Día Internacional de la Familia: linaje de científicos
Por Ameyalli Villafán
México, DF. 15 de mayo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 15 de mayo como el Día Internacional de la Familia. De acuerdo con la página oficial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este día tiene el objetivo de “promover la concienciación y un mejor conocimiento de los procesos sociales, económicos y demográficos que afectan a este importante núcleo de la sociedad”.
La familia es la integración de personas que provienen de la misma sangre y que viven en un contexto específico, de acuerdo con la definición de la doctora Mariana Gutiérrez Lara.
En entrevista, la doctora en Psicología Educativa y del Desarrollo explicó que el papel de la familia en la educación de los hijos es vital, pues es “a través de la crianza es que se desarrollan hábitos, costumbres, comportamientos, actitudes y educación”.
De acuerdo con la especialista, las principales responsabilidades de los padres frente a la educación son la motivación, el monitoreo y la comunicación. “Son los papás los que invitan a los hijos a desarrollar habilidades escolares y académicas, así como competencias tanto en casa como en la escuela: lo que pasa en la en casa en cuanto a tareas y motivación impacta en la escuela”, agregó la también catedrática de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En este contexto, dos familias de científicos platicaron con la Agencia informativa Conacyt y manifestaron lo que significa para ellas ser parte del ámbito de la ciencia en el país, así como sus anécdotas como una familia de ciencia y cómo esto ha permitido una mejor relación y más estrecha entre sus miembros.
Familia Castro Bustos, ¿quiénes son?
El doctor Rubén Castro es profesor-investigador en el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel I. Su área de estudio es la ecología y la conservación de anfibios y reptiles.
Por su parte, Guadalupe Bustos Zagal es doctora en Biología por la Universidad Autónoma del Estado de México. Actualmente es profesora-investigadora en la UAEM, y curadora de la colección de anfibios y reptiles.
Saraí Castro Bustos es bióloga por la UAEM. En la actualidad cursa la Maestría en Biotecnología en la misma institución académica. Su área de investigación es el mejoramiento de la tolerancia al estrés abiótico en plantas.
Y Denis Castro Bustos también es bióloga por la UAEM pero su área de investigación es la micología-taxonomía y filogenia de ascomicetos, principalmente de hongos entomopatógenos, cultivo de hongos comestibles y medicinales. Está por terminar la Maestría en Biociencias en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
“Mis papás fueron mi mayor motivación”
La familia Castro Bustos gusta de salir al campo y de pasear a sus perros. Ven películas en casa o en el cine. Una de sus actividades favoritas es ir a comer y descubrir lugares donde el sabor, ya sea local o internacional, sea lo primordial. Platican de temas noticiosos recientes, van a conciertos e intentan ir de vacaciones los cuatro juntos. A simple vista, parecen una familia mexicana como cualquier otra; sin embargo, hay un vínculo muy fuerte que los une: su pasión por la ciencia.
Los doctores Guadalupe Bustos y Rubén Castro compartían su interés por la biología y así lo transmitieron desde edad temprana a sus hijas Saraí y Denis. “Desde muy pequeñas las llevábamos al campo y nos ayudaban a buscar lagartijas, sapos, ranas, tortugas o serpientes, y tomaban nota de los ejemplares observados y capturados”, contó la doctora Bustos. Recuerda que sus hijas ayudaron en la organización del VII Congreso Mesoamericano de Herpetología. “Siempre han sido niñas universitarias”, agregó.
El doctor Castro consideró que el hecho de que Saraí y Denis se hayan interesado por la ciencia no es fortuito: “Fue producto de la convivencia con ellas desde que eran pequeñas. Formaban parte de mis expediciones, hacíamos campamentos, asistían a los congresos, participaron en los veranos de investigación a nivel nacional que promueve el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Creo que el conjunto de todas esas variables promovieron su interés por la ciencia y, en particular, por la biología”.
Saraí y Denis reconocen que el haber estado con sus padres mientras realizaban sus investigaciones, tanto en campo como en laboratorio, contribuyó a definir el camino que querían seguir en sus vidas. “Me asombraba y sorprendía su trabajo”, relató Saraí. Por su parte, Denis manifestó que ella decidió dedicarse a las ciencias biológicas gracias a las salidas al campo: “Mis papás fueron la mayor motivación para dedicarme a la ciencia”.
Familia de científicos: un gran orgullo
Las pláticas de la familia Castro Bustos las definen como muy divertidas, ya que cuando se juntan todos, incluso tíos y primos que se dedican también a la biología, hay debates sobre temas específicos y cada uno da su punto de vista con base en el área de estudio y especialización.
“Algunas veces es fascinante porque cuando comentamos un tema, lo analizamos. Nos hemos acostumbrado a manejar y procesar evidencias. Las pláticas especializadas son cotidianas en nuestra familia”, comentó el doctor Castro.
Por su parte, la doctora Bustos consideró que el formar parte de una familia que contribuye al aporte científico del país ayuda a buscar soluciones a diversos problemas relacionados con las ciencias naturales.
“Me da mucho gusto y me siento orgullosa de pertenecer a una familia que aporta conocimientos al avance científico. En mi familia, mis papás, mi hermana y yo somos biólogos de formación y todos elegimos áreas de estudio diferentes; por lo tanto, es muy interesante poder compartir conocimientos entre todos”, explicó Denis, quien está a punto de terminar su maestría.
En tanto, Saraí manifestó que formar parte de una familia de científicos es un gran orgullo “porque pertenecemos a un gremio en el sector de las ciencias y cada uno genera conocimiento en diferentes áreas, desde ciencia básica hasta algunos aspectos más aplicados que podrán ser utilizados en nuestro país”.
El doctor Rubén Castro explicó que también contribuye a la formación de estudiantes de licenciatura y posgrado. “¿Qué más puedo pedir? La ciencia me dio una carrera universitaria. Gracias a ella conocí a mi esposa, tengo una familia, trabajo en lo que me gusta y mi labor es reconocida”, consideró.
Familia Hernández Suárez, ¿quiénes son?
Adriana Suárez es investigadora de tiempo completo en el Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV). Es responsable de los estudios de comunidad del plan interdisciplinario Mesa de Cacahuatenco: Patrimonio Cultural y Desarrollo Sustentable. Colabora en la realización de un documental sobre el rescate de la memoria histórica: Ixhuacán, Teocelo y Xico.
En tanto, Claudio Ismael Hernández es antropólogo social por la Universidad Veracruzana (UV) y doctor en Antropología de Iberoamérica por la Universidad de Salamanca, España. Actualmente se desempeña como investigador titular y coordinador académico del plan Mesa de Cacahuatenco.
Claudia Adriana Hernández Suárez es licenciada en Administración de Negocios Internacionales por la Universidad Veracruzana (UV). Tiene un máster en Desarrollo Económico y Políticas Públicas por la Universidad Autónoma de Madrid y es doctoranda en Estudios Latinoamericanos por el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, España. Es responsable de la vinculación nacional e internacional en el plan Mesa de Cacahuatenco.
Juntos en un proyecto social
Claudio Hernández y Adriana Suárez sabían que el hecho de que su hija se involucrara desde pequeña en sus actividades académicas podía detonar en ella el interés por la ciencia social. “El hecho de acudir a librerías, exposiciones y conferencias creó para mi hija un entorno que sirvió de referente en su día a día”, comentó el investigador de la UV.
“Desde pequeña nuestra hija aprendió a convivir entre libros, pláticas y discusiones con otros colegas”, dijo Adriana Suárez, quien recordó que en 2004, Claudia Adriana cursaba el bachillerato en Salamanca, España, y ganó un concurso en el que registró una obra de arte de la región e hizo una propuesta de uso y restauración.
Claudia Adriana se considera una persona curiosa desde pequeña. Manifestó que el trabajo de sus padres lo encuentra fascinante: “Estar rodeada de científicos tuvo gran influencia en mí, pues en la familia no solamente mis papás se dedican a la investigación, sino también mis tíos en las áreas de la química y la biología. Hoy en día, esas experiencias con mi familia han guiado mis pasos por las ciencias sociales y la investigación”.
La ciencia e investigación corren por sus venas
La maestra Adriana Suárez contó en entrevista que en su familia hay interés por la investigación científica. Pertenecer a una familia de científicos significa para ella “responsabilidad, pertenencia y un gran reto. Pienso que en nuestro país somos muchas las familias que desde la ciencia contribuimos a su desarrollo”.
Claudia Adriana compartió que las figuras de la ciencia a quienes más admira son sus tíos Óscar y Mirna: “Son la viva imagen del método científico. La ciencia en casa es el pan de cada día. Somos científicos y quiero que se convierta en mi medio de vida, no como obligación sino por vocación”.
La joven, quien radica actualmente en España, manifestó que el formar parte de una familia de científicos es una experiencia increíble, pues trabaja hombro con hombro con sus padres, como un equipo. “Lo más importante es el apoyo que me brindan mis papás en mi tesis doctoral, es como tener asesores las 24 horas”, agregó.
“Para mí es una satisfacción compartir la conclusión de investigación, lo que ayuda a crear conciencia de quiénes somos y hacia dónde vamos como país. Es esencial que se socialicen los conocimientos, ya que al trabajar en una universidad es obligación retribuir a la sociedad los resultados de las investigaciones”, argumentó el doctor Claudio Hernández.
Entre las investigaciones que realizan en familia se encuentra la organización de eventos y la redacción de artículos. “En 2016, en Salamanca, coordinaremos juntos un simposio titulado Localismos y Regiones Culturales Frente a la Globalización”, comentó la maestra Adriana Suárez.
Maximino Aldana, investigador y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad de Harvard, Estados Unidos, argumenta en su texto “¿Qué le falta a la ciencia en México?” –publicado en la revista Temas– que en nuestro país “la mayoría de la gente no sabe qué es la ciencia ni su utilidad, y mucho menos cree que es una actividad fundamental para el desarrollo”. Sin embargo, las familias Castro Bustos y Hernández Suárez han hecho de la ciencia su camino, razón y motivación. Su convicción hacia su labor demuestra la importancia del fomento científico desde el ámbito familiar.
Este obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.