Eleazar Cuautle, el científico que estudia lo más pequeño del universo
Por Verenise Sánchez
México, DF. 9 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Todo lo que existe en el universo, desde una minúscula piedra hasta un planeta o la propia galaxia, está hecho de materia conformada por doce partículas denominadas elementales. Estas doce partículas es lo más pequeño que hay, o por lo menos lo más diminuto que los científicos han descubierto hasta el momento.
Uno de los científicos mexicanos que estudia estas pequeñas partículas es Eleazar Cuautle Flores, profesor investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista, el también responsable de la Red Temática Mexicana Científica y Tecnológica para ALICE-LHC del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), señaló que su interés por estudiar lo más fundamental de la materia surgió desde que tenía unos cuantos años de edad.
Hombre de retos
Nació en 1967 en San Francisco Ocotlán, una comunidad humilde del estado de Puebla. Sus padres se dedicaban a trabajar la tierra mientras él, junto con sus hermanos, iba a la escuela.
Eleazar recordó que desde pequeño se interesó en cómo y por qué sucedían algunos de los fenómenos naturales y físicos, sin saber que estos eran estudiados de manera científica.
“La ciencia la entiendo como el conocimiento de las cosas, desde las más simples hasta las más complejas. En este contexto, puedo decir que desde los primeros años de educación básica me interesó entender los fenómenos físicos, claro, sin saber realmente que eso era ciencia”.
Señaló que cuando era niño nunca se imaginó que sería investigador y menos de ciencias exactas, ya que en su educación básica tuvo muchos problemas con las matemáticas.
“Las matemáticas fue la materia que más trabajo me costó entender, se convirtió en un verdadero reto”, pero aseguró que él es un hombre de retos y justo las cosas que más le atraen son aquellas que representan un desafío.
Así que cuando logró dominar las matemáticas decidió que estudiaría algo relacionado con ellas, pero que fuera algo complejo para que día a día se enfrentara a nuevos retos.
“Durante mis estudios de secundaria y preparatoria comencé a tener una clara definición de lo que es física, matemáticas, química, entre otras áreas de las ciencias exactas. La física fue la que más me llamó la atención, porque me enseñaron que la física puede describir el movimiento de todas las cosas, pequeñas y grandes, simples y complicadas”.
Por tal motivo, se inclinó por la física, así que viajó a la capital de la entidad para estudiar primero la licenciatura y, posteriormente, la maestría en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Física de partículas y el LHC
Después de estudiar la licenciatura en física, fue que le surgió un interés muy peculiar por estudiar lo más pequeño de lo más pequeño, es decir, las partículas elementales que en la década de los noventa era algo muy novedoso en México y aun más en Puebla.
“Como en todas las cosas, hay una moda, me parece que la física de partículas tenía un auge, al menos a nivel institucional en la BUAP; además de que yo tenía un claro interés por el origen de las cosas”.
Le interesaban temas como cuál es la constitución de la materia, su procedencia, la forma como interactúa con lo demás, sus propiedades y cómo esta evoluciona, entre otras cuestiones.
Para comprender mejor estos “misterios” físicos y aprender de lo que están haciendo otros científicos de México y de otras partes del mundo, decidió hacer un doctorado y dos estancias posdoctorales.
El doctorado lo realizó en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y sus estancias posdoctorales fueron en el Laboratorio de Física de Altas Energías (LAFEX, por sus siglas en portugués) del Centro Brasileiro de Pesquisas Físicas, en Brasil, y otro en el ICN, en donde actualmente labora.
Aprender y trabajar en estos centros de investigación de talla internacional llevaron a Eleazar a los principales laboratorios donde se realizan los experimentos más relevantes para conocer las partículas elementales.
Se trata del Laboratorio Nacional Fermi, mejor conocido como Fermilab, el cual se encuentra ubicado en Chicago, Estados Unidos, y el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), ubicado en la frontera entre Suiza y Francia.
Rememoró que su llegada al LHC fue circunstancial, como en muchas cosas que le han pasado. “Regresaba a México de mi posdoctorado que había realizado en Brasil, durante el cual había trabajado en un experimento del Fermilab, y justo en el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM planeaban formar un grupo experimental en altas energías, ya que antes de mi llegada solo existía el grupo teórico en el área”.
Ya como parte del grupo experimental de altas energías de la UNAM, se empezó a involucrar en los experimentos que se realizan en el LHC, en concreto en el experimento ALICE (A Large Ion Collider Experiment), que es en donde se concentra el grupo más grande de científicos mexicanos.
“Siento que llegué al lugar correcto y en el momento correcto, justo cuando se estaba construyendo el detector Vzero y, posteriormente, el ALICE Cosmic Ray Detector (ACORDE). En ambos tuve la fortuna de ser uno más de los que participó en los diseños de estos detectores. Eso junto con los diferentes estudios de los fenómenos de física que se estaban planeando para el experimento ALICE”.
Trabajar en este proyecto de talla mundial representó para Eleazar Cuautle una gran satisfacción pero también un reto muy fuerte, ya que no solo estaba su nombre de por medio, sino la reputación de todo el grupo mexicano.
“Como todo trabajo, hay una responsabilidad, primero personal porque es uno mismo quien se para delante de un grupo de expertos a presentar resultados, pero detrás de uno como persona está una institución a la cual estoy adscrito. Además como mexicanos, representamos a México, por ello todo lo que hago trato de hacerlo con esmero, dedicación y con la idea que cada vez lo debo hacer mejor”, expresó.
Los jóvenes, el futuro de México
Además de sus investigaciones, Eleazar Cuautle disfruta mucho transmitir su conocimiento a los jóvenes, ya que reconoció que en ellos está el futuro del desarrollo científico y tecnológico del país.
“México es un país de jóvenes, algunos buscan una oportunidad de estudio y muchos otros ya están formándose como investigadores, en ambos casos, se debe de apoyar para completar su formación, ya que un país sin ciencia es un país sin progreso”.
Por tal motivo, afirmó que brinda su “mayor esfuerzo y pasión al dar clases, invierto tiempo en los alumnos, ya que me gusta pensar que contribuyo en la creación de más y mejores grupos de investigación que ayudarán a resolver problemas nacionales”.
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