La ciencia te hace pensar de una manera crítica: Lina Riego
Por Ana Luisa Guerrero
Ciudad de México. 30 de mayo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Ser astronauta es el sueño de miles de niños alrededor del mundo; un deseo que también tuvo Lina Raquel Riego Ruiz, pero que no pudo materializar tras descubrir que la ‘no gravedad’ no era para ella, porque se mareaba fácilmente.
A temprana edad descubrió su vocación científica y a ella encaminó sus estudios, mientras cursaba la preparatoria ingresó al programa “Jóvenes a la Investigación” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizando estancias en el Instituto de Biología bajo la dirección del doctor Fernando Cervantes y después en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) con la doctora Alicia González Manjarrez.
Hoy en día, sigue en ese camino en el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) en la División de Biología Molecular, donde estudia la diversidad del metabolismo de nitrógeno en levaduras.
“Desde los 16 años estoy relacionada con la investigación. De pequeña me interesaba la ciencia, tratar de responder preguntas de diversos tipos, hacer experimentos, lo hago cada vez menos, desafortunadamente el sistema, ya que estásespecializado y llegas a cierto momento, te mete a procesos administrativos”, relata a la Agencia Informativa Conacyt.
En 1997, obtuvo el grado de bióloga con el tema “Papel de la tirosina en la respuesta a estrés en Saccharomyces cerevisiae”; se doctoró en 2002 en ciencias biomédicas en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, desarrollando el tema “La regulación transcripcional de GDH1 de Saccharomyces cerevisiae: una conexión entre el metabolismo de nitrógeno y el metabolismo carbono”.
Entre noviembre de 2002 y junio de 2005, tuvo el cargo de investigadora asociada C en la unidad de Microarreglos de DNA de la UNAM, ubicada en el IFC, y desde julio de 2005 es investigadora del centro público de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Investigación en Ipicyt
La investigadora nacional nivel I narra que su interés por dedicarse a esta área proviene de sus estudios de doctorado: “Antes estudiábamos la fisiología de la levadura, y desde que conocemos el genoma de este organismo, aplicamos otros métodos. A partir de que acabé el doctorado, empezamos a estudiar el organismo con un enfoque más fino usando biología molecular y genómica para entender la regulación de la transcripción de la levadura Saccharomyces cerevisiae y de otras muchas levaduras a nivel global”.
Recuerda que su llegada al Ipicyt provino de la mano del doctor Rubén López Revilla, colega y colaborador de su asesora de doctorado. “Por parte de Conacyt y con el fin de conocer los laboratorios de genómica y proteómica, tuvimos la oportunidad de ir a Quebec, Canadá. Ahí coincidí con Rubén y como estaban armando nuevas áreas de investigación para el Ipicyt, me invitó a venir acá”.
Actualmente su trabajo se centra en estudios de genómica para analizar el metabolismo de nitrógeno de levaduras no convencionales; “observo cómo las levaduras incorporan la fuente de nitrógeno que hay en el medio de cultivo, cómo esta molécula es aprovechada al interior de la célula y cómo responde cada organismo al tipo de moléculas presentes”.
Dra. Lina Riego.Es así que usando transcriptómica, genética y genómica comparada, analiza cómo se regulan todos los genes de las diferentes levaduras en un momento dado, así como estudia de manera fina la regulación transcripcional de un grupo de genes que responden a diferentes fuentes de nitrógeno.
Pasión por su trabajo
La pasión es el sello que imprime a diario. La doctora Lina Riego dice estar satisfecha de la labor que realiza en el Ipicyt, donde ha encontrado la posibilidad de estudiar las áreas de su interés y colaborar con colegas de las cinco divisiones que lo integran.
Una de sus mayores alegrías es entrar al laboratorio. Desde los 16 años hace investigación y experimentar la reconforta en momentos de estrés o frustración.
“Creo que es porque la ciencia te da esta facultad de abstraerte y de pensar de una manera crítica y probablemente objetiva lo que te está pasando. Hay quienes hacen ejercicio u otras actividades, yo disfruto venir al laboratorio y hacer experimentos, porque me permite canalizar inquietudes y verlas de manera imparcial”, asevera.
Lectora ferviente, señala que otra de las satisfacciones de su profesión radica en trabajar de la mano de sus estudiantes, porque a través de ellos se recuerda en la época en que, con ojos nuevos, se hacía preguntas y trataba de entender todo a su alrededor.
En este andar, la doctora Alicia González Manjarrez jugó un papel fundamental, fue de ella de quien aprendió el empuje y “ese deseo genuino de aprender, de responder cosas y decir que uno no tiene que llegar a formularse las preguntas con una idea preconcebida”.
Pero la mayor satisfacción es su familia. Madre de dos hijos, ha logrado compaginar su responsabilidad profesional con la encomienda de formar seres humanos de la mano de su esposo Fernando, con quien comparte este compromiso.
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