Óscar González, experto en regeneración neural
Por Amelia Gutiérrez Solís
Colima, Colima. 23 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Por sus logros científicos y académicos, el doctor en ciencias fisiológicas Óscar Porfirio González Pérez, nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), obtuvo recientemente el Premio al Mérito en Ciencias 2016 que otorga el gobierno del estado de Colima y también ingresó a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El profesor investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima (Ucol), adscrito al Laboratorio de Neurociencias, durante toda su trayectoria científica se ha enfocado en el análisis de los procesos de remodelación y regeneración neurales, procurando mantener un equilibrio entre la investigación, gestión, difusión y docencia.
Originario de la ciudad de Colima, en 1994 obtuvo el título de médico cirujano y partero por parte de la Ucol. Posteriormente, realizó estudios de la especialidad de medicina interna en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, pero decidió dejar el ejercicio clínico para perseguir una carrera científica.
“Estaba haciendo mi especialidad en medicina interna, pero siempre me interesó la ciencia y en un momento dado de mi vida decidí dedicarme a la investigación”, confesó durante la entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
En 1999, concluyó sus estudios de la maestría en ciencias fisiológicas y tres años después el doctorado en ciencias fisiológicas por parte de la máxima casa de estudios en la entidad; realizó ambas tesis de grado en el Centro de Investigación Biomédica de Occidente del Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, bajo la asesoría de los doctores Miguel Huerta Viera y Joaquín García Estrada.
En su tesis de doctorado sobre isquemia cerebral titulada Efectos protectores del ácido alfa lipoico y la vitamina E sobre la isquemia cerebral en cerebro de ratón adulto, el investigador indagó los efectos de antioxidantes de vitamina E y ácido alfa lipoico en cerebros de animales para observar si podían proteger contra el daño isquémico o infarto cerebral.
“Surge una idea de que si bien el antioxidante como tal no disminuye la celeridad del infarto, cuando se administra de manera profiláctica, antes de que sufrieran el infarto cerebral, esos animales tenían menores volúmenes de lesión en comparación con los que no recibían antioxidantes”, explicó.
En aquella época, hace aproximadamente 15 años, fue de las primeras investigaciones que corroboró que la dieta rica en antioxidantes era protectora de eventos isquémicos, específicamente a nivel del nervio central.
Inmediatamente después de la obtención de su grado fue nombrado profesor huésped del Departamento de Neurociencias y del doctorado en ciencias biomédicas de la Universidad de Guadalajara (UDG).
De 2004 a 2006, becado en el programa de Postdoctoral Fellowships de University of California Institute for Mexico and the United States (UC MEXUS) y National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos, realizó su posdoctorado en el Development and Stem Cell Biology Program, Department of Neurological Surgery, de la Universidad de California, en San Francisco, Estados Unidos, asesorado por el profesor Arturo Álvarez Buylla, Premio Príncipe de Asturias 2011.
Después retornó a México con el auspicio del Programa de Repatriación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para reincorporarse al Departamento de Neurociencias de la UDG. En 2007 se incorporó a la planta académica de la Facultad de Psicología de la Ucol, donde actualmente realiza su actividad docente y de investigación en el Laboratorio de Neurociencias y es integrante del cuerpo académico UCOL-CA-05 Neurociencias y Conducta.
Para él, la neurología y el cerebro son complejos de estudiar y por la misma complejidad de sistemas y funciones decidió dedicarse a esta área del conocimiento.
“Ha habido grandes avances en neurociencias, pero visto de manera global existen muchos aspectos que se desconocen del cerebro y eso me intrigaba tanto que al final terminó capturándome”, expresó en el transcurso de la charla, después de haber concluido una práctica en el Laboratorio de Neurociencias.
Investigaciones
En Colima ha desarrollado estudios en cinco líneas de investigación. En primer lugar, trabajó con factores de crecimiento, unas sustancias que producen proliferación celular, y encontró que estos generaban una subextirpe de células neurales llamadas oligodendrocitos, que se encargan de hacer el recubrimiento de los axones, las prolongaciones de las neuronas, y cuando se dañan surgen enfermedades como la esclerosis múltiple.
“Estamos utilizando fármacos que se usan en la clínica humana, en este caso fenitoína, y observamos que se incrementa el recubrimiento de esos axones a través de la manipulación farmacológica de las propias células endógenas, lo que nos entusiasma porque pudiera ser un paso hacia una terapia que favorezca la recuperación de estas personas”.
En sus estudios sobre hidrocefalia, observó que la acumulación de líquido en el cerebro daña la maquinaria celular, no solamente ocurre una compresión como se creía por la presión del líquido, sino que se alteran la expresión de genes, la citoarquitectura de muchas células y aparentemente el daño es irreversible, por lo que busca los mecanismos de cómo se producen estos daños.
En la tercera línea de investigación, se enfoca en los efectos del ciclohexano, que se utiliza para sustituir el tolueno. Sin embargo, en los datos experimentales se demuestra que esta sustancia también es nociva y no es inocua como se creía en un principio, por lo que debe restringirse o disminuir la concentración que se utiliza actualmente.
Otra de sus investigaciones es sobre los efectos de la privación sensorial, en la cual quita a los animales un órgano sensorial vital que son las vibrisas, observando que al eliminar los bigotes en las ratas se generan cambios plásticos en el cerebro, un recableado que se adapta a la nueva realidad, por lo que analiza qué moléculas o sustancias químicas se modifican en el cerebro.
Además trabaja con nanopartículas de oro para investigar si funcionan como acarreadores de sustancias o fármacos, con el propósito de que sean depositadas en el cerebro para que se usen en tratamientos cerebrales, enfocándose en la bioseguridad. Esta última línea se trabaja de forma colaborativa con la Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex).
El investigador colimense, atraído por la renovación y regeneración del cerebro, es miembro de diversas sociedades académico científicas, entre las que destacan la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, la Society for Neuroscience, de Estados Unidos; la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y la Academia Nacional de Medicina de México (ANMM), siendo el primer médico egresado de la Ucol en conseguir dicha distinción. También forma parte de la Red Temática Neuro-Biopsicología Básica y Aplicada.
Reconocimientos
Óscar González cuenta en su haber con numerosos reconocimientos, entre los que destacan los premios Dr. Maximiliano Ruiz Castañeda y Dr. Everardo Landa, otorgados por la ANMM; el premio de la Fundación Pedro Sarquís Merrewe; el Reconocimiento a la Labor Científica de la LVII Legislatura del Estado de Jalisco; y el Premio Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado de Jalisco, en donde vivió diez años; la distinción Logro Excepcional, del American College of Rheumatology; dos premios Peña Colorada, y la Medalla Diario de México, entre otros.
En la Ucol, González Pérez es uno de los cinco investigadores nivel III en el SNI, lo que significa un logro y un reconocimiento a sus esfuerzos en la ciencia, además de que es un compromiso y una responsabilidad.
Actualmente es editor asociado en los comités científicos de cinco revistas internacionales, ha fungido como editor huésped en otras cuatro revistas internacionales y colabora como réferi ad hoc en más de 20 revistas internacionales.
Como parte de su productividad, el doctor Óscar González cuenta con 60 artículos indizados en el Journal of Citation Reports, más de dos mil 100 citaciones a su obra, y tres libros editados: Astrocytes: Structure, Functions and Role in Disease; Neuro-Immune Interactions in the Adult Central Nervous System y The ventricular-subventricular zone: a source of oligodendrocytes in the adult brain, así como 14 capítulos de libros.
El doctor en ciencias fisiológicas, quien ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales, señaló que en el SNI, además de las publicaciones, se evalúa la citación de los artículos científicos, la aplicación por medio de patentes y la transmisión del conocimiento a las nuevas generaciones.
Además posee una patente nacional avalada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) sobre un molde que diseñó específicamente para microscopía electrónica, que se emplea actualmente en la Universidad Autónoma del Estado de México y en la Universidad de Guadalajara.
Asimismo, ha contribuido al fortalecimiento de la infraestructura científica de la Ucol mediante la obtención de financiamientos de organismos locales, nacionales e internacionales como Conacyt, Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep), Fondos de la Uaemex y de la Universidad Johns Hopkins.
“Los estudiantes deben tener un gusto por la ciencia, y un investigador, más que ser un genio, debe ser una persona que cuestione, que se pregunte todo, que sea curioso. Creo que no hay investigadores que no hayan sido niños muy curiosos”, expresó al final de la entrevista.
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