Identidad colectiva en las arenas chicas de lucha libre
Por Pablo Miranda
La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción
en el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición.
El Santo, El Cavernario, Blue Demon y El Bulldog.
Y la gente comenzaba a gritar, se sentía enardecida sin cesar:
"Métele la Wilson, métele la Nelson, la Quebradora y el Tirabuzón,
quítale el candado, pícale los ojos, jálale los pelos, ¡sácalo del ring!
Conjunto África, Los luchadores
Guadalajara, Jalisco. 18 de septiembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Sobre el ring de la Arena Coliseo la pelea se prolonga entre llaves y piruetas; en la última caída, tres golpes a la lona marcan el fin del encuentro y rudos y técnicos abandonan el cuadrilátero. A las orillas de la metrópoli, en otras arenas menos profesionales, el ritual se repite, y aunque las condiciones son más improvisadas, el reconocimiento es el motor para salir a buscar el aplauso del público.