Virginia Aspe Armella, madurez en investigación filosófica
Por Dulce Miranda
Ciudad de México. 10 de diciembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Una pequeña y ordenada oficina, ubicada en la Universidad Panamericana (UP), campus Ciudad de México, es el espacio de trabajo actual de la doctora en filosofía Virginia Aspe Armella, investigadora de tiempo completo de la Facultad de Filosofía de la UP, quien explica que nunca tiene una oficina fija porque “siempre se está moviendo”.
Entre la discreta decoración del lugar, destacan los reconocimientos que acreditan a la doctora Virginia Aspe como miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) desde el año 1998 y a los cuales se sumará, en enero de 2019, el nombramiento oficial como miembro nivel III del SNI, siendo la primera investigadora de la UP en ingresar a esta categoría.
“Yo no entré de candidata al SNI, entré como nivel I directamente porque cuando hice la solicitud en el sistema, ya tenía un libro publicado en el Fondo de Cultura Económica. Subí al nivel II porque saqué otro libro (…) Apenas saqué otros dos libros, uno sobre Sor Juana Inés de la Cruz y otro de largo aliento, que se llama Aristóteles y la Nueva España, ese texto creo que fue el que me dio el nivel III”, dijo la investigadora.
Una vida equilibrada
Los padres de la doctora Virginia Aspe inculcaron en ella y sus hermanos la importancia del estudio y el amor por México, razón por la cual la especialista eligió con total libertad la filosofía como su profesión.
“Mis papás eran en ese sentido muy liberales. Una familia que te dejaba escoger, sin invadir, lo que cada uno quería (…) Para mis papás solo era muy importante que estudiáramos y el amor a México. Casi todos los hermanos Aspe damos clases. Mi mamá daba clases de historia del arte en diplomados en museos, y sacamos esa pasión de explicar y escuchar cómo ponderan los otros”, recordó la doctora.
Asimismo, la catedrática compartió que el apoyo y motivación de su marido fueron fundamentales para que ella alcanzara sus metas profesionales.
“Mi marido estaba en finanzas, pero desde que me conoció yo estaba en la filosofía y siempre me impulsaba (…) Me iba a todos los congresos y realizaba mis investigaciones, pero no estaba tan encerrada en el trabajo. Cuando mi marido murió, hace cinco años, lo que me sacó adelante fue la investigación y el trabajo. Ahorita estoy de tiempo completo, mi vida se volvió la investigación”.
Aunque para la doctora Virginia Aspe su desarrollo profesional siempre ha sido importante, este nunca intervino con sus prioridades personales y encontró un “balance” en su vida.
“Si me hubiera dedicado de tiempo completo a la investigación antes, hubiera llegado a los mismos resultados pero en mi vida no hubiera sido la mamá que también quise ser con mis hijos, ni la esposa que quise ser y que para mí era prioritario (…) El tema de feminismo no es dejar una cosa por otra, es poder balancear tu vida sin renunciar a tus proyectos. Cada quien escogerá qué paso quiere”, reflexionó.
La doctora Virginia Aspe nunca ha sentido obstáculos relevantes para desempeñar su trabajo, pero sí reconoce la prevalencia de los hombres en el ámbito de la investigación filosófica.
“En el mundo, la filosofía es prioritariamente masculina (…) Yo nunca he hecho enfrentamiento en el tema de género, la mejor ‘grilla’ es tu trabajo, entrar directamente al argumento filosófico. Lo que sí cuesta un poco es venir de una universidad privada en México, porque hay algunos prejuicios que tienes que enfrentar, aunque en todo lo que yo he trabajado no he encontrado a alguien que me excluya por estas razones”.
Por otro lado, la investigadora opina que quienes se inclinan por el estudio de las humanidades, como ella, tienen la posibilidad de llevar su trabajo a cualquier parte del mundo.
“La investigación filosófica, en donde estés en el mundo, puedes seguir haciéndola. Las humanidades son un punto de oportunidad maravilloso si es que quieres combinar muchas cosas. La investigación tiene un ritmo diferente”.
Madurez, meta en la investigación filosófica
Durante mucho tiempo, la línea de investigación de la doctora Virginia Aspe fue la poética y la ética aristotélicas, hasta que alcanzó su “madurez” sobre el pensamiento aristotélico y decidió aplicar sus conocimientos en temas de filosofía mexicana.
“Después de unos años, sentí paralelamente, porque había conocido mucho el pensamiento mexicano, que en las cosas que leía de México veía mucho la influencia de Aristóteles y me llamaba la atención (…) Ahora ya no necesariamente leo la influencia de Aristóteles en México, mi cátedra aquí —en la UP—, desde hace muchos años, es filosofía de México”.
Pese a que una de las actividades que más disfruta la doctora Virginia Aspe es la docencia y convivir con los jóvenes estudiantes, debido a su pensamiento “fresco” y no “desencantado” de la filosofía, señala que consolidarse como filósofo implica un proceso de evolución.
“Lo decía Aristóteles, la investigación filosófica es de madurez, cobra tiempo. No es que un joven genio, con diez de promedio, ya es un gran filósofo. Tienes que madurar mucho las ideas, aprender a matizar, a no ser tan dogmático; eso te lo da la madurez intelectual y el tiempo. Al final, la filosofía es profundizar sobre los problemas reales y no ser tan ‘gallito’ dando respuestas”, apuntó la doctora.
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