Óscar González Pérez, un perseguidor de sueños
Colima, Colima. 17 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Maravillado por la complejidad de las funciones del sistema nervioso central en el ser humano, el doctor Óscar González Pérez decidió un día dedicarse a la investigación en el campo de la neurociencia, desde donde se autodefine como “un perseguidor de sueños”.
En 1994 se graduó como médico cirujano partero en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima (Ucol), y cuando cursaba la especialidad en medicina interna en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, se interesó más por el camino de la ciencia que por el de la clínica, por lo que en 2002 concluyó su maestría y doctorado en ciencias fisiológicas, en el Centro de Investigaciones Biomédicas de Occidente (Guadalajara) y en el Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Colima, respectivamente.
En sus dos tesis de posgrado se enfocó en el sistema nervioso central, abordando cuestiones de enfermedades degenerativas, pero evidentemente en México en aquella época estábamos muy 'en pañales' en investigación en neurociencia y sobre todo en medicina regenerativa, por lo que decidió hacer un posdoctorado en células madre neurales en el laboratorio del doctor Arturo Álvarez-Buylla, de origen mexicano, en la Universidad de California, en San Francisco.
“Tuve la fortuna de que me aceptara, es un laboratorio extremadamente competitivo y difícil de ingresar, ahí aprendí muchísimas técnicas y más cosas que tenían que ver con diversas situaciones del sistema nervioso central”, narra.
Posteriormente, por razones familiares decidió retornar a México y se estableció primero en la Universidad de Guadalajara y posteriormente en la Universidad de Colima, donde actualmente es profesor investigador de la Facultad de Psicología y es miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en el área de Medicina y Ciencias de la Salud.
—¿Por qué se inclinó por la neurociencia y el sistema nervioso central? —se le pregunta.
—Por lo complejo: es el órgano más complejo que hay, es prácticamente el que nos diferencia totalmente de cualquier otra especie de la faz de la tierra. Precisamente tiene tanto de complejidad, que es maravilloso imaginar siquiera cómo el cerebro puede generar todo lo que está a nuestro alrededor, lo que hemos creado los humanos, la capacidad inventiva imaginativa de pensamiento, la abstracción, todo es producto de la función cerebral; entonces eso es algo que siempre me intrigó, me maravilló y me llamó más la atención.
Tristemente es donde menos podemos hacer cuando hay un daño. Si hay una hemorragia cerebral, si hay un cáncer cerebral, una enfermedad degenerativa o una demencia, hay muy poco que se pueda ofrecer a las personas; los medicamentos generan muchos efectos colaterales o son enfermedades incurables. A la persona se le da una píldora que lo que hace es paliar un poco los síntomas, paliar una enfermedad para que el paciente esté un poco mejor, pero no se resuelve el problema de fondo.
Para el doctor Óscar González, constituye un “conflicto de emociones” dedicarse a la investigación del sistema nervioso central, porque “me encanta estar inmerso en esto, pero me frustra que no se sepan muchas cosas y que no tengamos todavía las herramientas a nivel mundial siquiera para poder entender bien cómo funciona el cerebro, pero ver que hay más gente involucrada en el estudio de las neurociencias es algo que sigue alentando a uno a seguir adelante y a tratar de hacer su mejor esfuerzo”.
En esas circunstancias, el científico se define a sí mismo como “un perseguidor de sueños, porque el ideal sería realmente llegar a obtener la cura de algo”, dado que actualmente lo que se hace en el campo del sistema nervioso central es sobrellevar las enfermedades: la ceguera, la sordera, las embolias, los infartos cerebrales, el cáncer.
“Simplemente los procesos que parecen más pequeños, como el mal de Parkinson, en el que es una zona pequeñita la que se daña, se produce un daño terrible en la persona, sobrellevamos todo eso, pero no lo hemos podido curar”.
Dice que si bien el cerebro es uno de los órganos más estudiados, se han obtenido pocos resultados, pues es tan complejo el sistema neural que el avance es muy lento, más que en otras disciplinas.
Uno de los proyectos en que Óscar González trabaja en la actualidad tiene que ver con el uso de nanopartículas para aplicar fármacos que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes con algunas enfermedades degenerativas, como esclerosis múltiple y cáncer cerebral, entre otras. Su línea de investigación es el estudio de los procesos de remodelación y regeneración neural del cerebro posnatal.
Luego de 20 años dedicados a la investigación científica, Óscar González Pérez ha publicado 62 artículos en revistas internacionales indizadas; sus trabajos han sido citados en dos mil 398 ocasiones; ha editado tres libros en lengua inglesa; 14 capítulos de libro, la mayoría de ellos internacionales; tiene una patente registrada ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y un desarrollo tecnológico ante el Registro Público del Derecho de Autor (RPDA); ha dirigido 14 tesis de posgrado.
Con 21 distinciones y premios recibidos a lo largo de su trayectoria académica, Óscar González es editor asociado de tres revistas científicas internacionales: Frontiers in Cellular Neuroscience, American Journal of Stem Cells y Neuroscience International, así como editor huésped de otras más: Frontiers in Cellular Neuroscience, Stem Cells International, Current Signal, Transduction Therapy, Current Immunology Reviews.
Así también, es evaluador de proyectos de investigación en Netherlands Organisation for Scientific Research (NWO/ZonMw), Ciencia Básica-Conacyt, Association Francaise Contre les Myopathies (AFCM), PAPIIT-UNAM, UAEMex, PROMEP-SEP, Fonsec SSA/IMSS/ISSSTE, Ciatej-Conacyt y del Finnova-Conacyt.
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