Juan Manuel Ramírez Orduña, especialista en reproducción animal
Por Joel Cosío
La Paz, Baja California Sur. 7 de marzo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El doctor Juan Manuel Ramírez Orduña, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es especialista en neuroendocrinología en porcinos, un campo de estudio relativamente nuevo en México.
Él estudió la licenciatura de médico veterinario zootecnista en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), la maestría en producción animal, con área mayor en reproducción y genética animal, en la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH), y el doctorado en biología de la reproducción, impartido en conjunto entre el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
Desde 1991 está adscrito al Departamento de Ciencia Animal y Conservación del Hábitat de la UABCS, en donde actualmente desempeña el cargo de jefe del departamento en la institución.
En el área, ha desarrollado sistemas de producción animal para el consumo humano, principalmente porcinos.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, indicó que su labor contribuye al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en el país.
Amor por los cerdos
El gusto por los cerdos lo desarrolló en la adolescencia; por alguna razón que no recuerda exactamente, el físico del animal le parecía fascinante. “Así como a algunas personas les gustan los tigres o los elefantes, a mí me gustan los cerdos”, afirmó.
Desde aquellos años, cuando no tenía idea del impacto que tenía el consumo del cerdo para el ser humano, y durante sus estudios de nivel superior, se acercó a las granjas de producción porcina, de esta manera comenzó a laborar en ellas como asesor y, posteriormente, en la asistencia en el control de producción de una de las empacadoras de cerdo más importantes en Puebla.
“Era cansado, pero me gustaba. Desde entonces, hasta la fecha he trabajado con cerdos”, mencionó.
La oportunidad de impartir una cátedra en la Facultad de Medicina Veterinaria de la BUAP cambió gradualmente la visión en él y comenzó a surgir un interés por la docencia e investigación, pronto decidió continuar con sus estudios académicos.
stop a la actividad profesional, tomarme un lapso para dejar toda la asesoría privada y aplicar para estudiar una maestría, las cosas salen bien, me aceptan en la UACH y Conacyt me da una beca para seguir estudiando”, mencionó.
“En algún momento decido continuar con mis estudios y ponerle unSurge la oferta que cambiaría su vida
En el periodo de estudio de maestría en la UACH, tuvo la oportunidad de enviar una solicitud para impartir cátedras en la UABCS y fue aceptado.
“Estudiando la maestría, un funcionario de la UABCS visitó la Universidad de Chihuahua en busca de un especialista en producción porcina, así se da el lazo. Seis meses después de la entrevista acepté venir a Baja California Sur”, mencionó.
La impartición de cátedras en la UABCS era un requisito para becarios Conacyt y tenía planeado una estancia corta en la entidad; sin embargo, esta se convertiría en su nuevo hogar.
“Llegó solamente con la idea de cumplir una condición que te impone Conacyt cuando eres becario, que es trabajar, al menos el tiempo que te otorgaron la beca, en una institución superior. Pero llegamos acá (Baja California Sur) y uno se enamora de la ciudad, se enamora de la universidad, se enamora de la actividad y en el transcursos de los meses cambió mi percepción del lugar”, expresó.
“Encuentro una universidad muy joven, hay una buena expectativa en cuanto a crecimiento profesional —en ese entonces ya estaba casado—, y decidimos radicar definitivamente en la península. Sobre este proceso, a los cuatro años que llegamos aquí nace nuestro primer hijo y eso nos arraiga un poquito más en el estado”.
En 1993, a dos años de llegar a la UABCS, presenta un examen de oposición y mérito y obtiene una plaza en la institución.
En su labor docente, ha dirigido 22 tesis de licenciatura y maestría y participado en 38 exámenes de grado.
El origen de sus investigaciones
Poco tiempo después comenzó sus estudios de doctorado en donde conoció al doctor Carlos Beyer Flores (1934-2013), uno de los primeros mexicanos en estudiar la neuroendocrinología, quien marcaría su trayectoria profesional y personal de forma importante, al transmitirle su gran sentido de responsabilidad por las ciencias.
En la actualidad, las investigaciones que realiza el doctor Juan Manuel Ramírez Orduña se relacionan con el campo de estudio en que se desempeñó el reconocido científico.
“Llego al doctorado queriendo aprender de él, me toca la fortuna de que él me acepta en su centro de investigación y la formación a nivel doctoral es con él. Él, de hecho, marcó mi formación y parte de mi vida”, mencionó.
“El doctor Carlos Beyer Flores, en paz descanse, es un personaje importante en la ciencia mexicana trabajando con neuroendocrinología, que es lo que ahora nosotros hacemos enfocado en los cerdos”.
Neuroendocrinología en cerdos, un campo por explorar
En sus proyectos de investigación ha implementado nuevas metodologías para estudiar la comunicación intracelular, rutas metabólicas y algunas funciones del estradiol, que es una hormona esteroidea, sobre el metabolismo del cerdo.
“Hoy día, nuestra línea de investigación gira en torno al estudio de los mecanismos de comunicación intracelular, producto de las hormonas esteroideas, para ello nosotros estudiamos las rutas metabólicas que se disparan y regulan con neurotransmisores o a través de las hormonas esteroideas. Estamos utilizando como modelo para el estudio al cerdo, pero tiene mucha aplicación en el metabolismo humano”, finalizó.
El doctor indicó que la neuroendocrinología enfocada en cerdos es un campo de estudio relativamente nuevo y con múltiples elementos por explorar, lo que le motiva a seguir investigando.
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