¡A ponerse la camiseta de divulgadores!
Por Israel Pérez
Santiago de Querétaro, Querétaro. 22 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El trabajo de divulgación es tan importante como la docencia y la investigación, por lo que resulta fundamental que los científicos e investigadores asuman que esta actividad no solo da a conocer su trabajo, sino que además puede crear puentes que proyecten el desarrollo tecnológico y los servicios que pueden ofrecer a distintos mercados, aseguró el miembro activo divulgador de la Red para la Divulgación de la Ciencia en Querétaro, A.C. (Rediciq), Joel Torices Armenta.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, aseguró que el trabajo de divulgación resulta necesario también para dar respuesta a la permanente inquietud ciudadana respecto a lo que se hace en universidades y centros de investigación con los recursos presupuestales otorgados para el desarrollo de ciencia y tecnología a nivel nacional, por lo que, dijo, es importante que todos los científicos, investigadores y desarrolladores de tecnología se “pongan la camiseta” y se involucren, directamente, en divulgar.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo podemos diagnosticar el panorama de la divulgación científica en México?
Joel Torices Armenta (JTA): El trabajo de divulgación es una línea fuerte que el mismo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha propuesto dentro de las tareas que se deben tener además de la investigación y la docencia, pues la divulgación es necesaria para reforzar el conocimiento y el trabajo que se está haciendo. Conacyt cuenta con una serie de estímulos para apoyar a la gente que hace divulgación —algo que anteriormente no se tomaba mucho en cuenta— y que realiza proyectos dirigidos no solo a las instancias o dependencias que manejan la misma línea de investigación, sino también a comunidades, estudiantes y la sociedad en general.
Nosotros en la Rediciq, observamos que los problemas más comunes son que los científicos no saben cómo divulgar o no tienen la voluntad de explicar su trabajo, lo que de alguna manera se entiende, dado que muchos de ellos, además de ser investigadores, tienen una carga académica. Sin embargo, es muy importante que ellos reconozcan esta tríada integrada por la investigación, docencia y divulgación; ninguna está sobre otra, tan importante es la investigación básica y aplicada como la docencia o formación de nuevos investigadores y la divulgación de todo este trabajo.
Un país que sabe lo que tiene entiende su riqueza, tanto patrimonial como de conocimiento, y adquiere mayor fortaleza; en México se hacen muchas cosas importantes porque tenemos buenos investigadores, científicos, universidades y centros de investigación, pero hace falta ese reconocimiento, nos hemos enfocado en que en nuestro país se reconozca, por ejemplo, nuestro patrimonio natural, pero no hacemos caso al patrimonio cognitivo.
Yo creo que la divulgación ayuda a reconocernos; hay muchísima gente que dedica a la investigación y se destina a ella un presupuesto significativo. A través de la actividad de divulgar la gente puede reconocer que las instituciones universitarias y centros de investigación nacionales son de alto rendimiento, y que también son reconocidos en el extranjero; ese fue por ejemplo, uno de los objetivos del Conacyt con el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).
AIC: ¿Qué otros beneficios trae el trabajo de divulgación al trabajo desarrollado por científicos e investigadores?
JTA: Generalmente los centros de investigación o las universidades consagradas, y que tienen líneas de investigación muy reconocidas, cuentan con equipos sofisticados de última generación, con los que pueden ofrecer una amplia gama de servicios a la industria, gobiernos y otros particulares, y con esto, generar ingresos para poder capitalizar el trabajo de investigación y desarrollo tecnológico que se realiza.
El trabajo de divulgación es importante porque es la vía para que se puedan dar a conocer todos estos proyectos o servicios y con esto generar un circuito benéfico para todos; el sector privado ya no tiene que mandar una muestra, necesaria para sus procesos de producción, a un laboratorio privado o al extranjero porque, gracias a un buen trabajo de divulgación, puede estar perfectamente informado de que en la localidad donde se encuentra hay instituciones que cuentan con ese equipo y que le pueden dar una solución inmediata.
AIC: Dada su importancia, ¿qué recomendaciones se le puede dar a los científicos para poder comenzar a trabajar en la divulgación?
JTA: Yo creo que ya es tiempo de que los investigadores y científicos se pongan la camiseta de divulgadores. Una vez, durante un curso impartido por el anterior director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Manuel Castaño Meneses, él sostenía que en México no va a haber un cambio sustancial hasta que la gente con los rangos más altos en lo que se refiere al tope científico, adquiera ese compromiso de ir a hacer un trabajo de divulgación a los lugares donde más se necesita, en acciones muy básicas, como por ejemplo, llevarse a una primaria, rural o de la ciudad, a sus alumnos o asistentes para hablar de ciencia a los niños.
La divulgación contempla más allá que tratar de cautivar al otro y decirle lo importante que es la labor que se está haciendo; la gente de algún modo responde cuando interactúa con el investigador, ahí se genera labor de divulgación, se debe empoderar al otro de un conocimiento no formal para que tome decisiones, es decir, cuando alguien te comparte un conocimiento que sabes que tiene bases científicas lo adquieres como algo útil a tu vida cotidiana.
Se puede hacer divulgación de muchas formas: escribiendo —ya sea en periódicos, revistas o páginas de Internet—, dando entrevistas o conferencias, participando en medios de comunicación, organizando eventos, generando publicaciones y hasta en las redes sociales. Hay muchas formas en que un investigador puede incorporar una estrategia de divulgación dentro de su labor académica y científica. En nuestro trabajo que llevamos a cabo en la Red para la Divulgación de la Ciencia en Querétaro, nos hemos dado cuenta que involucrarse en la divulgación genera, incluso, el surgimiento de talentos cautivos que los propios científicos e investigadores creían no tener.
Por ejemplo, en una de mis clases pongo a los alumnos a hacer videos donde expliquen temas como la función del suelo. En una ocasión, a un estudiante se le ocurrió hacer el Blues del suelo, compuso la canción con su guitarra, la letra y fue genial; esa canción se convirtió en un instrumento creativo para divulgar un conocimiento.
En ese sentido, lo mismo puede pasar con los científicos e investigadores, en la Rediciq tratamos de fomentar en ellos esa parte creativa y hasta artística, que exploren nuevas formas para exponer el conocimiento. Cuando ellos empiezan a hacer esta labor se van dando cuenta de que es importante. Nosotros hemos tenido experiencias de científicos que jamás habían hecho divulgación y después de su primera experiencia, acabó gustándoles.
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