Norma Orozco, una mente emprendedora en constante movimiento
Por Yureli Cacho Carranza
México, DF. 9 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- La ingeniera en alimentos Norma Estela Orozco Sánchez, actual directora general del Centro de Investigación y Capacitación en Confitería, quien es orgullosamente potosina, desarrolla un mazapán que retarda la aparición del Alzheimer, “lo haremos a base de cacahuate, porque contiene omega 3, y chía, la cual tiene un alto contenido de antioxidantes que pueden contribuir a evitar la oxidación del cerebro y retardar la enfermedad. Estamos en la etapa de investigación, nos llevará alrededor de un año más, aunque la fórmula ya está lista estamos estudiando su aplicación”.
La investigadora, quien ha hecho de la confitería todo un arte, ha desarrollado numerosas innovaciones alimenticias como el chocolate antidepresivo con coenzima Q10, cuya creación ha arrojado resultados muy positivos, y las gomitas para niños con déficit de hierro.
Actualmente trabaja en la elaboración de un chocolate antidepresivo para Venezuela exclusivamente, en esta ocasión basado en la semilla y cáscara de la uva. Norma Orozco es asesora técnica de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolate, Dulces y Similares A. C. (Aschoco) y también forma parte del Comité de Normatividad.
Con 27 años de experiencia en la industria de la chocolatería y confitería, Norma Estela Orozco Sánchez habla en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt de su pasión por la vida, de su trabajo y sobre los desafíos que ha tenido a lo largo de su trayectoria.
“La innovación no es fácil…”
Sobre este tema la especialista considera que existe un problema grave porque “todo mundo habla de innovación y la innovación no es fácil. Hay desarrollo, existe investigación pero innovación, al menos en el campo de alimentos y bebidas, no mucha. Cambiar el color o la textura a un producto no es innovar. Aunque existe iniciativa pienso que para el potencial del país que somos hace mucha falta trabajar en innovación”.
Respecto a los denominados productos funcionales, de los cuales la ingeniera ha desarrollado los mencionados anteriormente, estima que sí son innovadores. “No se trata solo de agregar fibra, vitaminas, hierro o cualquier otro ingrediente que les dé la característica de funcional. Se debe vincular la investigación para lograr una buena fórmula y saber cómo lo está recibiendo el consumidor final, es decir, la biodisponibilidad del ingrediente funcional”.
Vincular ciencia con iniciativa privada
Gracias al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la ingeniera Norma Orozco logró empalmar el desarrollo de un chocolate con la investigación. “Investigar sale muy caro y para lograr mis proyectos requería dinero que mi empresa no podía proporcionarme, por lo que el apoyo del Conacyt fue fundamental, de lo contrario no hubiera obtenido este proyecto de éxito”.
PEI) le permitieron a la experta en confitería, además de adquirir buenos e importantes equipos para su trabajo, invertir en un desarrollo innovador y funcional.
Los fondos obtenidos a través del Programa de Estímulos a la Innovación (“Tan solo la vinculación con la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) costó muchísimo, fue la consulta más cara de mi vida y, a su vez, la que mejor resultados me ha dado al lograr la comprobación que requerían los productos debido a la importancia que tienen los protocolos de investigación, los cuales como empresaria independiente quizá no hubiera podido realizar”.
Norma Orozco afirma que obtener presupuesto en el ámbito privado no es fácil, “a las universidades llega pero a las empresas no tanto y gracias al Conacyt, de ser capacitadora, consultora y asesora pasé a ser investigadora. El Conacyt fue ese vínculo que me hacía falta”.
Sobre cómo se encuentra la ciencia en México, la ingeniera explica que aunque en México hay muchos genios, desafortunadamente no siempre se les ofrecen los medios necesarios y que además sean vastos para desarrollarse como merecen.
“La carrera de los científicos en México resulta limitante. En otros países a los científicos se les apoya mucho para que económicamente todo a su alrededor se mantenga controlado mientras siguen estudiando, investigando y desarrollando, pero aquí es difícil. Desde mi punto de vista, la ciencia e investigación en México aún es pobre porque los científicos deben ocuparse de muchas otras cosas para poder comer”.
Para la especialista, hace falta explotar más el desarrollo de la ciencia en México porque fuera de las universidades también hay mucha gente que investiga y para los investigadores de la iniciativa privada la lucha es doble porque aparte de estudiar e indagar cómo desarrollar algo nuevo, deben buscar su sustento. "Es una gran ventaja que exista el Conacyt pero hace falta mayor apoyo".
Soñar no cuesta nada
Si en sus manos estuviera hacer un cambio de fondo en el país, Norma Orozco no duda en decir que haría que por ley todos los universitarios exitosos le platiquen a niños y jóvenes, tanto de escuelas públicas como privadas, su experiencia sobre su crecimiento profesional, dedicando para ello mínimo cinco horas al mes. “Si los líderes y empresarios compartieran la experiencia de su triunfo, sería una buena manera de motivar a niños y jóvenes para que la situación en México mejore”.
Otra cosa que llevaría a cabo es no permitir que recién egresados de las facultades comenzaran a dar clases. “Al salir de la universidad, primero tendrían que enfrentarse mínimo tres años al sector público o privado y aprender lo que se necesita, saber en dónde están las fallas y qué es lo que hace falta mejorar en la industria. Es fundamental que los docentes tengan experiencia y práctica, no podrían ser docentes sin primero haber tenido experiencia laboral en su profesión”.
Recientemente Norma Orozco presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara la tercera edición del libro Confitería: de lo artesanal a la tecnología, editado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes, realizado en coautoría con la ingeniera María Magdalena Ramírez Gómez y publicado en inglés también.
El cielo es el límite
Norma Estela Orozco Sánchez admira a la gente sincera, a quienes siempre dicen sí se puede y a sus amigos. Le maravilla el legado de Albert Einstein, Gandhi y de su abuelo, quien desde que la empresaria comenzó a caminar, le enseñó a ser independiente y a nunca decir que no se puede. “El ‘no puedo’ es una fobia para mí, no ubico la palabra fracaso. Hay gente que sin motivo te pone obstáculos, no lo comprendes porque tú no eres así. Sin embargo, la mejor manera de que las cosas salgan es agradecer lo que se tiene y dar lo mejor de uno mismo, eso resuelve todo. Los tropiezos se brincan y no pasa mayor cosa, sigues adelante”.
Se define a sí misma como una mujer que ama su país y su tierra, apasionada y "aventada. Sé que a veces la riego pero me gusta experimentar, no quedarme estática, sino ir siempre adelante, en busca de algo más. Cada día despierto con el ánimo de aprender, me encanta leer, investigar y para mí el límite es el cielo, no hay por qué ponerse límites. Entre más dificultades para mí es mejor porque eso me motiva a superar los retos, es cuestión de mentalidad y hasta hoy he logrado y superado los retos que me he puesto”.
Entre sus mayores satisfacciones está saber que sus exalumnos han triunfado, “escucharlos decir ‘Norma, ya tengo mi propia fábrica’, ‘ya sé confitar’, ‘me está yendo bien’, ‘tengo mejor puesto’, es muy satisfactorio”, porque además de hacer chocolate y confitar, le encanta enseñar.
“Mi hijo David de 22 años también me ha dado muchas satisfacciones, gracias a que es independiente, maduro y responsable he podido desarrollarme en mi profesión; amo y disfruto mucho lo que hago, puedo estar ocho horas de pie frente al bombo y permanecer atónita durante el proceso".
No hay mala experiencia sin aprendizaje
Una de las enseñanzas que ha obtenido y recomienda es aprender a vivir más intensamente y disfrutar más la vida. "No todo debe ser el trabajo porque el tiempo pasa la factura. Es necesario cuidarse y compartir mayor tiempo con la familia y amistades. Cuando la prioridad es el trabajo, no es hasta que algo te lleva a recapacitar que aprendes a valorar más los momentos en familia y de esparcimiento. En mi caso, durante un vuelo de San Luis Potosí a Monterrey estuvimos a punto de aterrizar en medio de una tormenta eléctrica, entramos al núcleo de la fuerte lluvia y durante tres minutos sentí la muerte. Entonces reflexionas y cuando por fortuna regresas, es inevitable proponerte hacerlo con más ganas, aprender más, ser más y dar más”, expresa.
Mayor informaciónCalle Santos Degollado 769, Colonia Jardines del Estadio, C.P. 78280, San Luis Potosí, México01 (444) 811 9935www.confiteriacicc.comEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. |
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