Barry Barish, un nobel de física en la Ciudad de las Ideas
Por Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 20 de noviembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- “No estamos limitados por la naturaleza para descubrir los fenómenos que dieron origen a los primeros elementos del universo temprano, sino más bien por nosotros mismos. Aún hay mucho que descubrir sobre las ondas gravitacionales y en algún momento habrá muchas más posibilidades para estudiar estos principios”, consideró el físico norteamericano Barry Barish, quien ganó en 2017 el Premio Nobel de Física junto con Rainer Weiss y Kip Thorne, por sus contribuciones para desarrollar el detector LIGO (Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro de Láser), un instrumento capaz de detectar las ondas gravitacionales.
Durante su participación en el XI Festival Internacional de Mentes Brillantes. La Ciudad de las Ideas 2018, celebrada en Puebla del 16 al 18 de noviembre, Barry Barish insistió en que las ondas gravitacionales son la mejor herramienta para estudiar el origen del universo y aunque reconoció que todavía no se sabe cómo hacerlo, advirtió que en algunos años alguien tendrá que encontrar las respuestas porque el hombre no está limitado para hacerlo.
Comprobando las predicciones del genio
Barry Barish recordó que Albert Einstein tenía la capacidad de imaginar y dar “saltos” en el tiempo, por eso se dio cuenta que las fórmulas que tenían relatividad general tenían cierta similitud con el orden del magnetismo y electricidad, entonces supuso que también deberían existir ondas en la gravedad.
Tomó casi 50 años antes de que los teóricos pudieran comprobar que el genio alemán tenía razón respecto a su teoría de la relatividad general, es decir, que sí existían las ondas gravitacionales; sin embargo, aún estaba pendiente la experimentación para comprobar lo que Einstein predijo.
El nobel de física recordó que existieron experimentos previos para detectar las ondas gravitacionales pero fallaron. Reconoció, además, que la idea original de utilizar un interferómetro se basó en un artículo publicado en 1960 por dos científicos soviéticos.
“Nosotros iniciamos con la idea original de usar el interferómetro porque se remonta a una sugerencia de dos científicos soviéticos que en 1960 hicieron una artículo en una revista en la que sugerían esta técnica, así que en realidad las primeras personas que se imaginaron que se podía usar esta tecnología fueron esos dos rusos, a los que por cierto, nunca conocí”, reveló.
En el octavo o noveno intento
Señaló también que el primer instrumento para medir las ondas gravitacionales fue el suyo y gracias a una colaboración franco-italiana se obtuvieron fondos para la construcción de este dispositivo.
“En 1994, prácticamente estábamos en una carrera para descubrir las ondas gravitacionales y nosotros ganamos, nosotros las descubrimos. Al inicio no se detectaban y nos dimos cuenta que la técnica tenía que ser más precisa y cada vez más precisa. Nunca estuvimos limitados por los principios fundamentales, fue cuestión de incluir nuevos conocimientos, tecnologías y siempre generar ideas de cómo mejorar, entonces nuestro plan era observar y mejorar, así hasta obtener el éxito que se buscaba.
Lo logramos en el octavo o noveno intento y nos tardamos cinco años para construir el instrumento y 15 años más para hacer todo el trabajo científico”, añadió Barry Barish.
El investigador y también ganador del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2017 añadió que el avance que lograron se dio, entre otras cosas, porque consiguieron aislarse del movimiento de la Tierra de la mejor manera posible.
“A pesar de que todos creemos que la Tierra es muy estable, lo cierto es que se mueve todo el tiempo, entonces uno de los problemas que tuvimos fue aislarnos”.
Para comprender este aislamiento, el físico ejemplificó con una analogía, al señalar que cuando se viaja en un avión, los audífonos que se usan bloquean el ruido de los aviones; no obstante, la azafata todavía puede hablar con nosotros para ofrecernos café o té y la escuchamos. Lo que hacen los audífonos es que miden el sonido del ambiente continuo de los motores y lo cancelan dentro de los audífonos, es decir, se aísla, pero la señal de la azafata se queda abierta para ser detectada, es la misma idea, aseguró.
Añadió que con sismómetros midieron la dirección de cualquier movimiento restante de la Tierra y así lo cancelaron y esto dio un factor adicional que permitió descubrir la emergencia de dos agujeros negros.
En febrero de 2016, científicos de LIGO anunciaron la primera detección de ondas gravitacionales procedentes de la fusión de dos agujeros negros.
“Fueron 100 años los que tardamos en descubrir las ondas gravitatorias. Las detectamos a las 4:15 de la mañana. Yo estaba dormido. Un científico en Alemania nos dio el aviso. Nosotros nos tardamos una semana más en comprobarlo (…) Ahora ya podemos medir las ondas gravitacionales, y eso está bien, pero no estamos limitados por la naturaleza y aún falta responder cómo empezó todo”, concluyó.
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