CICESE: de los orígenes a la internacionalización
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 31 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- ¿Cuáles fueron las estrategias y modelos que aplicó el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) para evolucionar —desde un modesto local comercial habilitado como salón de clases— a una institución de primer nivel?
A 43 años de su fundación, aquella búsqueda de equipamiento e infraestructura básicos ha quedado atrás para abrirse paso a nuevos objetivos: su internacionalización, sustentada en la excelencia académica y reconocida calidad de sus investigaciones.
Con la colaboración de algunos científicos con décadas de trayectoria en la institución, sobresale el testimonio de los esfuerzos, la voluntad y la estrategia trazados para impulsar un proyecto del que desconocían su futura dimensión.
Hoy el empeño del centro se concentra en sumar al reconocimiento nacional, el fortalecimiento de la relación con investigadores e instituciones de otros países, así como en la actualización de su oferta académica, de tal forma que continúe siendo atractiva para los estudiantes.
Los primeros estudiantes
En 1972, un año antes de que oficialmente y por decreto presidencial se creara el CICESE, cinco estudiantes egresados de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y un número similar de egresados de la Universidad Nacional de México (UNAM) llegaron a la ciudad de Ensenada para estudiar un posgrado.
En aquel entonces, el CICESE había sido nombrado Centro de Investigación Científica de Baja California y la única maestría que ofertaba era en oceanografía física, a la que ingresó el primer grupo de estudiantes.
Pero el arribo de los egresados del Politécnico al incipiente centro de estudio no era casualidad. Fue el primer director del CICESE, Nicolás Grijalva y Ortiz, quien les extendió la invitación para que cursaran el posgrado en la ciudad bajacaliforniana, al conocer la inquietud de los alumnos por continuar estudiando y trabajar como investigadores.
“¿Qué hay en Ensenada?”, cuestionaron los estudiantes. A lo que Nicolás Grijalva respondió: “Un centro de nueva creación para realizar estudios de oceanografía física”.
A 44 años de ese encuentro y con 35 años como investigador del Departamento de Sismología del CICESE, Luis Munguía Orozco recuerda con precisión que fue el 31 de agosto de 1972 cuando, junto con Cecilio Rebollar Bustamante —quien años después se convertiría en el primer egresado de maestría del centro—, llegó a la central de autobuses de Ensenada.
“Entonces preguntamos por la dirección del CICESE y nos dijeron que estaba en Gastélum y Novena y ahí vamos con nuestras maletitas a buscar el edificio del CICESE y cuál edificio, era una esquinita donde hoy venden regalitos”, relató en entrevista.
Reconoció que se sorprendieron al ver las austeras instalaciones pero comprendieron que el centro era de reciente creación y que serían los primeros estudiantes, por lo que el 4 de septiembre de ese mismo año iniciaron sus clases.
Los cursos que les impartieron eran muy variados, iban desde oceanografía y meteorología hasta placas tectónicas, y eran impartidos por profesores de la UNAM en periodos de 15 días.
“En esos años empezó a crecer esto, vinieron profesores para dar clases de ondas elásticas, teoría de tectónica de placas y eso hizo que de oceanografía nos reorientáramos hacia la sismología, originándose así el Departamento de Geofísica. ¿Qué era el Departamento de Geofísica? Era el maestro en ciencias Juan Antonio Madrid González y tres estudiantes: Cecilio Rebollar, Armando Albores y un servidor”, narró Luis Munguía.
En 1976, Munguía Orozco deja el centro de investigación para incorporarse a la Universidad de California en San Diego (UCSD), y mientras estuvo fuera del país, el CICESE cambió de sede en dos ocasiones más antes de instalarse en su ubicación actual.
Siete años después, regresa para ver cómo el Departamento de Geofísica se transforma en División de Ciencias de la Tierra y queda conformada por los departamentos de Geofísica y Sismología; Luis Munguía fue el primer jefe del Departamento de Sismología y años después también se desempeñó como director de la División.
“Me siento satisfecho porque hemos contribuido aunque sea modestamente, al engrandecimiento de la institución, ahora es el centro Conacyt más grande, con reconocimiento nacional e internacional, ni siquiera imaginé eso cuando llegué, simplemente nos pusimos a trabajar”, reflexiona el investigador.
Ahora el CICESE tiene, además de la División de Ciencias de la Tierra, tres divisiones más: Biología Experimental y Aplicada, Oceanología y Física Aplicada.
A equipar laboratorios
El Departamento de Óptica del CICESE está integrado por 20 investigadores y dos programas de posgrado de los que han egresado más de 115 graduados de maestría y 27 de doctorado, así como por 13 laboratorios equipados con mesas ópticas, láseres de varios tipos y equipo óptico y electrónico especializado; pero no siempre fue así.
Centro Conacyt El CICESE forma parte del Sistema de Centros de Investigación del Conacyt, siendo el más grande en número de investigadores, proyectos y oferta de posgrados, y el segundo en antigüedad. |
Diana Tentori Santa Cruz se desempeña como investigadora del Departamento de Óptica desde hace 41 años, y al recién integrarse al equipo de científicos del CICESE se encontró con un panorama adverso para realizar sus estudios.
“Cuando yo llegué se estaba empezando a formar el grupo de óptica. Llegué y me dijeron ‘este es el laboratorio de óptica’, era un cuarto vacío, no tenía ni siquiera un foco en el techo, no había nada de fuentes de luz”, recordó.
Lejos de desanimarse, Diana Tentori y sus colegas, todos egresados del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), vieron la situación como un reto y se acercaron al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), donde les presentaron las posibilidades de financiamiento.
“En la óptica trabajamos con luz, entonces necesitábamos fuentes de luz y construimos nuestros instrumentos con lentes, con espejos, con monturas donde sostenerlos, con bases y eso fue lo que compramos, además de las mesas ópticas donde fijamos todos los arreglos ópticos”, precisó la investigadora.
Consideró que el denominador común era la intención por aportar algo positivo a la sociedad, lo que finalmente les dio la satisfacción de construir algo nuevo y del nivel de trascendencia que ha alcanzado el CICESE.
Rumbo a la internacionalización
Habiendo superado todos los retos que implicó su fundación, el CICESE ocupa actualmente en su sede central una superficie de más de 15 hectáreas en las que se ubican ocho edificios que albergan aulas, cubículos y más de 115 laboratorios.
El centro cuenta también con tres subsedes localizadas en La Paz, Baja California Sur; Tepic, Nayarit, y Monterrey, Nuevo León.
En los últimos dos años su plantilla de investigadores creció de 179 a 204, incluyendo a 13 investigadores adscritos al programa de Cátedras Conacyt, ello aunado a 550 estudiantes y 522 empleados que forman parte de esta comunidad científica.
Ante la dimensión actual del CICESE, dirigir y coordinar los esfuerzos de su personal no es cosa sencilla; sin embargo, su titular, Guido Marinone Moschetto, se ha planteado objetivos encaminados a hacer crecer la institución.
En entrevista, Marinone Moschetto explica que una de las estrategias actuales está enfocada en fortalecer las relaciones y el intercambio académicos con otras naciones, motivo por el que se está dando seguimiento a las invitaciones que reciben.
“Participamos en muchas invitaciones que siempre se han recibido pero las dejábamos ir, ahora tratamos de no dejarlas ir, tratamos de colaborar, iniciar estos encuentros y de ahí pueden salir ideas y proyectos de talla internacional”, estimó.
A la fecha, el CICESE tiene establecidos 409 convenios de los cuales 98 son con instituciones del extranjero, entre otros países: Estados Unidos, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Costa Rica, España, Francia, Italia, Israel, Portugal, Bélgica, Australia, Ucrania, Rusia y Sudáfrica.
Actualmente, el centro es miembro de organizaciones como la Partnership for Observation of the Global Ocean (POGO), la Southern California Coastal Ocean Observing System (SCCOOS), la International Telecommunication Union; y el investigador del Departamento de Acuicultura, Juan Pablo Lazo Corvera, ostenta la presidencia de la World Aquaculture Society.
El director destacó que trabajar en conjunto con otros países también tiene como ventaja abrir puertas hacia el financiamiento, no solo de México sino de fuentes internacionales, lo que considera otra conveniencia de mantener el contacto internacional.
Comunicó que recientemente se viajó a África por invitación de la embajada de Francia para participar en el análisis del cambio climático en ambos lados del Océano Atlántico, y gracias a ello se entabló comunicación y la posibilidad de acceder a financiamiento externo.
“Hemos participado además en geofísica, geoquímica y geohidrología con instancias nacionales, y en algunos proyectos de la comunidad europea en las áreas de biotecnología marina, óptica, ciencias de la computación y geotermia. Nuestro propósito es apoyar para que en el mediano plazo más investigadores colaboren con otras organizaciones a nivel mundial representando al CICESE”, concluyó.
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