Isabelle Barois, fascinación por la naturaleza
Por Yureli Cacho Carranza
México, DF. 12 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Isabelle Francoise Guadalupe Barois Boullard, mexicana, de padres franceses e investigadora titular B del Instituto de Ecología (Inecol), ha brindado importantes aportaciones al conocimiento sobre lombrices de tierra y su relación con la materia orgánica, los nutrientes, la textura y los microorganismos del suelo
para mantener la fertilidad de estos.Entre sus publicaciones destaca su primer artículo con que se inició en el trabajo científico que habla de las relaciones mutualistas que existen entre las lombrices de tierra y las bacterias para reciclar la materia orgánica y "que ha sido inspirador para varios colegas”. De más reciente creación, el pequeño libro de divulgación Tierra somos, al que la autora considera importante por su sencillez y alcance a todo público, en donde de forma muy ilustrada resalta la importancia de la biodiversidad del suelo y su relación con muchos de los procesos naturales que se desarrollan sobre él.
Para Isabelle Barois tratar de entender los procesos de la materia orgánica del suelo —que permiten y sostienen la vida en el planeta— ha sido una de sus mayores satisfacciones. Además de recorrer el campo, gusta mucho de viajar, de esta manera su profesión le ha permitido enriquecer su conocimiento y la oportunidad de conocer países como Kenia, Uganda, Costa de Marfil, India, Indonesia, Brasil y la propia Francia donde realizó su doctorado. En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora habla de su vocación, del gusto por su trabajo y de sus mayores pasiones.
Por qué biología
Fue el amor y admiración por la naturaleza, así como su deseo de preservarla, lo que motivó a Isabelle Barois a ser bióloga. "En mi adolescencia me tocó escuchar las primeras advertencias de una crisis ambiental global, que aunque parecía lejana, implicaba un cambio de mentalidad, convivencia, consumo y respeto por la naturaleza que desafortunadamente todavía no se alcanza".
De no ser bióloga, considera que quizá hubiera optado por ser historiadora, porque desde pequeña sentía atracción por las revistas que su madre leía sobre historia universal. Otras veces piensa que podría simplemente dedicarse a establecer una florería "por la maravillosa experiencia de conocer las flores, sus perfumes, sus colores y su belleza excepcional".
Sin embargo, para Isabelle Barois entender los complejos procesos de la naturaleza —a veces buscando como lo haría un detective— para saber cómo funciona y por qué suceden las cosas, le resulta cautivante. "Conocer nuestra biodiversidad es fascinante, entender el papel y la importancia de un organismo diminuto y aparentemente insignificante como son las lombrices, es un gran gozo y una verdadera revelación que sacude nuestra pretendida supremacía e importancia en este planeta".
Investigadora nacional
Similar a uno de sus temas de investigación —las lombrices—, Isabelle Barois se considera una persona constante y perseverante, aunque un poco incrédula de sus propios logros como ser autora de más de 30 artículos científicos y especializados, 20 capítulos en libros, decenas de memorias en extenso, informes técnicos, además de expositora en cerca de 80 congresos y simposios. "La sola redacción de artículos científicos y las presentaciones de los temas de investigación ante un público, ya sea especializado o aun de niños o jóvenes, resulta siempre un reto, un desafío que emociona y a la vez inquieta".
Sus temas de investigación comprenden el manejo de la fauna edáfica, la ecofisiología de lombrices de tierra, la demografía de especies de lombrices, el lombricompostaje de residuos orgánicos y los inventarios de macrofauna de suelos.
Durante su último año de doctorado en Francia, la ecóloga estuvo becada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Actualmente es investigadora en el Instituto de Ecología (Inecol) y ha participado en muchos proyectos financiados por el Conacyt. Afirma que a partir de sus estudios de posgrado a la fecha, el Conacyt ha sido fundamental para ella.
Como miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), desde 1991 aunque con una interrupción de 2011 a 2014, Isabelle Barois, opina que el SNI ha estimulado y promovido la ciencia de calidad en México. Sin embargo, "más allá de condicionar una remuneración económica justa y encasillar el trabajo científico en términos de puntaje académico y de publicaciones científicas internacionales, debería abrir sus criterios y valoración promoviendo y estimulando la resolución de problemas reales, la colaboración intra e interdisciplinaria y, sobre todo, la pertinencia y la vinculación estrecha con las necesidades y requerimientos del país".
Por una cultura ambiental
Tal como lo visualizó cuando fue adolescente, para Isabelle Barois es fundamental que tanto en México como a nivel mundial se desarrolle una cultura a favor del cuidado y preservación del medio ambiente.
"Debe ser parte de nuestros hábitos separar los residuos, reciclar la materia orgánica y devolverla como fertilizante al campo, además de aprovechar sustentablemente los recursos. Inculcar desde la infancia el amor por la naturaleza a través de valores de convivencia y respeto por los servicios ambientales. Saber cómo y de dónde viene el agua, los alimentos y las energías que utilizamos, sobre todo ahora que la gran mayoría de la población se concentra en ciudades y no sabe cómo se obtienen todos estos productos o servicios".
Para quien considera que la divulgación científica es fundamental porque mejora el nivel de cultura y conocimiento, resulta importante abocarse a cambiar la creencia de que para desarrollar un país es necesario explotar y consumir la naturaleza.
"El patrimonio natural se debe conservar para volver a ver ríos limpios, tierras no erosionadas y producir alimentos de calidad. Es preciso reconocer que el planeta, aunque muy grande, no es infinito, es la casa de todos, nuestra responsabilidad debe ser prioritaria y sobre todo compartida".
Junto a su marido Eduardo Aranda comparte el amor y esfuerzo comunitario por proteger el bosque y el río Pixquiac, situados frente a su hogar en Zoncuantla, Coatepec, Veracruz. La investigadora confiesa que una de sus fobias es encontrarse en el metro en horas pico. La motivan las personas solidarias, entusiastas, abiertas y confiadas; contrariamente, quienes son falsos, tramposos, soberbios o pretenciosos la desmotivan y la enojan.
Admira a Gandhi y a sus propios padres que, a pesar de no haber sido "personas fáciles", fueron íntegros y siempre unidos. Reconoce también a su “gurú” intelectual, como ella lo llama, el doctor Patrick Lavelle por su generosidad, su conocimiento y su personalidad abierta.
La investigación como forma de vida
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Para Isabelle Barois promover la curiosidad, creatividad y búsqueda de la verdad a fin de que la gente conozca y aproveche el conocimiento, valore la ciencia, entienda su potencial y reconozca la investigación como un camino, una profesión y una forma de vida, es determinante para que más personas se inclinen por dedicarse a la ciencia.
En su opinión, apoyar más la creatividad e innovación contribuiría a la solución de problemas en el país porque por ejemplo, a nivel internacional, México fue uno de los primeros países en promover la modalidad de Reservas de la Biosfera y también de los primeros en tener una Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), lo que ha sido ejemplo para muchas naciones. “México tiene muchos y grandes personajes que han puesto en alto la ciencia en México y en el mundo”.
A la científica le gustaría lograr un mayor equilibrio entre su trabajo y el tiempo libre, así como “recordar y valorar mejor la vida, la salud, la amistad y el amor por nuestra naturaleza”.
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