El niño que quiere salvar a las tortugas marinas
Por Janneth Aldecoa
Mazatlán, Sinaloa. 3 de agosto de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Cada tortuga pone hasta 100 huevos, solo una o dos tortugas logran nacer debido a depredadores como los cangrejos, los peces o los tiburones; sin embargo, el principal depredador es el hombre, lamentó Noé Solano Gutiérrez: "El hombre se come todas las especies marinas".
Noé tiene apenas nueve años de edad. Es originario del municipio de Mazatlán, Sinaloa. Su principal preocupación es contribuir en la conservación de la tortuga, por lo que desde 2015, cuando tenía siete años de edad, se sumó al cuerpo de voluntarios del Acuario de Mazatlán. Sin embargo, fue a los cuatro años cuando participó en la primera liberación de tortugas.
“Me enamoré de las tortugas y por eso empecé a estudiarlas”, dijo.
Él asegura que esta pasión por el mundo de la tortuga marina lo acompañará toda la vida. De mayor, desea convertirse en un gran biólogo marino. Por lo pronto, acude diariamente a clases en su escuela primaria, y espera con ansias los fines de semana para acudir a las playas del puerto en busca de tortugas que rescatar.
“Soy voluntario del Acuario porque quiero ser biólogo marino algún día. Me acerqué a mis maestros, he estudiado mucho. Ellos me explicaban y yo retenía toda esa información que me daban. Después me di cuenta de que la tortuga se encuentra en peligro de extinción y decidí hacer algo, ser voluntario”, comentó.
La tortuga golfina Esta es la especie de tortuga marina más abundante en el mundo y es también la especie más pequeña de la familia Cheloniidae. Según información de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), las hembras se reproducen hasta que alcanzan una talla promedio de 60 centímetros. Es durante los meses de junio a diciembre cuando cientos de hembras llegan a las costas a desovar. El número de huevos depositados por nidada puede ser de hasta 160, con una media de alrededor de 105, esto puede variar entre localidades.
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Durante los fines de semana, cuando el jovencito se suma a la búsqueda de huevecillos, se levanta a las 5:00 de la mañana para acudir a las playas de Mazatlán. El sol apenas se asoma cuando el jovencito ya se encuentra en compañía de los voluntarios del Acuario de Mazatlán y sus asesores emprendiendo la búsqueda de huevos de tortuga.
“Nos despertamos a las cinco de la mañana. Rastreamos nidos, seguimos las huellas, algunas viajan y las seguimos desde donde empiezan hasta donde terminan las huellas. Con una vara rastreamos los nidos, y cuando los sentimos, excavamos”, explicó.
Noé comentó que al encontrar los nidos, él y los voluntarios observan la profundidad y temperatura del nido, después sacan las crías, algunas de ellas vivas, y anotan los datos en una bitácora. Esa es la rutina.
“Anotamos el día, la hora, el número de crías que encontramos vivas y el número de crías que hallamos muertas. De las vivas, vemos en qué etapa se encuentran: la uno, está en la etapa de yema; en la etapa dos, aún se ve un poco de yema y un pequeño ser; en la etapa tres, ya se encuentra formada la tortuga, que es cuando está absorbiendo el saco vitelino o reserva de alimento. En la etapa cuatro, es cuando eclosionan, y en esta etapa es cuando las liberamos”, explicó.
Ganador de la Feria de Ciencias
Su perseverancia y la importancia de su proyecto llevaron a Noé Solano Gutiérrez a participar en la ExpoCiencias Pacífico 2016. Ahí sorprendió por la claridad de su exposición y obtuvo el pase para representar a México en la Feria Internacional de Ciencias 2017, que se celebrará este mes en Brasil.
“Trabajé muy duro todo el 2015 como voluntario en el Acuario Mazatlán en un programa sobre la conservación de la tortuga marina. Así conocí las especies de tortugas, entre ellas la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), que es la que llega a nuestras playas y es la más pequeña de todas las tortugas que hay”, comentó.
Su proyecto, titulado El mundo mágico de la tortuga marina, contribuye a la conservación de la especie y propone además su cuidado ante organismos como los epibiontes, que causan perforaciones en el caparazón, cabeza y aletas de la tortuga.
“Cuando una tortuga sale a desovar, nosotros (él y sus asesores) estamos ahí donde la tortuga está desovando. Recolectamos los huevos, los ponemos en bolsas y los llevamos al acuario porque hay mucha gente que se los roba, los vende para consumo”, explicó.
Noé comentó que el proyecto explica la relación entre la tortuga marina y los epibiontes, un organismo que deja larvas en el mar y se adhieren a los barcos, tablas y caparazones de las tortugas, provocándoles severos daños.
“Esas larvas sueltan algo pegajoso, chicloso, que después se hace duro, blanco, redondo, hasta que se pega al caparazón, aleta o en la cara de la tortuga. Cuando eso pasa, hacen hoyos en el caparazón para poder reproducirse, y es doloroso para la tortuga porque los hoyos llegan hasta el hueso”, dijo.
Durante la exposición del proyecto en la ExpoCiencias Pacífico 2016, Noé explicó desde la etapa de anidación de las tortugas y la relación con los epibiontes.
“En esa ocasión, pedí que se proteja a nuestra tortuga marina porque existe desde la época de los dinosaurios. Pedí también que nadie consuma productos de la tortuga marina”, recordó.
Desde hace un año, docentes y directivos de escuelas de nivel básico en Mazatlán invitan a Noé Solano a impartir conferencias sobre su proyecto, donde además de su trabajo como voluntario en el Acuario de Mazatlán busca crear conciencia sobre la importancia de proteger la tortuga marina.
Sus asesores
Los asesores de Noé son el biólogo José Barrón Hernández, del Acuario de Mazatlán, y Fernando Enciso Saracho, biólogo y responsable del Campamento de Playa Ceuta. También cuenta con apoyo del programa de Apoyo a Sobresalientes del Estado de Sinaloa (ASES) y del programa Talentos del Centro de Ciencias de Sinaloa (CCS).
José Barrón comentó que, como otros niños, Noé es voluntario del programa de Conservación de Tortugas del Acuario de Mazatlán en el que participó desde el 2014.
Actualmente existen trabajos sobre el tema de los organismos que afectan a la tortuga; sin embargo, considera que el mérito de Noé radica en su interés y perseverancia en la atención del tema a una corta edad.
“Es importante también el trabajo de campo que ha realizado durante la temporada de anidación de tortugas. Es mucho conocimiento y domina bien el tema”, dijo.
Será del 7 al 12 de agosto próximo cuando Noé Solano Gutiérrez acuda a la Feria de Ciencias en Brasil. Comentó que ahí explicará su proyecto, pero sobre todo buscará contagiar a otros para que participen en la conservación de la tortuga marina.
“Platicaré de mi conocimiento. Llevaré algunas muestras de mis tortugas marinas, y les diré a los niños que cuiden la naturaleza. A los padres les diré que enseñen a amar y cuidar la naturaleza a sus hijos”, anunció.
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