Cátedras desde el sur
Por Susana Paz
Campeche, Campeche. 1 de julio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- El grupo de Ecología de Artrópodos y Manejo de Plagas es uno de las más importantes en la unidad Tapachula de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y este año cuenta con el “refuerzo” de tres científicas adscritas a la convocatoria Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores.
Según José Pablo Liedo Fernández, quien pertenece al Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente de Ecosur unidad Tapachula, y fue acreedor al Premio Nacional de Sanidad Vegetal 2014 otorgado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la iniciativa de Cátedras Conacyt para el grupo de Ecología de Artrópodos y Manejo de Plagas les “cayó como anillo al dedo”.
“Nosotros pensábamos que éramos de los grupos más grandes y sólidos de la institución, y cuando estábamos haciendo la revisión curricular nos dimos cuenta que ya no teníamos el número de investigadores que requería el programa. Eso ha sucedido porque un gran número de colegas de nuestro grupo se han incorporado a otras unidades, y de repente nos dimos cuenta de que teníamos que pensar en el propio grupo (…) Además del riesgo del envejecimiento”, aseveró.
Con más de 30 años de experiencia en moscas de la fruta, el científico miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel III dijo que al salir esta iniciativa, sabían que era el momento en el que tenían que participar. Además tenían claro que, siendo un grupo fuerte en entomología, hay toda una serie de temas de gran relevancia a nivel mundial que no habían abordado y que era necesario abarcar.
“Fue esto precisamente lo que nos hizo estructurar el proyecto y nos autorizaron tres plazas; elegimos a las tres mejores investigadoras que podía haber, que querían venir a Tapachula, y además que están abordando temas de la mayor relevancia; muchos hablan de desarrollo sustentable. Ellas tres están asumiendo un reto, son jóvenes investigadoras con un bagaje atrás, pero entrando a temas totalmente nuevos; en ese sentido, nosotros como grupo e institución tenemos que arroparlas y apoyarlas en estas nuevas aventuras”, expresó Liedo Fernández.
En el marco de la Semana de Intercambio Académico de Ecosur, realizada en la colorida ciudad de Campeche, las tres jóvenes investigadoras hablaron de los temas y los retos que abordarán en el emprendimiento de esta nueva “aventura” científica.
Todo sobre ácaros
Rebeca González Gómez, entomóloga y acaróloga, se inserta en Ecosur en el área de salud forestal. Es ingeniera agrónoma especialista en Parasitología Agrícola por la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), maestra y doctora en Ciencias en Entomología y Acarología por el Instituto de Fitosanidad, en el Programa de Entomología y Acarología del Colegio de Postgraduados (Colpos). Desde septiembre de 2014 es investigadora de Cátedras Conacyt, comisionada a Ecosur unidad Tapachula.
Según afirmó, la línea de investigación que trabaja es ecología de bosques, selvas naturales y plantaciones forestales con énfasis en el papel de los herbívoros y enfermedades asociadas como indicadores de salud forestal, junto con la interacción del efecto del cambio climático. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como candidata a investigadora nacional a partir de enero de 2014.
Las investigaciones que aborda son Depredación del ácaro rojo de las palmas (Raoiella indica) por Amblyseius largoensis, en colaboración con el doctor Gabriel Otero Colina y David Martínez Mejía. El otro proyecto es Acarofauna asociada al cultivo del café (Coffea arabica L.) en el estado de Chiapas, el cual, dice la especialista, fue pensado porque no se conoce nada sobre el tema de ácaros en café. Y el último proyecto de estudio es Diversidad, distribución espacial y temporal, biología y ecología de escarabajos ambrosiales en los bosques de Chiapas.
Sobre el proyecto de la especie invasiva ácaro rojo de las palmas (Raoiella indica Hirst), explicó que se trata de una plaga cuarentenaria nueva en nuestro país, y que es importante para México porque está presente en áreas de Quintana Roo, Campeche y Yucatán.
“Esta plaga está ubicada taxonómicamente en la familia Tenuipalpidae, pertenece a la clase Acari o Acarina (del griego akarés, que significa "diminuto", "que no se corta"). Se caracteriza por ser una grupo transmisor de virus o bacterias. Existen casi 50 mil especies descritas, y se estima que hay entre 100 mil y 500 mil especies que todavía no han sido identificadas”, detalló.
Se trata de una especie nativa de India, cuyas principales características son que sus huevos presentan una coloración roja, son de forma ovalada, en forma de globo, que se sujetan a la superficie de la hoja.
Según la especialista, este ácaro llegó a América en 2005; primero a Puerto Rico, luego a República Dominicana, Jamaica, Venezuela, Colombia, y en 2009 a México; Isla Mujeres y Cancún, fueron los lugares donde se registró el primer reporte; luego se distribuyó a Yucatán y Campeche, y en 2012 a Tabasco. Para 2015, Quintana Roo lo presenta ya en todo el estado; en Yucatán todavía restan algunas áreas que no tienen presencia, igual que Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero, y a finales del año pasado se detectó en Nayarit y Jalisco.
“Esta plaga, al llegar al continente americano, ha ampliado y aumentado su gama de hospedantes; actualmente se reporta que ha afectado a 91 especies. Estos ácaros se hospedan en el plátano, palma de coco, la palma de aceite, y no solo afecta a plantas agrícolas sino de importancia en áreas naturales protegidas”, abundó.
Los daños que causa en palma de coco son clorosis, es decir, un amarillamiento de la hoja, reducción del tamaño del fruto, así como mermas del 50 por ciento en el rendimiento de esta planta y de 25 por ciento en el caso de la palma datilera. En los estudios de plátano, se puede reconocer por un amarillamiento en las hojas basales y en etapas avanzadas se presenta una necrosis, agregó la especialista.
En palabras de la científica, los medios de dispersión de esta plaga son antropogénicos, es decir, se deben a la intervención del hombre, ya sea por movimiento de material vegetal, por ejemplo en la plántula de coco, y en el transporte de un lugar a otro de diferentes productos derivados de los materiales y hojas de estas especies.
“La relevancia de esta plaga en México es que nuestro país es un importante productor en palma de coco, banano y palma de aceite. Además, tiene importantes áreas naturales protegidas, por lo que se están haciendo evaluaciones para saber qué tan efectivo es el control biológico de esta plaga y conocer a sus enemigos naturales para medir la efectividad”, finalizó.
Entomología médica
Ariane Dor estudió Biología de las Poblaciones en la Universidad Toulouse III, Francia, una maestría en Biología del Comportamiento en la Universidad París XIII, y un doctorado en Ciencias Ecológicas y Desarrollo Sustentable en Ecosur, unidad Chetumal. Es candidata a investigadora nacional en el SNI, y en Cátedras Conacyt participa en el desarrollo de la línea de entomología médica, enfocada a la ecoetología de los insectos vectores de enfermedades tropicales, sus posibles depredadores y el efecto del cambio climático.
“Para mí es algo nuevo. En primer lugar se debe tener claro que la entomología médica es el estudio de los insectos agentes transmisores de enfermedades en el hombre. En ella, se trata de estudiar la taxonomía, su distribución, ecología y su conducta; estos estudios tienen repercusiones importantes en la salud pública”, expresó.
En lo que se refiere a la distribución geográfica, en Chiapas hay diversas enfermedades muy conocidas transmitidas por vectores, como son el dengue, chikungunya, paludismo, mal de Chagas y leishmania.
Detalló que se trata de enfermedades emergentes y reemergentes que son transmitidas por vectores y que afectan el mundo entero. Estos padecimientos son calificados como nuevos, si bien no es que acaban de aparecer, sino que pudieron existir antes pero su identificación o conocimiento es reciente, así como su extensión o su gravedad.
Según explicó, las emergentes son enfermedades ya conocidas que recientemente han adquirido un carácter epidémico, lo que las convierte en amenaza en regiones en las que antes no existían. Las reemergentes son ya conocidas y han sido controladas eficazmente, para las cuales la frecuencia y/o mortalidad se encuentra en la actualidad en constante aumento.
“¿Qué las puede causar? Algunos de los posibles factores pueden ser, el primero, el desarrollo económico y los cambios en uso de la tierra y la urbanización que empieza a ocupar áreas silvestres, lo que provoca un desequilibrio, además de aumentar el contacto de humanos con especies silvestres y causa el colapso o superabundancia de especies reservorio y de vectores reales y/o potenciales”, explicó.
Otro factor es la migración y los transportes, lo que se traduce en un mayor número de migrantes y vuelos internacionales; según la especialista, en la actualidad una persona puede desplazarse a casi cualquier parte del mundo dos días, lo que aumenta el potencial de trasladar patógenos emergentes a nuevas áreas geográficas. Un factor más es la adaptación microbiana, lo que ha provocado la resistencia a los fármacos debido a la automedicación, dosis inadecuadas, ciclos incompletos de tratamientos, entre otros.
El último, dijo la experta, es el cambio climático, que perturba los ecosistemas, los patrones de precipitación, la temperatura y la humedad; la mayoría de las enfermedades infecciosas, especialmente las transmitidas por vectores, son altamente sensibles a los cambios climáticos, lo que va a afectar su distribución espacial, por lo que es posible que los vectores que estaban restringidos a la zona tropical se vayan extendiendo a la zona templada, llevando consigo esas enfermedades.
Este es el campo en el que Ariane Dor trabajará en Tapachula, tomando en cuenta, por ejemplo, que el estado de Chiapas ocupa el primer lugar en incidencia de chikungunya, con 186 casos (de un total de 458 presentados en todo el país) de noviembre de 2014 al 27 de marzo de 2015, seguido de Guerrero, con 185.
Polinización
Según Pablo Liedo Fernández, en el caso del tema de la polinización que va a abordar Lislie Solís Montero, “estamos hablando del altísimo riesgo que tiene la producción alimenticia ante la crisis de los polinizadores, por lo que es muy importante conocer los aspectos que encierra este proceso”.
La polinización es un proceso en el que los animales colectan el polen (gameto masculino) producido por las plantas, los transportan hacia las partes femeninas de la flor y fecundan su óvulos, produciéndose así las semillas y los frutos. Es un proceso vital para el mantenimiento de la biodiversidad de la tierra, pues de ella depende la reproducción de cerca del 90 por ciento de las plantas con flor, mismas que desaparecerían si sus visitadores no las polinizaran, según la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio).
Solís Montero es licenciada en Biología por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), maestra en Biología Ambiental por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), doctora en Filosofía por la Universidad de Stirling, Reino Unido; ha sido autora y coautora de siete artículos científicos, todos en revistas arbitradas, y un capítulo de un libro. Ha impartido talleres de ciencias para niños de educación básica (Programa PAUTA adopte un talento de la UNAM y Academia Mexicana de Ciencias) y es miembro del SNI nivel I a partir del 2015.
“En la Cátedra me voy a dedicar a la interacción insecto-planta, soy especialista en evolución de sistemas reproductivos y ecología de la polinización. Las fragancias florales constituyen un canal de comunicación entre la planta y el insecto. Sirven para ubicar los sitios de aterrizaje, para atraer al polinizador, y también para decirles dónde esta la recompensa”, expuso.
El proyecto se denomina Efecto de las fragancias florales de Solanum rostratum (Maleza) en la interacción planta-insecto visitante, y lo realiza en colaboración con Julieta Grajales Conesa, de la Universidad Autónoma de Chiapas, y Leopoldo Cruz López, de Ecosur. Además de la tesista Sarai Cáceres García y el alumno Luis Antonio Rodríguez Islas.
Según la investigadora, su objetivo es evaluar el papel de los volátiles florales en la atracción de los polinizadores y los florívoros de Solanum rostratum, y saber si la composición química y la concentración de los volátiles florales difieren entre ambos tipos de anteras, y si determinan la preferencia de los polinizadores o de los florívoros por algún tipo de antera.
Otros proyectos en los que trabajará son Biología reproductiva y ecología de la polinización del mango Mangifera indica cv. ‘Ataulfo’ (Anacardiaceae) en el Soconusco; el Efecto del desmusgue en la diversidad y la abundancia de las epífitas que habitan cafetales con sombra en el Soconusco, Chiapas, así como el Aseguramiento reproductivo en Tillandsia schiedeana Steud en la comunidad de epífitas de San Andrés de la Cal, Tepoztlán, Morelos.
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