Motivaciones de una investigadora que estudia la vejez
Por Nistela Villaseñor
México, DF. 10 de junio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Desde niña leía mucho. Su padre tenía una biblioteca impresionante que después del terremoto de 1985 en la Ciudad de México se fragmentó y finalmente se perdió. Sin embargo, ella conserva en su mente las imágenes de esos libros encuadernados y forrados con piel, como se estilaba antes.
Esos son los recuerdos de Verónica Montes de Oca Zavala, doctora en Ciencias Sociales con especialidad en población por el Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales (CEDUA) de El Colegio de México (Colmex).
Los “quizá” de una vocación
Quizá las lecturas de su padre la empujaron al camino de la investigación; quizá fue la inquietud de adolescente: “En la prepa tomaba diversas clases, incluso con profesores que no me habían asignado pero que quería conocer; las artes siempre me gustaron, por ejemplo. Estar en contacto y discutiendo con diferentes profesores me fue marcando”, afirmó la doctora.
O quizá fue que cuando estudió la Licenciatura en Sociología, pese a que le gustó mucho, sintió que necesitaba más. “Hicimos un área, que todavía existe, que se llama sociología de la cultura, porque estábamos muy a gusto leyendo a Marx y a muchísimos socialistas, pero queríamos una nueva perspectiva más centrada en lo contemporáneo”, recordó.
Después de trabajar dos años y medio como analista en la Secretaría de Gobernación (Segob), la doctora Montes de Oca Zavala descubrió que lo suyo no era la política sino lo académico.
“Decidí dedicarme a la maestría. Afortunadamente tuve excelentes profesores y directores de tesis de primer nivel en el Colmex: eméritos y pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel III”, aseveró.
La especialista perteneció a una generación que disfrutó las bondades de la inmigración que huyó de diversos países por las dictaduras. “Tuve maestros tan importantes como Ruy Mauro Marini, Severo y Vania Salles, Orlandina de Oliveira y Brígida García; gente que vino a México a enriquecer nuestra cultura y ciencia”, manifestó.
Decisiones de vida
Verónica Montes de Oca Zavala, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), determinó durante su estancia en el Colmex hacer investigación porque vio su importancia, y cómo podría orientar el conocimiento a través de la ciencia, de la búsqueda y de las preguntas científicas.
En entrevista, revivió con profundo dolor el hecho que la impulsó a iniciar el que hasta hoy es su proyecto medular. “Mi padre murió a los 56 años porque fue un hombre que no previó su salud y tuvo mucha hambre de niño; aunque se superó muchísimo y fue muy brillante, no lo tradujo en su calidad de vida. No planeó. Eso, más el terremoto del 85, detonaron un cáncer que lo consumió. Parecía de 80 años y solamente tenía 56. No tuvo el derecho a envejecer”, expresó.
Montes de Oca Zavala, quien actualmente es miembro nivel II del SNI, cuestionó entonces por qué algunas personas mueren tan jóvenes y otras viven tantos años; algunos con una calidad de vida impresionante y otros no.
A partir de 1993, la especialista orientó esas preguntas hacia la investigación y comenzó a trabajar en el tema del envejecimiento y la participación económica de los adultos mayores en la Ciudad de México, en pro de otorgarles una mejor vejez.
La coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) y autora del libro Vejez, salud y sociedad en México. Aproximaciones disciplinarias desde perspectivas cuantitativas y cualitativas, destacó la importancia de prepararse para lograr una tercera edad digna: “Para no ser una carga y seguir siendo autónomos, independientes, tener un pensamiento y, sobre todo, emociones muy claras”.
La doctora se visualiza en la vejez con un ritmo menos acelerado pero activa; con una gran claridad para poder seguir escribiendo, enseñando y con una buena posición en la universidad; pero sobre todo siendo constantemente una influencia. Le preocupa la generatividad y se pregunta hasta cuándo se puede tener la capacidad para dejar un buen legado.
“Mi máximo sueño es que algún día alguna escuela primaria tenga mi nombre, porque sería la consolidación de la humildad y entrega con las que he trabajado estos años para la población mexicana”, concluyó Verónica Montes de Oca.
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