Reconocen contribuciones de Baldemar Ibarra en óptica
Por Dalia Patiño González
Tonantzintla, Puebla. 11 de abril de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- De su padre, el doctor Baldemar Ibarra Escamilla aprendió la puntualidad, la responsabilidad, el entusiasmo por superarse y el amor al trabajo y la familia. El doctor Baldemar Ibarra es investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y fue galardonado recientemente con el nombramiento de Fellow de la International Society for Optics and Photonics (SPIE) por sus logros en el área de fibras ópticas no lineales.
Los Fellows de la SPIE integran a una comunidad de científicos de todo el mundo, destacados por sus aportaciones en campos multidisciplinarios de la óptica y la fotónica, colocando así a la SPIE como una de las dos sociedades de óptica más importantes a nivel internacional.
Originario de Progreso de Zaragoza, Veracruz, Baldemar Ibarra Escamilla se formó como licenciado en electrónica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y posteriormente ingresó a la maestría en óptica en el INAOE en 1994 y tras concluir, dos años más tarde, cursó el doctorado en la misma área.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, recuerda que cuando terminó su licenciatura había poca información sobre qué hacer como ópticos dentro de la electrónica, a pesar de que ya existía la optoelectrónica, que es la fusión de estas dos áreas. No obstante, su inclinación por las telecomunicaciones y el estudio de las fibras ópticas resultó un atractivo para sus intereses y fue así como decidió estudiar en el INAOE.
En 1995, el doctor Evgeny Kuzin se integró al INAOE y fue así como Baldemar Ibarra, en ese momento estudiante, empezó a trabajar con amplificadores de fibra óptica dopada con erbio (EDFA, por sus siglas en inglés), así como efectos no lineales.
Posteriormente, desde 2000, una de las principales líneas de investigación del doctor Baldemar Ibarra fue láseres de fibra óptica en la vecindad de mil 500 nanómetros (nm) para telecomunicaciones y aplicaciones médicas. A partir de 2014, dicha investigación ha evolucionado a la generación de luz láser en la vecindad de dos mil nm para aplicaciones tanto médicas como de sensado remoto.
El sensado remoto (o LIDAR, por sus siglas en inglés) es un sistema de detección que funciona como radares, pero en lugar de recurrir a ondas electromagnéticas utiliza luz láser y dependiendo de la longitud de onda con que trabaje es como se pueden detectar objetos.
“Por ejemplo, si mandamos luz láser desde un avión hacia el mar, entonces ciertas longitudes de onda se reflejan y con eso se puede detectar qué hay en la superficie del mar, pero si otras longitudes de onda logran penetrar el agua y llegan al fondo del mar, se reflejan del fondo del mar y con eso también se puede saber qué hay en esas profundidades. Así, dependiendo de las longitudes de onda es como se podrá detectar y esto se aplica también hacia el espacio”.
Destacó que cuando se trabaja con longitudes de onda de mil 550 nm —como las que se trabajan en telecomunicaciones—, después de los 100 kilómetros de altura, que es donde está la atmósfera, las longitudes de onda menores a mil 550 nm son absorbidas por la misma atmósfera y entonces evitan conocer qué hay arriba de esos 100 kilómetros.
Agregó que para compensar esto, existen longitudes de onda mayores, como las de dos mil nm, las cuales tienen la propiedad de ser transparentes y con ellas sí se puede observar qué hay más allá de la atmósfera.
Estas cualidades llamaron la atención del doctor Baldemar Ibarra, por lo que en 2014 obtuvo un financiamiento del programa de Ciencia Básica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con el que encamina sus estudios para crear láseres de fibra dopados con tulio y holmio para generar luz láser en la vecindad de mil 800 a dos mil 400 nm.
Un año después logró un apoyo de infraestructura, de cerca de cinco millones de pesos, también del Conacyt, lo que le permitió adquirir el equipo para poder seguir con el trabajo en el desarrollo de amplificadores y sensores de fibra óptica y desarrollo de láseres sintonizables.
Actualmente, el láser holmio tiene aplicaciones en el área médica, sobre todo en el uso de procedimientos para tratar enfermedades urológicas, por su capacidad para destruir cálculos renales mediante el uso de fibra óptica.
El reconocimiento por parte del SPIE para el doctor Baldemar Ibarra destaca porque lo convierte en el sexto investigador a nivel nacional en recibir el máximo reconocimiento que otorga dicha sociedad internacional e implica que de los más de 264 mil miembros de la SPIE de aproximadamente 166 países, solo son Fellows poco más de mil 300.
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