Hay que dejar espacio para la imaginación: José Valle

Por Verenise Sánchez

Ciudad de México. 1 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Ante la inmediatez que se ha apoderado de todo, e incluso de la ciencia, ya que se pide que todo sea rápido y aplicable, es necesario reflexionar y dejar un espacio para la imaginación, señaló el físico hispano-brasileño José Wagner Furtado Valle.

Por las contribuciones que ha realizado en la formación de científicos mexicanos, el especialista en neutrinos recibirá en los próximos días el Premio México de Ciencia y Tecnología 2018, considerado el máximo galardón que otorga el gobierno de México a distinguidos científicos de Centroamérica, Sudamérica, el Caribe, España y Portugal.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, expresó que está muy contento por el reconocimiento, ya que es el reflejo del trabajo de colaboración que existe con sus colegas mexicanos. “Hoy en día, mis relaciones académicas son casi más intensas con México que con Brasil”.

Lo que me mueve es entender el universo

Nació en Brasil en 1953, donde vivió su infancia y donde sus padres lo impulsaron para que estudiara una carrera socialmente vistosa, así que escogió ingeniería, carrera que abandonó al año, ya que no era lo que él esperaba, y decidió estudiar la carrera de física en la Universidad de Brasilia.

Su encuentro con la ciencia se hizo realidad en Estados Unidos, donde se doctoró en 1982. “Sin duda alguna en la física estaba mi vocación, ahí se explica el porqué de las cosas —ciencia básica— y no precisamente en cómo utilizar o aplicar ese conocimiento —desarrollo tecnológico—. Claro, ambos son complementarios y necesarios”.

Es que en la vida todos necesitamos de todos, necesitamos médicos que nos curen, ingenieros que diseñen las construcciones, pero también es importante gente que esté pensando en el conocimiento que será la base de la tecnología que se desarrollará en las próximas décadas, expresó.

“Seamos sinceros, en ciencia no estamos preocupados en obtener resultados tangibles inmediatos, a nosotros lo único que nos mueve es entender el universo, entender el porqué de las cosas que hay en nuestro alrededor. La ciencia básica, como lo es la física de partículas, se suele realizar sin fines prácticos inmediatos mas que el ejercicio de la curiosidad y la motivación del conocimiento”.

No obstante lo anterior, reiteró que a lo largo de los siglos la historia ha demostrado que la buena ciencia básica siempre genera beneficios, no inmediatos, pero sí a largo plazo, por ejemplo las tomografías por emisión de positrones que se realizan en los hospitales son derivadas del conocimiento de la física de partículas; asimismo, el desarrollo de la telefonía móvil es el resultado del estudio de las ondas electromagnéticas que se hizo a finales del siglo XIX.

Otra contribución muy importante fue el desarrollo, en los años 80, de las redes de comunicación entre usuarios de varios ordenadores, que era una necesidad real para hacer más efectiva la colaboración de los investigadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) con otros físicos de partículas ubicados en otras partes del mundo. Aunque eso no tiene nada que ver con la física de partículas, es el resultado de una necesidad para hacer ciencia básica.

“Si me preguntan cuál es la aplicación de la física de neutrinos que yo hago, te diría pues no sé, yo no le veo ninguna aplicación práctica inmediata, aunque tengo un artículo, Geotomography with solar and supernova neutrinos, utilizando neutrinos de origen astrofísico para hacer la tomografía de nuestro planeta”.

Lo que propone Furtado Valle y colaboradores en dicho texto es saber cómo se modifica la densidad de materia cuando uno se mueve de un punto a otro, usando la propagación de neutrinos.

“Hoy por hoy eso no nos ayuda a hacer prospecciones de petróleo… Esto no es una cosa práctica, es algo como de ciencia ficción, pero lo que es ciencia ficción hoy, no necesariamente lo será en un siglo”, señaló el investigador que en 2014 fue premiado con la Medalla de la División de Partículas y Campos, de la Sociedad Mexicana de Física.

“Quizás esta es la diferencia entre la ciencia básica y la aplicada, no hay una contradicción, son cosas complementarias, que se retroalimentan, porque para hacer ciencia básica, se necesita también un cierto nivel de desarrollo tecnológico”.

Un Einstein no nace solo

A lo largo de sus casi 40 años de trayectoria científica, Furtado Valle ha publicado más de 300 artículos científicos en revistas arbitradas, los cuales suman unas 21 mil citas por otros investigadores.

Tiene trabajos pioneros sobre las oscilaciones de neutrinos, cuyo descubrimiento ha sido reconocido con el Nobel de Física en 2015. Fue el primero en formular, además, un criterio para determinar si los neutrinos son sus propias antipartículas, cuya comprobación experimental sigue desafiando a los físicos.

Al preguntarle cómo han surgido las ideas para desarrollar trabajos sobre la oscilación de los neutrinos, el físico enfatizó que en ciencia no siempre hay fuente de inspiración mas que el trabajo sistemático y rutinario de otros científicos, todo surge del trabajo diario, de la práctica.

“En la ciencia no hay secretos, con el trabajo diario uno aprende a pensar, a realizar investigaciones de la propia práctica de la investigación, así surgen las grandes ideas”.

Entonces, ¿considera que la cantidad hace la calidad?, ¿usted prefiere la cantidad o la calidad?, se le preguntó, a lo que con una sonrisa, reviró, “a mi edad, desde la investigación hasta la gastronomía, lo más importante es la calidad”.

No obstante, señaló que hay instituciones y países a los que quizás les convenga, como un primer paso, apostarle a la cantidad para así ganar mayor visibilidad a nivel mundial.

“Hay que reconocer que para los países que no están tan desarrollados o a la delantera, como México, es necesaria la cantidad, para que de ello surja la calidad, es decir, un país no genera un Einstein así porque sí, nada más porque se propone generar un Einstein, ¡no! Tiene que invertir en muchísimas becas para abrir la posibilidad de que entren más jóvenes y hagan muchas cosas y quizás así surja un nuevo Einstein”.

Es decir, “es importante tener un ritmo de producción elevado para que el país sea visible internacionalmente, sea respetado y sus científicos sean reconocidos a nivel internacional y así accedan a las grandes colaboraciones. Tener cierta cantidad de artículos y la visibilidad son necesarios como un primer paso, después la estrategia debe cambiar hacia la calidad”.

La ciencia lleva un proceso lento

Para José Wagner Furtado Valle es importante que tanto los tomadores de decisiones como la sociedad sepan que la ciencia, en especial la básica, implica un proceso lento.

“La ciencia no se construye de la noche a la mañana, la ciencia es resultado de un proceso muy lento, yo llevo casi 40 años en la ciencia y he logrado aprender mucho de los neutrinos, pero es mucho más lo que aún desconozco”.

“Entiendo que las instituciones y agencias financiadoras tienen sus compromisos, muchas veces marcados por coyunturas electorales de los políticos y eso está bien, pero deben de entender que siempre hay que dejar espacio para la imaginación, la curiosidad, para entender lo más fundamental, para imaginar cosas que hoy parecen de ciencia ficción, pero que quizá mañana no lo sean”.

Lo más importante, expresó, es mantener un equilibrio entre la ciencia básica y la aplicada, porque aunque la primera no da resultados inmediatos, da el sustento para que el conocimiento pueda ser aplicado y entonces sí generar los desarrollos tecnológicos que hoy parecen de ciencia ficción, pero que quizás en 50 o 100 años serán algo de la vida cotidiana, como sucedió con la telefonía móvil o el Internet, o bien como sucederá en algunos años con la inteligencia artificial y los vehículos autónomos.