Fernando Gallardo, impulsor del desarrollo tecnológico de Sinaloa
Por Janneth Aldecoa
Culiacán, Sinaloa. 23 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1986, pero por sus venas corre sangre sinaloense. Su padre es originario de Culiacán y su madre de Los Mochis. Hace 15 años llegó a Culiacán, donde ha contribuido a la capacitación de miles de jóvenes en diseño gráfico, marketing digital y programación; todo lo relacionado con desarrollo de tecnología. Tan solo en 2016 participó activamente en la formación científica de mil 200 niños y adolescentes.
En los últimos siete años, en colaboración con colegas de Tomato Valley, Fernando ha logrado el emprendimiento de 300 proyectos, además de la celebración de competencias tecnológicas de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), donde han obtenido los primeros lugares; recientemente se sumaría el vínculo con la Universidad de Harvard para la elaboración de un diagnóstico del ecosistema de emprendimiento de Sinaloa.
Se trata de Fernando Gallardo Galaviz, cofundador de Tomato Valley, asociación civil que unió a jóvenes de Culiacán, Los Mochis y Mazatlán, quienes buscaban contribuir al desarrollo de tecnología de calidad en Sinaloa. Comenta que desde niño tuvo curiosidad y el gusto por la electrónica y la programación.
“En preparatoria nos juntábamos mucho mi primo Alfredo Juárez y yo. Hacíamos páginas web y las vendíamos. Al entrar a la universidad entre los dos hicimos un proyecto que nos duró cerca de cinco meses. Fue el comienzo”, recordó.
Los jóvenes comenzaron a trabajar con responsables de Mac Store, en Culiacán, luego se sumarían siete jóvenes más. Fue el primer equipo en la capital del estado en programar para computadoras Mac.
Durante esa época, los jóvenes aprovechaban chats como Mirc, donde conocían a más interesados en programación. Así, se creó un grupo que fundó la empresa Mapple Soft, que logró ingresar a una incubadora de empresas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), donde desarrolló su primer proyecto: un sistema diseñado para el registro de consultas e historial médico de pacientes.
“Logramos que el sistema corriera en una USB, no importaba el sistema operativo o la computadora, el médico siempre traía la información. Si lo perdía, solo tenía que conseguir otra USB, conectarse a Internet, descargar el programa y recuperaba toda la información. Fue totalmente novedoso”, comentó.
Nace Tomato Valley
Años más tarde, los jóvenes invitaron a personas dentro de la industria tecnológica de Sinaloa y planearon la realización de eventos para el desarrollo tecnológico. Conocieron a más personas con proyectos similares en Los Mochis, y decidieron constituir Tomato Valley como asociación civil, que actualmente tiene presencia en Guasave, Obregón, Hermosillo y próximamente abrirá en Navojoa, La Paz y Tijuana.
A siete años de distancia, los creadores participan en eventos como el Hackatón organizado por la NASA, que en este 2017 se realizará del 28 al 30 de abril a nivel internacional. Tomato Valley prevé reunir a mil 500 participantes de los estados donde la asociación tiene presencia, y se sumarán también entidades como Sonora y el Estado de México.
El evento reúne a niños y jóvenes. Durante dos días, de manera ininterrumpida, desarrollan software y compiten con proyectos de todo el mundo. A través de Tomato Valley, concursantes han logrado dos terceros lugares, y aspiran al primer lugar en 2017.
Crean la Hacker School
Hace dos años, Fernando Gallardo y el resto de los cofundadores de Tomato Valley en Culiacán crearon la Hacker School, con apoyo de empresarios. Lograron que la Universidad de Occidente (Udeo) cediera un espacio en sus instalaciones, y ahora cuenta con el apoyo de nueve inversionistas para la capacitación de estudiantes de primero a último semestre de las carreras de sistemas e informática en programación para dispositivos móviles y web.
“Les damos todas las herramientas de punta y después les conseguimos empleo de medio tiempo en las empresas de la industria tecnológica. Casi todos han sido del Tec de Culiacán (que forma parte del Tecnológico Nacional de México, Tecnm). Tenemos 25 chavos y estamos por abrir 15 lugares más en enero”, anunció.
Fernando Gallardo comenta que Tomato Valley se encuentra justo en medio de la academia y la iniciativa privada, por lo que busca participar en el acercamiento entre ambos.
“La academia no puede estar al ritmo en que avanza la tecnología, pero tampoco la iniciativa privada se ha preocupado por capacitar a los chavos antes de que salgan; por ejemplo, si van a hacer sus prácticas profesionales, los ponen a sacar copias, no existe una capacitación real”, lamentó.
Como un proyecto ambicioso de Tomato Valley y la Hacker School se encuentra un proyecto de capacitación para amas de casa.
Próxima convocatoria
La convocatoria para ingresar a la Hacker School será lanzada en enero y pretenden iniciar la capacitación a 10 mujeres en marzo. Las clases se impartirán durante ocho sábados y pueden acudir mujeres sin conocimientos previos en computación.
“Es el principio de la economía del conocimiento, donde debe valer más lo que sabes que tu esfuerzo físico. Si logramos que las amas de casa hagan su primer programa en estas ocho semanas, estarás reventando como 10 tabúes”, enfatizó.
El proyecto busca que amas de casa puedan incluso buscar programadores para el desarrollo de una aplicación que permita resolver la necesidad que ellas mismas planteen.
“No necesitamos que sea un exitazo la aplicación, sino que se animen a emprender”, comentó.
Fernando Gallardo señaló que en Sinaloa se requiere abrir la puerta a la tecnología, pues aún se adquiere tecnología por moda y no por la utilidad.
“Necesitamos dejar de ser malinchistas: Nueva York sí desarrolla gran tecnología, pero nosotros también. También los gobiernos tienen que ver con la combinación de academia e iniciativa privada”, recordó.
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