Ricardo Rodríguez Estrella, un investigador comprometido con la conservación biológica
Por Joel Cosío
La Paz, Baja California Sur. 22 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- “Gusto y compromiso son necesarios para ejercer la ciencia, vivo de ella y es lo que me da felicidad”, mencionó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Ricardo Rodríguez Estrella, investigador titular del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Rodríguez Estrella ganó el premio a la Investigación Científica en Conservación Biológica 2015, del programa Volkswagen, "Por Amor al Planeta", que se otorgó en febrero del año en curso, por sus distinguida trayectoria en la investigación de la ecología y conservación.
Sus líneas de investigación están enfocadas en la biología de la conservación, ecología animal, en particular de las aves, efectos de la actividad humana en poblaciones pequeñas, en especies amenazadas y en peligro de extinción; estudios en áreas fragmentadas y humanizadas, modelación espacial para la determinación de áreas relevantes para la conservación y ordenamiento ecológico territorial.
Rodríguez Estrella nació en la Ciudad de México, estudió la licenciatura en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), su maestría en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y su doctorado en la Estación Biológica de Doñana de la Universidad Autónoma de Madrid, España. Por más de veintisiete años ha laborado como investigador y docente preparando a nuevas generaciones de profesionales de la ciencia en el Cibnor.
Sus inicios
En la educación media superior realizó su servicio social en el Instituto de Ecología (Inecol), en donde, al lado de investigadores extranjeros, trabajó con aves rapaces y mamíferos; tal
acercamiento a la ciencia influyó en su proyecto vida.“Para mí fue la apertura de otro mundo, porque ellos llevaban mucho más tiempo trabajando con cuestiones de ecología que no se hacía en el país, como consecuencia de esta experiencia empecé a leer mucho sobre el tema; Jacques Cousteau también influyó mucho, porque fue uno de los que empezaron a hablar sobre conservación, una cuestión que hace cuarenta años no figuraba en las agendas”, comentó el investigador.
En esa primera experiencia fue seducido por varios aspectos de la biología de las aves rapaces, los ecosistemas en donde habitaban estos animales y la importancia de la conservación ecológica.
“Me gustan las águilas y los búhos, además de otras aves rapaces, son animales bonitos e imponentes y son depredadores tope en la cadena alimenticia; su fortaleza los hace atractivos”, mencionó.
De esta forma, sus investigaciones se han desarrollado alrededor de estas aves que utiliza como modelo de estudio para entender la forma en que las actividades humanas afectan los sistemas biológicos, las especies y la biodiversidad de un área.
El trabajo de campo y la docencia
En sus investigaciones, el trabajo de campo ha sido de suma importancia y gran parte de su carrera ha transcurrido entre las comunidades rurales y las serranías en donde llega a internarse por semanas.
“Lo que más tiene que hacer uno para obtener la información es ir al sitio en donde están los animales, de poco me serviría tener la información en los tubos Eppendorf o en las jeringas, con los patógenos, parásitos y todo lo que vas viendo, si desconozco cómo están los animales en el campo”, afirmó Rodríguez Estrella.
La docencia es una de las actividades que más disfruta dentro de su trabajo en el Cibnor, en su trayectoria ha formado a 33 estudiantes de todos los niveles para realizar investigación con los enfoques de ecología animal y biología de la conservación.
“Siento que tengo una obligación, por la educación que recibí en escuelas públicas, y es la responsabilidad de regresar parte de lo que uno obtuvo. Cuando acude un estudiante a mí me lo tomo con la mayor responsabilidad posible porque está parte de su futuro en tus manos”.
Por amor al planeta
“El objetivo de un premio de este nivel es promover que cierto tipo de investigación se desarrolle en el país; cobra gran relevancia porque los evaluadores de los proyectos son gente del más alto nivel académico y reconocidos a nivel mundial: Gerardo Cevallos, Rodrigo Medellín, Ezequiel Ezcurra, entre otros”, mencionó el galardonado.
Durante casi treinta años, el doctor Rodríguez Estrella ha trabajado en el estudio de la conservación de especies y ecosistemas de gran relevancia, en particular los prístinos y hábitats modificados por el hombre, y con base en patrones ha detectado especies sensibles a estos cambios, documentando su progreso y evolución, en particular de aves rapaces.
“Cualquier sistema que es modificado y tiene pérdida de biodiversidad tiene una repercusión negativa en lo que el hombre obtiene: los servicios ecosistémicos. La idea es que estas investigaciones aterricen en propuestas de manejo y políticas públicas en el país”, afirmó.
Sus investigaciones han sido parte integral para el desarrollo de propuestas de creación y mejoramiento de planes de manejo de áreas naturales protegidas (ANP) en el país y, en particular, han influido en los decretos de las Reservas de la Biosfera Sierra de la Laguna, El Vizcaíno y Archipiélago Revillagigedo, en el noroeste del país.
Además, han dado soporte a la integración de perspectivas de análisis a distintas escalas e inclusión de los efectos de actividades humanas en aspectos funcionales de los ecosistemas.
“En el mundo no queda más allá de cinco a diez por ciento de sistemas que no están siendo manejados por el hombre y están siendo modificados; todos los sistemas de alguna forma se tendrán que adaptar a estos cambios y dentro de estos cambios algunas especies serán extintas y otras van a progresar, también habrá aquellas que les da lo mismo”, señaló.
El águila real
Dentro de sus investigaciones, en particular resalta el proyecto de monitoreo del águila real, en la que Rodríguez Estrella actualmente coordina a un grupo selecto de expertos que están realizando el monitoreo y evaluación del ave en territorio mexicano.
En los últimos cinco años, los expertos han registrado importantes datos sobre la población del águila real, entre los que destaca una marcada disminución de la población en algunas regiones del país.
Por tal motivo, una de sus propuestas es que se catalogue esta especie en la Norma oficial Mexicana (NOM) en peligro de extinción y, de esta forma, garantizar su conservación.
“El águila real está considerada dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2001) como especie amenazada; sin embargo, con base en nuestros estudios, debería estar considerada en peligro de extinción, por tal motivo, tenemos la idea de publicar la situación ecológica, a partir de estos estudios y monitoreo, del águila real en el país”, mencionó Rodríguez Estrella.
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