Alejandro Farah, develando el universo
Por Tania Robles
México, DF. 9 de diciembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Divulgador, juguetero, astrónomo e ingeniero, uno de los encargados de la instrumentación astronómica del Instituto de Astronomía y presidente de la Sociedad Astronómica de México (SAM), Alejandro Farah Simón, ha logrado cultivar una vida de éxitos y experiencias.
“Sobre todo, siempre me gustó curiosear, no exactamente la astronomía o ingeniería. Más bien en saber cómo y por qué funcionan las cosas; cuando lo aprendía me sentía a gusto”, cuenta el doctor en entrevista.
Ingenio y telescopios
Dedicado al diseño de aparatos para la ingeniería y la astronomía, ocupación en la que se ha consolidado a través de años de experiencia, desde pequeño sintió esa afición y curiosidad que invade a todo científico, misma que fue alimentada por sus padres, profesores y amigos.
Luego, en la secundaria, Alejandro Farah tomó la iniciativa de obtener el aprendizaje de forma autodidacta, en bibliotecas, programas de televisión, monografías, biografías y demás fuentes. “Estudié ingeniería, aunque lo que más me gustaba era la astronomía, pero platicando con gente, me dijeron que era más difícil conseguir trabajo como astrónomo. Entonces decidí ser ingeniero para tratar de facilitar el encontrar trabajo, aunque tenía la astronomía como pasión y no como forma de vivir. Luego terminé estudiando ingeniería, pero me dedico a vincular la astronomía y la ingeniería”, comenta.
Para el doctor Farah Simón, la ciencia y la ingeniería son muy similares, dado que las dos se basan en el método científico, “ambas son en función de métodos y números. Esa es la gran similitud entre ambas áreas. Es una ventaja para los que estudiamos un área del conocimiento como ciencias básicas o aplicadas, luego uno solo se desvía a lo que le gusta. Ese fue mi caso, como aprendí el método científico, no sobre telescopios, luego pude hacer el diseño de un telescopio usando formas para diseñar presas, coches y ese tipo de elementos”.
Como tesis de licenciatura, Farah Simón realizó el diseño mecánico y análisis estructural de una celda para el espejo primario del Telescopio Óptico-Infrarrojo Mexicano (TIM), con el objetivo de obtener una geometría capaz de soportar el espejo sin deformar o cambiar los valores específicos y sin modificar las propiedades ópticas que el telescopio requería para hacer investigación.
Posteriormente en el posgrado, tiempo en el que fue becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), trabajó en el diseño optomecánico del barril para la cámara del Gran Telescopio de Canarias en el instrumento OSIRIS, es decir, un sistema mecánico que soporta lentes de precisión en el instrumento, “esa cámara requería funcionar durante 10 años, funcionar de -6 a 30 grados centígrados, garantizar que la imagen no se moviera por deformaciones gravitatorias o térmicas, y todo eso uno lo tiene que justificar en papel, diseño, fabricación y uso. Por eso todo tiene que ver con el método científico, aun aplicado a la ingeniería”, añade.
Desde 2011, Farah Simón es presidente de la Sociedad Astronómica de México (SAM), la segunda sociedad de divulgación de la astronomía más antigua del mundo.
Inicio prometedor
Cuando se encontraba terminando la tesis de licenciatura en el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la institución necesitaba investigadores o expertos en el área de instrumentación para trabajar en el telescopio de Canarias, por lo que fue invitado a incorporarse como técnico académico de la instancia.
Ahora, con 15 años en el instituto, se encuentra desarrollando junto con todo el equipo de instrumentación del Instituto de Astronomía nuevos proyectos que han tocado puerta para innovación e investigación en este campo. “Por un lado está corriendo el San Pedro Mártir Telescope (SPMT); un futuro telescopio de 6.5 metros de diámetro que se está gestando y buscando recursos, se está avanzando en el proyecto. También se están realizando telescopios chicos de 60 centímetros o un metro para tareas particulares y específicas”, explicó el fundador y miembro de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería (Safir).
Alejandro Farah y todo este grupo encargado serán responsables de hacer que la instrumentación de los telescopios funcione, de manera que se pueda obtener el máximo de datos para la investigación en astronomía.
Instrumentación astronómica
“Yo llamaría la instrumentación astronómica como la base de nuestra civilización”, refiere Farah Simón.
Esto en línea a la tradición astronómica de las civilizaciones y siendo esta la base primordial de las civilizaciones en la búsqueda del conocimiento, llegando hasta hoy día en que sin conocer nuestra relación con el espacio, no existiría mucha de la tecnología actual como los GPS, o el conocimiento de que la Tierra es redonda, afirma.
“Si te pones a pensar que cada que se desarrolló un instrumento fue para conocer sobre el universo externo, eso permea ideas que se van perdiendo y quedando en otras áreas como la biología por ejemplo. La óptica se desarrolló por los telescopios, y ahora hasta tenemos pantallas digitales con desarrollos cuyo origen estuvo basado en la astronomía”, comenta.
Actualmente, dice, la astronomía se encuentra fuertemente vinculada con la instrumentación astronómica como computadoras, detectores, modelos matemáticos y desarrollos tecnológicos. Específicamente, la astronomía mexicana aporta entre uno y dos por ciento del conocimiento en este campo que se desarrolla en el mundo.
“Parece poco pero es muy relevante dado el poco número de astrónomos que hay. La instrumentación astronómica es una manera de impulsar otras áreas del conocimiento y México tiene fuerte repercusión en esto”, concluyó el investigador.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.