interna, psicología y pediatría.
Bajo su liderazgo, el Programa de Telemedicina Anáhuac fue reconocido por la OMS, se hizo miembro de la Asociación Americana de Telemedicina (ATA, por sus siglas en inglés) y fue integrante del Comité Interinstitucional de la Secretaría de Salud en el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (Cenetec), como asesor en telemedicina.
Durante los seis años que duró el programa en estas comunidades, se llegaron a otorgar hasta 20 mil consultas al mes de diferentes servicios médicos, a través de 16 unidades móviles provistas con infraestructura para enlaces satelitales, que conectaban a los médicos especialistas ubicados en distintas urbes con los pacientes de comunidades alejadas.
El proyecto más próximo a comenzar bajo el liderazgo del doctor Hernández Marroquín será en el estado de Chiapas, donde trabaja en una iniciativa para llevar servicios médicos a 35 comunidades indígenas del estado sureño.
Vida laboral
Desde sus días como estudiante de medicina y por los siguientes 19 años, Hernández Marroquín fungió como coordinador del área de enseñanza de cirugía y videoconferencias en la UNAM, durante el turno matutino. Asimismo, desde entonces dedica las tardes a recibir pacientes en su consultorio privado.
Con una experiencia de 33 años como catedrático a nivel superior, tanto en sistema público como privado, el doctor valora especialmente tener un acercamiento con los jóvenes, a quienes busca inspirar para ser profesionales completos con vocación de servicio.
“Tengo un par de alumnos que, además de ser médicos, ya están estudiando ingeniería, me salió bien y sembré la intención adecuada. Es satisfactorio saber que estoy incidiendo en estas visiones diferentes, en no cerrar a los estudiantes a enfocarse solo en medicina, sino en varias áreas del conocimiento. Y es que creo que en pleno siglo XXI si no eres multitareas y no tienes visiones diferentes, se limita mucho tu actuar profesional”, afirmó el doctor.
El catedrático subrayó la importancia de la responsabilidad social tanto en el campo de la telemedicina como en la vida diaria. “Independientemente de pensamiento ideológico o religión, creo que todos debemos comulgar con el medio ambiente. El problema no es qué planeta le vas a dejar a tus hijos, yo lo veo al revés. ¿Qué hijos le vas a dejar al planeta? Ese es el punto”.
El doctor disfruta del dibujo al carboncillo y pastel, aunque confiesa que al no ser buen dibujante, bautiza todas sus obras como abstractas y surrealistas. Ávido lector, busca inculcar este hábito en sus hijos, a quienes considera grandes orgullos.
El doctor es miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Medicina del Espacio y Microgravedad (Sommem) y de la Asociación Mexicana de Telemedicina y Telecirugía. Asimismo, forma parte de la Academia Mexiquense de Medicina (AMM), de la Asociación Mexicana de Simulación Clínica (Amesic), de la Asociación Mexicana de Cirugía General (AMCG), de la Asociación Mexicana de Educación Continua y a Distancia (Amecyd), de la Asociación Mexicana de Informática Médica (AMIM) y de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Biomédica (Somib), entre otras.
Es autor de más de 15 artículos médicos en revistas relativas a la telemedicina e informática médica, así como de diversos capítulos de libros en los mismos rubros. También ha participado como diseñador de simuladores médicos y quirúrgicos en colaboración con la AMCG.
El investigador no descarta continuar con su formación académica: “Ahora que se está ideando crear un Instituto de Medicina Espacial —proyecto iniciativa de la Sommem y la Agencia Espacial Mexicana (AEM)— ya veré qué más puedo estudiar. Un posdoctorado u otra carrera, no me lleno”, concluyó el doctor.
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