Jorge Rickards, pasión por la naturaleza

Por Aketzalli González

Ciudad de México. 15 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Con cariño y pasión, el biólogo Jorge Rickards Guevara lleva años de experiencia en la dirección, diseño y manejo de programas de conservación y recursos naturales.

Es un apasionado del arte, contribuyendo en diversas publicaciones y guías de campo con ilustraciones científicas en donde proyecta las riquezas naturales de México.

Uno de sus trabajos en ilustración más importante fue Mariposas comunes de la Ciudad de México. Guía de campo, publicada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), siendo la primera guía de mariposas de la ciudad.

“Me gusta compartir y aproximar a la gente a la naturaleza. A veces la biodiversidad está tan cerca y no la conocemos. Para mí es una experiencia importante y renovadora ir a campo y sentirme útil. Nuestro país tiene tantos problemas como pobreza y desigualdad. Pero cuando salgo al campo, a través de mi trabajo o por gusto, siento que de alguna manera contribuyo un poco a mitigar los problemas que enfrentamos”, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.

En 2017, fue designado como director general del Fondo Mundial para la Naturaleza México (WWF México, por sus siglas en inglés).

“Dentro de WWF nuestra labor es promover la armonía entre la naturaleza y el ser humano. En México, llevamos 26 años trabajando en zonas muy importantes como el Sistema Arrecifal Mesoamericano, en el golfo de California, el desierto chihuahuense, Oaxaca, Chiapas y Michoacán con la mariposa monarca. También trabajamos en temas de cambio climático y agua”, explicó.

De igual forma, dirige la Alianza WWF Fundación Carlos Slim y ha recibido, entre otros, el Reconocimiento al Mérito Honorífico, otorgado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y el reconocimiento a la excelencia por su servicio a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

“Fue maravilloso recibir el reconocimiento, porque trabajé duro para promover un acuerdo de cooperación bilateral entre la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la USAID, con el fin de facilitar el apoyo a nuestro país en temas ambientales”.

Asimismo, fue uno de los fundadores de la Sociedad Mexicana de Malacología y Conquiliología, A.C., y actualmente preside la Sociedad Mexicana de Historia Natural (SMHN), la tercera más antigua en el país.

Primeros años en la naturaleza

Hijo del investigador emérito Jorge Rickards Campbell y la artista María Elena Guevara, el biólogo Jorge Rickards Guevara nació en la Ciudad de México en el año de 1963.

A pesar de haber sido un niño citadino, Jorge Rickards conserva en su memoria numerosas salidas de campo con su familia. Lugares donde lograba recolectar conchas o insectos para después clasificarlos y coleccionarlos. Su padre y abuela eran unos apasionados naturalistas.

El experto recordó con añoranza su primera colección de mariposas y la emoción que le causaba dibujar todo lo que se atravesaba ante sus ojos. El interés por el arte fue una pasión inculcada por su madre, quien era dibujante y trabajó en el Herbario Nacional del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), haciendo ilustraciones botánicas para el doctor Mario Sousa Sánchez, y en el Museo de Historia Natural con el doctor Alfredo Barrera Marín.

“Me gustaba dibujar la naturaleza e inventar criaturas extrañas. Después empecé a aplicar la influencia de mi mamá en la parte de la ilustración botánica y científica”.

Sus recuerdos también remarcan las visitas al laboratorio de su padre en el Instituto de Física de la UNAM.

“Para mí fue muy natural el acercamiento a la ciencia y la naturaleza. Sin embargo, llegué a considerar entrar a la Academia de San Carlos. La parte artística también era muy fuerte, pero me di cuenta que buscaba armonizar ciencia con arte”.

Al crecer tan cerca de la naturaleza, el joven eligió la carrera de biología en la Facultad de Ciencias de la UNAM, emocionado por llevar las asignaturas de zoología y botánica.

El sendero natural

El biólogo relató que los primeros semestres fueron complicados por las materias básicas de la carrera; sin embargo, cursar la asignatura de zoología le devolvió la emoción por la licenciatura.

Recuerda con cariño al doctor en ciencias Juan Luis Cifuentes Lemus, personaje que le abrió las puertas de su Laboratorio de Invertebrados en la Facultad de Ciencias de la UNAM.

“Yo apoyaba en el laboratorio en lo que fuera necesario. Para mí era importante sentirme parte de un equipo tan especial. Cifuentes era un verdadero formador de gente, no solo en lo científico sino también en la parte humana. Nos dio el ejemplo de que el científico, además de tener solidez en sus conocimientos, debe compartir el conocimiento y ayudar al país”.

Con sus objetivos claros de acercar el mundo natural a la sociedad, dedicó su quehacer a la educación ambiental, desarrollando su proyecto de investigación con la maestra en ciencias María Edelmira Linares Mazari, del Área de Difusión y Educación en el Jardín Botánico de la UNAM.

“Realicé un proyecto de las mariposas comunes del Jardín Botánico de la UNAM a través de la ilustración. Quería crear un proyecto concreto, una contribución a las actividades educativas del Jardín Botánico”.

Aún puede apreciarse en la zona del Arboretum del Jardín Botánico una serie de mosaicos pintados a mano y esmaltados que muestran las mariposas comunes de la zona. Lugar donde los visitantes de escuelas replican el dibujo y aprenden acerca del nombre científico, los hábitos y características biológicas de cada especie de mariposa.

Una vida por la conservación

“Yo empecé a trabajar desde muy joven. A los 18 años di clases de laboratorio en una escuela particular. Poder trabajar y estudiar al mismo tiempo es algo muy formativo”, indicó.

Asimismo, desarrolló contribuciones en la ilustración científica, realizando dibujos anatómicos, botánicos y portadas para una revista llamada Técnica Pesquera dirigida por Luis Rodrigo Moya Moreno, reconocido fotógrafo y periodista.

“Una etapa importante para mí fue hacer videos submarinos para turistas en la isla de Cozumel. Fue algo maravilloso, pero era muy pesado estar persiguiendo turistas con una cámara debajo del agua”.

El experto señaló que dicha actividad fue determinante para su trayectoria, ya que enamorado del mar decidió producir documentales submarinos para compartir con los mexicanos la belleza submarina.

“En México no había muchos documentales submarinos. Solamente los de Ramón Bravo Prieto que era uno de mis héroes. Pero fuera de él no había prácticamente nada de filmación submarina. Yo no podía creer que los mexicanos no conociéramos nuestro mundo subacuático. Entonces me compré mi propio equipo y traté de empujar el tema con varios amigos”.

Sin embargo, se enfrentó a la realidad del poco apoyo a estos proyectos por parte de televisoras y empresas.

A partir de ese punto, inició su carrera formal en conservación y en el fomento de programas para acercar la naturaleza al público.

“Tuve la fortuna de ser seleccionado para coordinar el proceso de diseño y establecimiento del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), bajo el liderazgo de un comité de diseño integrado por personas distinguidas como Julio Gutiérrez Trujillo, en ese tiempo director de Condumex y cuyo primer director fue Lorenzo Rosenzweig”.

Siendo uno de los fundadores, firmó el acta constitutiva del fondo, logrando aterrizar fondos patrimoniales iniciales por 30 millones de dólares por parte del gobierno mexicano y el de Estados Unidos.

“Posteriormente trabajé en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, en la embajada de los Estados Unidos. La agencia dio el fondo patrimonial inicial para crear el FMCN y en esos años era una agencia que apoyaba la conservación de la naturaleza y la biodiversidad en México de forma muy significativa”.

El puesto fue una oportunidad importante para trabajar en una agencia bilateral y multilateral entre los dos países. Años después, fue abierta la posición de Dirección de Conservación en el WWF en donde el experto se postuló y fue seleccionado. Posteriormente, trabajó como director de Operaciones, y actualmente ascendió a la posición de director general. Asimismo, en este año fue nombrado presidente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, entre otras posiciones honoríficas.

“Ser director de WWF es mi dedicación principal. La SMHN es una actividad voluntaria, un cargo honorífico, en donde buscamos dar impulso a los jóvenes. La idea es fortalecer la sociedad para que tome una forma institucional y pueda desarrollar un sólido programa de trabajo”.

En la tercera sociedad más antigua

“La Sociedad Mexicana de Historia Natural es una sociedad con la que crecí, pues aunque no estaba inscrito en mis años de estudiante, conocía a su entonces presidente el doctor Enrique Beltrán, quien fundó el Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables”.

Años después, el experto y cuatro colegas científicos y conservacionistas decidieron acercarse a la mesa directiva de la SMHN para proponer un nuevo plan de trabajo.

“Se me eligió como presidente, tal vez porque siempre me ha gustado proponer y empujar los proyectos. Es un placer y un gran orgullo estar al frente por todo lo que representa”.

En este año montaron la exposición 150 años de la historia natural en México, en celebración de la fecha del 6 de septiembre, conmemoración al origen de la sociedad. Con el apoyo del Museo Nacional de las Culturas del Mundo, la exposición arroja el mensaje de que la SMHN está renaciendo.

Por otro lado, organizaron un ciclo de conferencias dentro del museo todos los sábados, en donde varios naturalistas sumarán esfuerzos para hablar de biodiversidad, historia y arte.

La sociedad en esta nueva etapa busca extender su plan de trabajo e incorporar una membresía más amplia.

“Quisiera que todo mundo se enamorara de la naturaleza. Yo creo que en la naturaleza uno encuentra todo, uno encuentra belleza, paz, retos, riesgos y aventura. De alguna manera nos complementa. Poder armonizarla con otras disciplinas y utilizarla como fuente de creatividad en el arte y la poesía, nos permite acercarnos a su belleza”, concluyó.

 

 

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