Juan Manuel Ramírez Arredondo, ingeniería y disciplina
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. 8 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Entre voltímetros, cubículos y una taza de café, jóvenes estudiantes se acercan al catedrático pidiéndole una firma, una opinión o una rápida asesoría. El investigador detiene sus actividades por un momento y consiente a las solicitudes sonriendo.
El Laboratorio de Sistemas Eléctricos de Potencia del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), campus Guadalajara, es la segunda casa del doctor Juan Manuel Ramírez Arredondo. Comparten con él este espacio de investigación cuatro estudiantes de maestría y seis más de doctorado, quienes bajo la tutela del académico desarrollan proyectos que van desde transformadores hasta automóviles eléctricos.
Esta es tan solo una de las facetas que conforman al doctor Ramírez Arredondo, investigador adscrito al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II. Hombre de familia, cinéfilo y amante de tomar largas caminatas, el académico afirmó que una de sus grandes satisfacciones como profesionista es la formación de recursos humanos, ya que, hasta ahora, ha sido partícipe de la preparación de al menos 25 estudiantes de maestría y 15 más de doctorado.
A su parecer, uno de los aspectos que más procura enseñar a sus alumnos es la disciplina, “en el sentido de que cuando te enfrentas a un problema, no siempre la solución es inmediata, obvia, sencilla o que puedes buscar en Internet. Mucho es de trabajar constantemente, es adquirir la disciplina de trabajar”.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador compartió en amena plática que fueron sus maestros de secundaria y preparatoria los que despertaron en él la curiosidad y pasión por la ingeniería. “Tuve la fortuna de contar con profesores muy bien preparados en materias de ingeniería, que eran física y matemáticas”, relató el entrevistado, quien además complementó su educación con talleres prácticos de electricidad.
La Universidad de Guanajuato (UG) fue su alma máter durante los cuatro años que tardó en recibirse como ingeniero electrónico; más tarde cursó una especialidad en instalaciones eléctricas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Mi intención era ejercer como ingeniero y constituir una empresa de servicios de construcción eléctrica. Consideré en ese momento que especializarme en esta parte de la construcción eléctrica iba a ser muy conveniente, pero cuando terminé nos ofrecieron ingresar a la maestría de la UNAM. Varios caímos en esa tentación”, recuerda el investigador.
Con la ayuda de una beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), obtuvo su grado de maestría en sistemas eléctricos de potencia en 1987, tras lo cual regresó a la UG como profesor de tiempo completo, iniciando su paso en la formación de otros profesionistas.
Tras algunos años continuó con su formación académica en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde concluyó el doctorado en ingeniería eléctrica. “Regresé a la Universidad de Guanajuato a trabajar cerca de dos años y surgió la posibilidad de venirme a trabajar al Cinvestav; el primero de febrero cumplí 17 años aquí”.
Datos de contactoDoctor Juan Manuel Ramírez ArredondoEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 01 (33) 3777 3600 ext. 1071 |
Sin embargo, el investigador concede que al principio le fue difícil equilibrar su vida familiar con el quehacer científico, aunque apunta que “con los años aprende uno a tratar de tener más atención con los hijos, que además van creciendo y necesitando otras cosas”.
Durante su carrera como parte del equipo de Cinvestav campus Guadalajara, el doctor ha participado en gran cantidad de proyectos, entre los que destaca el desarrollo de un generador de energía eólica a bajo costo, el diseño de un transformador eléctrico y un prototipo de automóvil eléctrico, cuya tecnología se buscará transferir.
“Originalmente empecé trabajando lo que es la operación de una red eléctrica y la problemática para operarla. Esos trabajos eran 100 por ciento teóricos, de simulación de cómputo. Más o menos en 1995, decidí aceptar el reto de pasar a la práctica y pasar del escritorio al laboratorio, para entregar prototipos y no solo simulaciones o documentos”, dijo.
Autor de más de 63 artículos de journal y más de 200 artículos de congresos nacionales e internacionales, el doctor buscará en el corto plazo su promoción como investigador nivel III dentro del SNI.
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