Jesús Vargas Barrón, la cardiología en su más alto nivel
Por Carmen Báez
Ciudad de México. 14 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Una de las principales labores del doctor Jesús Vargas Barrón es impulsar la investigación básica y clínica en el Instituto Nacional de Cardiología (INC) Ignacio Chávez, una actividad que realiza desde hace aproximadamente cinco años.
Como director de investigación de ese instituto, Jesús Vargas ha establecido alianzas con diversas instituciones a fin de promover la investigación traslacional, la cual consiste en trasladar los conocimientos derivados de la investigación básica a la prevención y tratamiento de los problemas de salud pública.
“Una de mis funciones es promover el entendimiento de la investigación básica con la clínica para obtener productos alineados a los problemas nacionales de salud en cuanto a padecimientos cardiovasculares, orientando la investigación traslacional, con resultados en la hipertensión arterial, diabetes y trastornos (...) en los lípidos”, dijo en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
No obstante, antes de ocupar este importante cargo en uno de los institutos de alta especialidad de la Secretaría de Salud (SSA), Vargas Barrón generó importantes contribuciones al campo de la cardiología en México.
Pionero en ecocardiografía bidimensional
Poco después de su ingreso al Instituto Nacional de Cardiología, en 1975, y con el apoyo del doctor Ignacio Chávez, fundador del instituto, viajó a España para especializarse en ecocardiografía bidimensional, el estudio del corazón con ultrasonido que permite visualizar detalladamente las paredes, cámaras y válvulas cardiacas para analizar su tamaño y estructura, así como para identificar posibles cambios anómalos.
“Vi que esa era una subespecialidad que no teníamos desarrollada en México y que el instituto la iba a necesitar. Entonces fue cuando empecé a hacer todos mis trámites para que me aceptaran en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, y para que esta subespecialidad llegara a México. Hace muchos años podíamos ver en el ultrasonido si una arteria estaba obstruida o si había un defecto entre los ventrículos o anomalías cardiacas congénitas a través de un catéter; la punta del catéter se desplazaba al corazón”, recuerda.
Así entonces, en 1979 el doctor se convirtió en el primer cardiólogo en aplicar esta técnica en el instituto, colocando a México a la vanguardia en la aplicación de nuevas técnicas para el estudio de patologías cardiacas. “Tuve la oportunidad de poder empezar a conocer la ecocardiografía en sus inicios, cuando empezaba en Estados Unidos y algunos sitios de Europa, pues el instituto me mandó a aprender esa técnica”, dice.
Una vez incorporado en el instituto aparece la técnica doppler, una ecografía a color que se utiliza para medir y evaluar el flujo de sangre que circula a través de las cavidades y las válvulas del corazón.
“En 1982 me voy a la Universidad de Arizona, enviado por el propio Instituto de Cardiología, a aprender esta nueva técnica y cuando regreso el instituto ya había adquirido equipos para realizar estas técnicas. Con el entrenamiento tuve la suerte, entre comillas, de aplicarlo en México”, comenta.
Más tarde, y poco después de aprender otras técnicas, realizó la primera ecocardiografía transesofágica en México y “quizá en Centroamérica y Latinoamérica, fue aquí en el Instituto de Cardiología. Actualmente hay más de 150 cardiólogos que aprendieron ecocardiología aquí en el instituto, que son egresados. Esa es la parte bonita porque coincidió que aparecía esta especialidad y las autoridades del instituto me apoyaron para aprenderlas. En este sentido México ha ido paralelo al desarrollo de esta técnica con otros países”, relata.
De acuerdo con el especialista, gracias al desarrollo de estas técnicas, en el instituto se gestaron investigaciones originales que no se habían publicado antes en el mundo.
Primeros inicios en la medicina
El doctor Vargas Barrón, proveniente de una familia de abogados, asegura que su interés por el estudio de la medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) surge como una iniciativa para responder al esfuerzo y cariño de sus padres.
“De alguna manera yo era el apoyo de la casa porque era el único hombre, el más cercano a mis padres porque mis hermanas ya se habían casado, entonces sentí una necesidad de corresponder de alguna manera al cariño y al cuidado que me habían dado. La necesidad de estar cerca y de protegerlos hizo que me orientara hacia una licenciatura que me diera apoyo para ayudar a la familia. Así elegí estudiar medicina”, comenta.
Como estudiante de medicina, el también miembro de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), comenzó a realizar rotaciones por distintos hospitales, pero al llegar al Instituto de Cardiología, ubicado en ese entonces en la avenida Cuauhtémoc, Ciudad de México, encontró su vocación.
“Me tocaron profesores que fueron discípulos o condiscípulos de Ignacio Chávez. Cardiología fue una de las especialidades en que más tradición encontré. Se prestaba el humanismo, sobre todo en el maestro Ignacio Chávez (fundador del INC). Como estudiante percibí el trato a los pacientes, había sentido de calor humano, entonces ahí fue cuando tomé la decisión de ser cardiólogo, aunque primero tuve que hacer medicina interna y no me arrepiento de eso, esa fue la motivación”, recuerda.
Aunque todavía realiza investigación en ecocardiografía, el doctor Jesús Vargas Barrón tiene como principal compromiso promover la investigación y creación de departamentos en el INC.
Destacó que en el recién creado Departamento de Investigación en Sociomédica se llevan a cabo estudios sobre obesidad en niños, factores que desencadenan la hipertensión arterial en la población mexicana, así como otros principales problemas de salud en México.
Además de su quehacer administrativo y científico, el también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) disfruta los fines de semana en su casa de Cuernavaca y, si la oportunidad lo permite, práctica el golf.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.