La universidad es como la conciencia de la sociedad: Hernández Ornelas
Por Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 23 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El doctor Pedro Félix Hernández Ornelas es un hombre firme en su pensamiento; se ha dedicado durante 55 años a la docencia y la investigación. La sociología y sobre todo la filosofía han forjado su carácter humanista, reflejado no solo en sus ideas y conocimientos, también en su actuar diario y en el cariño y admiración que le profesan muchos de sus estudiantes y colegas del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSH) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Hernández Ornelas nació en León, Guanajuato, en un ambiente tradicional católico, y durante su niñez, recuerda en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, tuvo una vida tranquila con una formación que lo orientó más adelante a ingresar al seminario de León, dirigido por el obispo Valverde y Téllez, donde recibió su primera instrucción universitaria.
Al concluir la preparatoria en León, Pedro Hernández Ornelas se cuestionó sobre su futuro. La balanza entre su gusto por la física y la química, por una parte, y los idiomas, por otra, lo inclinó definitivamente por esta última opción tras un “amor platónico” con una chica leonesa. Posteriormente, a pesar de la oferta educativa de la Universidad de Guanajuato, el académico decidió matricularse en el seminario de León.
“Había una tradición fuerte de humanismo y filosofía aristotélico-platónica y el seminario era un verdadero lugar de pensamiento”, recuerda.
Se ha desempeñado como académico en universidades de Estados Unidos como Louisiana State y Loyola University, New Orleans, y en México también ha dado clases en la Universidad Iberoamericana, la Universidad de las Américas Puebla y la Universidad Autónoma de Puebla, desde 1992. También ha trabajado en la administración educativa y sus líneas de investigación se enfocan en la teoría social, ética del desarrollo y ecología. Estudió filosofía por el Colegio Jesuita Máximo Cristo Rey e hizo otra licenciatura en teología en el Seminario Sankt Georgen en Fráncfort del Meno, Alemania. Realizó estudios de maestría y doctorado en la State University de Estados Unidos. También ha realizado estancias posdoctorales en la Universidad de Notre Dame, Indiana, y en la Universidad de Hollins, Virginia. |
Aunado al aprendizaje de lengua y literatura grecolatinas, esta experiencia enriqueció a Pedro Hernández de formas que no esperaba.
“Siempre había estado rodeado de clase media. Ahí empecé a conocer a México, gente que venía de rancherías, ver el talento, el ansia de saber, la inventiva, todo eso fue un cambio saludable, ante todo, para empezar a tratar a la gente con la dignidad que merece”.
Tras cuatro años en el seminario, donde obtuvo estudios de licenciatura en humanidades clásicas y filosofía, decidió ingresar al Colegio Máximo Cristo Rey, seminario jesuita de excelencia académica. Fue en este momento en el que, relata, notó que su vocación eran las letras y la enseñanza; a la par, comenzó a vislumbrar la idea de un matrimonio en el futuro y la labor de un contexto universitario. Por ello, más tarde, se vio en la necesidad de pedir sus dispensas de votos al Vaticano.
Un ejemplo que lo marcó
El doctor Hernández Ornelas reconoce que la filosofía y la filosofía de la religión siempre despertaron su interés y dejaron una huella profunda en él, por eso cuando empezó a trabajar con la sociología se interesó más por la parte teórica y eso es lo que ha marcado su vida, la teoría social.
Este interés adquirió forma en sus primeros trabajos como académico. En su tesis de doctorado el tema de la reforma agraria en México estaba presente. Su análisis tenía de fondo experiencias personales que marcaron su concepción social.
“De chico hubo un ejemplo que me marcó. Mi padre, a pesar de que tuvo malestar por la pérdida de los ranchos del abuelo debido a la reforma agraria de Cárdenas, él nunca se mostró resentido, al contrario, siempre quiso ayudar a los campesinos. Él veía la necesidad de cambio en México, tenía esa preocupación y entonces eso me interesó a mí, y cuando cursé mis estudios de doctorado la inquietud por ese tema se reflejó en mi tesis y la hice sobre el poder social en el ejido”.
Economía ecológica
En los últimos 15 años, el doctor Hernández Ornelas ha orientado su línea de investigación en la sociología y la ecología, es decir, por las relaciones sociales respecto al medio ambiente, un tema que considera fundamental y sobre el cual ha escrito no solo numerables artículos sino también un libro, que se suma a otras obras publicadas sobre filosofía de la religión y sociedad.
“El cuidado del medio ambiente y las relaciones que guarda el ser humano con la tierra es donde está mi pensamiento ahora. Esto viene cuando me invitaron a trabajar en la Universidad de Luisiana, y ahí conocí al pensador de la economía ecológica Herman Daly. La cercanía con él y con otros colegas influyó mucho en mi cambio al pensamiento crítico, aunque no necesariamente al marxismo, aunque reconozco las contribuciones de las teorías de Marx”.
Para el doctor Hernández Ornelas, Karl Marx puso el dedo en la llaga sobre uno de los problemas más actuales que hay, la violencia, la cual desde su perspectiva deriva del crecimiento exagerado de la concentración de la riqueza por el sistema capitalista, un sistema de explotación perfecto.
“La civilización humana se había regido durante mucho tiempo por otros valores como la familia o la religión, pero ahora el capitalismo reorienta esto y apunta a que puedes consumir cualquier cosa y que eso es lo fundamental, el consumo. Si a esto se le suma la corrupción, se compagina con la impunidad y la impunidad es el caldo de cultivo perfecto para cualquier delito”.
En ese sentido, recordó cómo Marx refería que no hay dos historias, sino que la historia del hombre es también la historia de la naturaleza, el problema, dijo, es que el desarrollo mal entendido se ha equiparado con el simple crecimiento económico y la acumulación de riquezas inequitativa, pero a costa del despojo de los bienes que hay en la naturaleza.
“Es ahí donde entra la novedad de la economía ecológica que dice que la base de la economía es el material que nos proporciona el universo para sostener y remediar nuestras necesidades y no hay nada escrito sobre la propiedad absoluta de los recursos, la genialidad de Marx es haber señalado ese sistema perfecto de explotación. Lo que necesitamos ahora es recuperar la hermandad con el medio ambiente porque esa carencia nos ha llevado al planeta que tenemos ahora, con una situación crítica que nos mantiene en riesgo a nosotros mismos”.
El papel de la universidad
Preocupado por su entorno social y apegado a su visión humanista, el doctor Hernández Ornelas expone su preocupación, convencido de la necesidad que existe por voltear a ver no solo al otro sino a todas las cosas que nos rodean; en su sentir, el ser humano ha fallado contra la prudencia elemental del sentido común y para él la universidad que no habla respecto a los problemas más importantes que enfrenta la sociedad, está condenada.
“Qué clase de cristianismo ejercemos si el ser humano no es capaz de condolerse por el otro, por el asesinado, el desaparecido o por los que tienen que desplazarse para poder sobrevivir. La universidad es la voz de la consciencia del pueblo que la sostiene, y si no está respondiendo con la reflexión moral, con la orientación que los académicos podemos dar con cierta seguridad ante una desviación de información, no tendría sentido. Creo que mientras no conozcamos la verdadera estructura de los cuerpos y la energía biótica y no biótica del cosmos, no podemos usar las cosas como nos dé la gana, en eso hemos fallado”.
El doctor Hernández Ornelas contrasta en un sentido, su aspecto físico y su pensamiento. Él es un hombre afable, respetuoso, tranquilo y generoso en su trato, abre las puertas de su casa a la Agencia Informativa Conacyt, y ahí, en la tranquilidad de su hogar, rodeado de libros y objetos queridos, un espacio donde convive con su esposa y se reúne con sus hijos, ahí también se escucha su voz, efervescente de ideas, expresadas con una prisa que no lo aleja de la claridad y la coherencia. La pasión por la palabra y la reflexión, pero sobre todo su sentir profundo por el cambio, será una inquietud que lo acompañe siempre.
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