Cecilia Noguez Garrido, investigadora de excelencia
Por Ana Luisa Guerrero
México, DF. 3 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde niña Cecilia Noguez Garrido descubrió su vocación: ser científica. Estudiante destacada, se apasionó por la física y hacia ella dirigió sus esfuerzos, consciente de que al ser un área del conocimiento dominada por hombres sería un camino difícil de recorrer.
Su inteligencia, talento y dedicación han sido las herramientas con las que se ha abierto camino para ser reconocida entre la comunidad científica internacional como líder en el estudio teórico de materia condensada, especialmente de las propiedades ópticas de sistemas a escala nanométrica.
Uno de sus aportes más importantes a la ciencia es el estudio de las propiedades ópticas de nanopartículas metálicas, superficies y la llamada plasmónica, publicado en revistas como Nature Nanotechnology, Physical Review Letters, ACS Nano, que han permitido interpretar un gran número de resultados experimentales.
Su artículo “Surface Plasmons on Metal Nanoparticles: The Influence of Shape and Physical Environment”, publicado en The Journal of Physical Chemistry, cuenta con más de 800 citas en la literatura científica.
Investigadora del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es un referente de que con esfuerzo y entrega se puede hacer ciencia de frontera, sin distinción de nacionalidad o género.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Cecilia Noguez se reconoce afortunada. Disfruta hacer ciencia porque se encuentra en un área donde se conjugan la teoría y el experimento, lo que implica una constante interacción con colegas de otras disciplinas.
“Como científico hay muchas satisfacciones. Los físicos tenemos esa característica de tratar de entender la naturaleza, siempre estamos investigando algo, haciendo un intento tras otro, y cuando logramos entenderlo es una sensación que no podría describir”, relata.
La satisfacción es grandísima —comparte—, porque sabes que eres de las pocas personas que lo han entendido, que obtienes resultados nuevos y es muy satisfactoria la sensación de generar conocimiento.
“Estoy muy agradecida con esta profesión porque me da muchas cosas en mi vida pero la otra es que convives con mucha gente joven, como son los estudiantes, entonces es algo muy humano porque es una convivencia muy directa, puedes conocer gente de diferentes países y culturas que te hace tener una visión muy distinta del mundo que te rodea”, añade.
Estudiante e investigadora de excelencia
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) desde que estudiaba el doctorado, actualmente tiene el nivel III, Noguez Garrido siempre se destacó por la excelencia académica.
Estudió la licenciatura en física en la Facultad de Ciencias en la máxima casa de estudios, donde también realizó la maestría y el doctorado. Su tesis de licenciatura, que fue dirigida por el doctor Rubén G. Barrera, le permitió su primera participación en una publicación científica.
Con su tesis de doctorado, en 1996 fue distinguida con la Medalla Gabino Barreda de la UNAM y el Premio Weizmann, que entrega la Academia Mexicana de Ciencias.
Durante sus estudios doctorales realizó una estancia en la Universidad de Roma con el doctor Rodolfo del Sole, con quien aprendió técnicas de la mecánica cuántica basada en métodos semiempíricos y donde concretó una de sus líneas de investigación enfocada en el cálculo de las propiedades ópticas de superficies semiconductoras a partir de su estructura electrónica. Realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Ohio.
Por su carrera académica y desempeño en la investigación científica ha sido laureada con un reconocimiento del Instituto Nacional de Física de la Materia de Italia (1997), la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en Investigación en Ciencias Exactas (2006), el Premio Thomson Reuters Cinvestav (2009), el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias (2009), el Premio Ciudad Capital: Heberto Castillo Martínez (2010) y el reconocimiento como una de las académicas de carrera en la UNAM más citadas en la literatura científica los últimos tres años.
De acuerdo con el análisis de 2011 del Council of Canadian Academies, la obra científica de Cecilia Noguez está dentro del uno por ciento más citado en su especialidad en todo el mundo, colocándola como líder mundial en el área.
La investigación teórica y computacional de frontera que realiza es importante para el desarrollo de tecnología como sensores, espectroscopías aumentadas y catálisis asimétrica, así como otras aplicaciones en la industria farmacéutica.
Este trabajo se refleja en que ha sido responsable de 14 proyectos de investigación con un monto superior a los siete millones de pesos; al día de hoy tiene cuatro proyectos activos financiados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA) de la UNAM.
Como formadora de recursos humanos ha sido muy generosa al dirigir cinco tesis de doctorado, seis de maestría y tres de licenciatura, además de asesorar cuatro posdoctorantes. En su faceta como docente, colaboró para implementar el curso de física computacional que pasó de ser una materia optativa a obligatoria; en tanto que impulsó la creación del Laboratorio de Computación en el Instituto de Física.
Líneas de investigación
Con una conversación afable, la investigadora explica que estudia la interacción de la luz con la materia, a fin de entender sus propiedades físicas.
“Hay quien estudia luz y materia para tratar de moldear la luz, por ejemplo para hacer los láseres. En cambio yo trato de usar la luz y las propiedades de su interacción con la materia para entender las propiedades de la materia. Esto me ha llevado a estudiar cuestiones de plasmónica, que es manipular la luz a escala nanométrica”, refiere.
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Regina La doctora Cecilia Noguez es una de las impulsoras de redes de grupos de investigación en nanociencias, como Regina y la red nacional del Conacyt que reúne a grupos, investigadores y estudiantes no solo de la UNAM sino de diversas instituciones en torno a distintos proyectos multidisciplinarios de índole teórico y experimental. |
Y es que a dicha escala las partículas muestran un fenómeno distinto al que se observa a nivel macroscópico. Por ejemplo, refiere, a primera vista un tubo de metal tiene características propias como color y brillantez, si se le corta un pedazo puede verse igual, pero a escala nanométrica el color puede cambiar debido a que la interacción con la luz depende de la forma de las nanopartículas.
Ello se debe, explica, a que la luz al ser una onda electromagnética ejerce una fuerza sobre los electrones de la nanopartícula provocando que estos se exciten colectivamente y se muevan hacia un lado determinado de la partícula, dejando los iones con cargas positivas al otro lado. Ello produce diferentes arreglos de las cargas positivas y negativas, dando lugar a densidades de carga.
Cecilia Noguez detalla que cuando se dirige la luz hacia una nanopartícula se produce una competencia de fuerzas, pues por un lado se presenta la fuerza ejercida por la luz que separa los electrones de los iones y, por otro, la fuerza de atracción entre las cargas positivas de los iones y las negativas de los electrones.
“En esta línea de plasmónica he trabajado ya más de diez años y una de las contribuciones más importantes que hemos hecho con mis colegas y estudiantes ha sido poder demostrar que la interacción de la luz y la materia depende de la forma de las partículas. Este conocimiento puede reflejarse en distintas aplicaciones, por ejemplo iluminar una partícula llevaría a quemarla, entonces se ha pensado en usarlo para quemar células que están enfermas”, detalla.
Esta y otras líneas de investigación le permiten estar en constante colaboración con colegas y así enriquecer su trabajo. Esta dinámica la hace estar en continuo proceso de renovación y aprendizaje.
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