Rafael Lozano Ascencio, el investigador detrás de las estadísticas de salud
Por Carmen Báez
Ciudad de México. 5 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Hoy gracias a la información que presentan diversos organismos, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría de Salud (SSA) en México, es posible conocer las estimaciones de morbilidad y mortalidad de más de 300 enfermedades y lesiones, así como de 79 factores de riesgo en las poblaciones. A este conjunto de pérdidas de salud se le conoce como la carga de la enfermedad.
Esta información juega un papel trascendental en las políticas públicas de la salud, pues los estudios de la carga de la enfermedad permiten conocer las condiciones actuales que afectan la salud de mujeres y hombres, desde la infancia hasta la etapa adulta mayor. Pero, ¿quién o quiénes están detrás de esta importante actividad científica?
Hace 20 años un pequeño grupo de investigadores del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo de la Universidad de Harvard comenzó el estudio de la carga de la enfermedad. Ahí, junto a Christopher Murray y Alan D. López, Rafael Lozano adquirió los conocimientos que más tarde aplicaría en su país y en otras partes del mundo, convirtiéndose en uno de los principales contribuyentes a las estadísticas epidemiológicas, teoría y métodos a nivel global.
Rafael Lozano Ascencio, investigador mexicano que durante su infancia su único interés fue la natación, el futbol y pasarla bien con los cuates, recibió en meses recientes el Premio Carlos Slim a la Salud a la Trayectoria de Investigación.
A su destacable trayectoria se suma la medalla al Mérito Sanitario que le otorgó la Sociedad Mexicana de Salud Pública en 2015.
Originario de la Ciudad de México, el actual director general del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) compartió con la Agencia Informativa Conacyt su historia de éxito y las principales satisfacciones que le ha dado su campo de estudio.
Cómo y por qué medicina
Aunque durante su formación de nivel básico tuvo inquietud por la biología y la historia, se decidió por el estudio del cuerpo humano, así en 1973 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Conforme pasaron los años sus ideas cambiaron. “Más que estudiar el cuerpo humano y entenderlo, comenzó a interesarme la idea de entender a la sociedad desde la salud de las poblaciones”, recuerda.
Como respuesta a esta inquietud realizó la maestría en medicina social en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para luego adentrarse a la salud pública. “Después de mi maestría, casi todo lo he hecho de manera autodidacta. Mi conocimiento de la salud pública deriva de la práctica y la colaboración de grupos de investigación del más alto nivel competitivo”, explica el también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Entre las múltiples satisfacciones, producto de su trayectoria profesional, se encuentra su llegada al Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en 1986, año de su fundación. Ahí trabajó como jefe del Departamento de Epidemiología para luego destacar como director del área de Investigación en Transición Epidemiológica.
Pionero en el estudio de la carga de la enfermedad
Después de su estancia en Harvard, el también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) regresó a México para incorporarse a la Fundación Mexicana para la Salud y ahí colaborar con el doctor Julio Frenk en el Centro de Economía y Salud.
Su experiencia en una de las universidades de mayor prestigio en el mundo le permitió aplicar sus conocimientos en su país. Así fue como en 1995 realizó el estudio de la carga de la enfermedad en México, año en que también realizó el primer estudio de este tipo a nivel mundial.
En 1998 Rafael Lozano Ascencio recibió la invitación del doctor Christopher Murray para unirse a su equipo de trabajo en la Organización Mundial de la Salud, institución internacional para la que colaboró durante tres años y que le permitió ampliar su panorama de los problemas de la salud global.
“Recibí la invitación del doctor Christopher Murray, personaje que aparece en muchas etapas de mi vida, para sumarme al grupo que él iba a dirigir en la OMS. Ahí me encargué de la base de datos de mortalidad. Era el custodio de la información de las muertes de todos los países pertenecientes a este organismo. Tuve esta experiencia del manejo mundial de las estadísticas mundiales”, recuerda el también miembro de la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM).
Con su experiencia y habilidades, en 2008 recibió una vez más la invitación de Christopher Murray para sumarse al grupo que generaría la nueva metodología de la carga de la enfermedad en la Universidad de Washington, donde es profesor de salud global en el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés).
Después de cinco años de trabajar de tiempo completo como profesor en el extranjero, prefirió regresar a México. Actualmente mantiene el vínculo desde el Instituto Nacional de Salud Pública, y así contribuye en la formación de la nueva generación de investigadores en salud pública.
Experiencia como funcionario público
Entre otras hazañas del también presidente del Departamento de Salud Pública y Medicina Social de la ANMM se suma su experiencia de funcionario público.
Durante su gestión como director general de Información en la SSA, aportó ideas que algunas de ellas continúan vigentes, como fue la introducción del certificado de nacimiento o la búsqueda intencionada de muertes maternas e infantiles.
“Quizá esta ha sido una de las experiencias más interesantes de mi vida porque siempre es bueno entender lo que significa servir a nuestro país. Lo que más me interesó fue cambiar los sistemas de información. Dado que las estadísticas de salud son un bien público, buscaba que todo mundo tuviera acceso a la información. Pudimos construir el sistema de cuentas de salud. Mejoramos el registro de información de los establecimientos médicos, pero lo más importante es que estas ideas continúan, y bajo mi definición una buena idea es aquella que no ha sido descartada a pesar de los cambios de administración”, explica.
Motivar a nuevas generaciones
A cargo del diplomado en salud global y de enseñar la metodología de la carga de la enfermedad en el INSP, no pierde la oportunidad de interesar a nuevas generaciones por este campo de estudio.
“He logrado convencer a jóvenes que se dediquen a esta actividad y que la practiquen con mucha pasión. Si no trabajamos con pasión, las cosas no tienen mayor sentido. La otra satisfacción es que al estar en un grupo que está en la cresta de la ola a nivel mundial, me ha permitido conocer el mundo, hablar con ministros de salud y altas autoridades”, dice.
Además de las estadísticas y la docencia, el investigador es apasionado de la historia universal e historia de México. Su obsesión, confesó, es estudiar y comprender a detalle lo que aconteció en el país entre 1857 y 1867. "Los diez años que más influyen o debieran influir en el México moderno".
Una de sus principales metas es llegar a 100 países visitados. “Cuando trabajé en la OMS o en IHME tuve la oportunidad de viajar a muchas partes del mundo y se me está haciendo una costumbre. Mi meta es llegar a 100 países. He estado en 68. Conozco todo América y Europa, pero me falta Asia y África”, comparte.
Proyecto actual
En conjunto con el IHME de la Universidad de Washington, el grupo de investigación del doctor Rafael Lozano estudia la carga de 306 enfermedades, dos mil 400 causas de discapacidad, así como la carga atribuible a 79 factores de riesgo para 21 grupos de edad para ambos sexos en las 32 entidades federativas del país.
Por ahora trabaja en la actualización de datos de la carga de la enfermedad en México a nivel estatal para 2015 y busca con mucho interés que este grupo sea parte de las Redes Temáticas de Investigación que promueve el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
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