Annie Pardo Cemo y su búsqueda constante de respuestas
Por Ameyalli Villafán
México, DF. 30 de julio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Annie Pardo Cemo es una científica mexicana reconocida en el mundo por sus estudios sobre enfermedades fibrosantes en el pulmón y por su obra sobresaliente en dicho campo.
A lo largo de 25 años, la especialista ha trabajado junto con el doctor Moisés Selman el tema de fibrosis pulmonar. Durante este tiempo han creado dos grupos de investigación: uno en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y otro en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
El pasado 18 de mayo, la American Thoracic Society entregó a la doctora en Bioquímica el reconocimiento Recognition Award for Scientific Accomplishments, por sus contribuciones científicas sobresalientes en el estudio del pulmón y su biopatología en enfermedades crónico degenerativas, en particular la fibrosis pulmonar idiopática. Se trata de la primera mujer no estadounidense en recibir este reconocimiento.
Después de sortear una serie de obstáculos, la doctora se ha convertido en un referente internacional en el campo del estudio del pulmón, y los resultados de sus investigaciones son de los más citados por otros científicos de todo el orbe.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la especialista mexicana relata cómo su inicio en la investigación fue tardío, pero siempre su trabajo y dedicación sobresalieron y la llevaron a una serie de hallazgos que cambiaron el conocimiento en su campo de estudio.
La biología, un camino sinuoso
La doctora Pardo Cemo recuerda que en su época de estudiante de licenciatura no hubo ningún tema en especial que le apasionara. “La carrera estaba muy enfocada a aspectos de descripción detallada de la diversidad biológica. Esto no era un área que me llamara la atención”, dice.
El interés por la enseñanza la llevó a concursar por una plaza de docente a nivel preparatoria en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). “Ahí me di cuenta de que los temas de biología molecular y bases moleculares de fenómenos biológicos eran los que me interesaba estudiar”, rememora la investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Pardo Cemo comenzó un doctorado en Bioquímica en el IPN; sin embargo, debido a su participación en el movimiento estudiantil de 1968 fue suspendida de dicha institución y volvió a la UNAM, ahora al laboratorio del doctor Ruy Pérez Tamayo.
“De Ruy Pérez Tamayo aprendí no solo de su conocimiento, porque ese está en libros, sino una forma de analizar las cosas, de hacerse preguntas, de cómo desarrollar y materializar ideas. Tanto él como la doctora Irmgard Montfort Happel fueron una influencia importante en mi desarrollo profesional y personal, no solamente desde el punto de vista académico y científico, sino desde el humano”, relata la profesora emérita de la UNAM.
Fibrosis pulmonar idiopática, enfermedad de origen desconocido
A partir de su llegada a la UNAM, la científica comenzó a profundizar sobre los temas de su interés. “Comencé a estudiar las proteínas de la matriz extracelular y a tratar de entender las razones por las cuales estas proteínas se acumulan en un tejido durante la respuesta fibrótica”, rememora.
A pregunta expresa sobre cuál considera que es su mayor logro, la doctora Annie Pardo Cemo responde que dentro del campo de la investigación fue la propuesta de que la fibrosis pulmonar idiopática era diferente en sus mecanismos patogénicos de los otros tipos de fibrosis pulmonar. “El dogma prevalente era que la fibrosis resultaba de una respuesta inflamatoria crónica que no se resolvía apropiadamente debido a la agresión por múltiples agentes”, explica.
La especialista y los doctores Moisés Selman y Talmadge King propusieron que la fibrosis pulmonar idiopática no era una enfermedad inflamatoria, sino que se trataba de una reacción aberrante de las células epiteliales que producen los mediadores que llevan a la fibrosis, esto es, que generan cicatrices que destruyen los alveolos. Esta propuesta produjo un cambio profundo en el tratamiento de dicha enfermedad que se manejaba con altas y prolongadas dosis de antiinflamatorios.
En 2001, el grupo de investigadores escribió un artículo que con el tiempo se volvió uno de los más citados en el área. “Esta hipótesis hace que en el mundo se haya cambiado el concepto de la fibrosis pulmonar idiopática”, comenta la entrevistada.
“¿De dónde vino esta idea? Releímos literatura, vimos los mismos datos con otros ojos, analizamos nuestros propios datos celulares y moleculares, modelos experimentales, y pusimos atención a que los enfermos, a diferencia de pacientes con otros tipos de fibrosis pulmonar, siempre progresaban a pesar de recibir un potente tratamiento de antiinflamatorios”, relata.
¿Qué significado tuvo el hallar algo que antes no se había visto? “Fue una gran emoción”, responde. En su opinión, este descubrimiento, como generalmente sucede en la ciencia, era apenas el inicio del entendimiento de mecanismos mucho más complejos.
“Es muy gratificante poder encontrar respuestas, aunque sea parciales, a preguntas en cualquier terreno de la vida”, añade.
La constancia es la clave
“Yo quisiera que el acceso a la ciencia fuera más amplio”, dice. Y es que para la doctora Pardo Cemo, el que las personas accedan a la educación superior es el primer paso para que el desarrollo en el país sea más constante.
En cuanto al papel que ha jugado la UNAM en su vida, la especialista reconoce que es un privilegio pertenecer a ella. “La universidad me ha permitido ser quien soy, y me ha dado la oportunidad de integrarme al mundo académico y de interaccionar con los jóvenes enseñando y aprendiendo”, comenta.
Por otra parte, considera varios aspectos clave que la han llevado a ser una investigadora destacada en su campo: “La constancia, el empeño, no dejarse vencer por contratiempos y leer, ello permite a cualquier persona salir adelante”.
Pardo Cemo y su equipo de investigación analizan nuevas funciones asociadas con las enzimas responsables de la remodelación de matriz extracelular en respuesta al daño, y actualmente están muy interesados en los mecanismos asociados con el envejecimiento. “El conocimiento avanza y continuamente abre nuevos caminos y perspectivas”, menciona.
“No hay mejor forma de aprender que enseñando”
Para la experta, la docencia significó una temporada de búsqueda. “A partir de la docencia fui encontrando mi camino”, manifiesta y agrega que la interacción con los jóvenes es de las cosas que más la han retroalimentado a lo largo de su carrera. Dentro de la máxima casa de estudios ha impartido clases en todos los niveles.
La doctora Pardo Cemo ha incorporado a jóvenes estudiantes como tesistas desde la licenciatura hasta el posgrado y con ellos trabaja directamente en sus proyectos de investigación.
En este contexto, es vital estimular a los alumnos a hacerse preguntas, “que se den cuenta de que los conocimientos no están terminados, que hay mucho por descubrir”, añade.
Asegura estar consciente de que tiene dos legados: la investigación y la docencia. “Fue en la academia donde aprendí a disfrutar de la biología. No hay mejor forma de aprender que enseñando”, concluye.
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