El eco del universo

Por Tania Robles

Durante el siglo pasado en el campo de la física y la astronomía, se gestaron grandes descubrimientos y teorías como las de la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica, la expansión del universo o el Big Bang.

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Para esta última, en 1964 un grupo de investigadores de la Universidad de Princeton formado por Robert Dicke y James E. Peebles, sugirieron que tras la gran explosión habría quedado un remanente de radiación de fondo de microondas residual proveniente de este evento en el universo primitivo. Decididos a probar la teoría, planearon un proyecto experimental para captar esa señal.

Sin embargo casi 30 años antes, en 1931, Karl Jansky un ingeniero de los Laboratorios Bell Telephone de Estados Unidos había descubierto una extraña perturbación en las líneas telefónicas que llegaba a distorsionar la señal de las llamadas. Para Jansky esto parecía ser algo que venía del espacio pero nunca pudo concretar una investigación que afirmara esto.

Años después, en 1965 los jóvenes radioastrónomos Arno Penzias y Robert Wilson intentaban realizar trabajos experimentales con una enorme antena de radio telecomunicaciones por satélite de Laboratorios Bell en Nueva Jersey, Estados Unidos. Durante su intento por obtener datos para su trabajo, detectaron que existía una señal continua que interfería con sus mediciones, y aunque la antena fuera movida de posición en el cielo siempre se captaba esa señal.

Para eliminar un molesto ruido o interferencia que se detectaba, también intentaron varias acciones como desconectar y conectar cables, comprobar los circuitos, recubrir los remaches y enchufes del sistema con cinta aislante, armar y desarmar componentes de la antena e incluso pasar días limpiando la enorme antena de los excrementos de las palomas.

Para entonces y a tan solo algunas decenas de kilómetros de Nueva Jersey, Princeton ya se encontraba en la búsqueda de la radiación predicha por lo que Robert Dicke recibió una invitación de Penzias y Wilson explicando su problema. Esta inesperada coincidencia llevó a Dicke a encontrar la radiación cósmica de fondo proveniente del Big Bang que había estado buscando.

No obstante, Princeton solo obtuvo la posibilidad de publicar un artículo en la revista Astrophysical Journal, mientras que Arno Penzias y Robert Wilson obtuvieron el Premio Nobel de Física en 1978 por este inesperado descubrimiento.

Fuente: La Radiación Cósmica de Fondo

 

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