El cambio climático, sus efectos sociales

Por Ana Luisa Guerrero

Ciudad de México. 14 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El calentamiento global no solo tiene efectos adversos directos en los ecosistemas del planeta, también impacta a las poblaciones de múltiples formas. En el caso de México, comunidades enteras están siendo desplazadas a otros territorios como consecuencia de la destrucción que dejan las inundaciones y las sequías.

800x300 1 sequia El cambio climático provocado por factores humanos (como la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero y las detonaciones nucleares atmosféricas) también repercute en la disminución de la producción agrícola, la escasez de agua o en el incremento del impacto de los ciclones tropicales, que afectan directamente a la humanidad.

El doctor Simone Lucatello, investigador del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, es coordinador del libro Las dimensiones sociales del cambio climático: Un panorama desde México. ¿Cambio social o crisis ambiental?, en el que expone que los efectos de este problema han rebasado las previsiones de control y regulación gubernamentales y los acuerdos internacionales.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, explica que en este tema nuestro país está siendo un actor activo en el ámbito internacional, no obstante a nivel interno es preciso implementar acciones de mitigación del cambio climático y no tanto a la adaptación, una estrategia que se ha seguido en las últimas décadas.

Y es que el tema del cambio climático irrumpió en la agenda internacional y actualmente forma parte de los discursos por los problemas ambientales y sociales que implica, de ahí que sea un tema de investigación de múltiples disciplinas, entre ellas las ciencias sociales.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): En nuestra sociedad, ¿qué implica atender los efectos del cambio climático?

Simone Lucatello (SL): Desde la perspectiva de políticas públicas deben establecerse instrumentos legales y normativos, en los cuales ya se ha avanzado, pero también de infraestructura llamada de resiliencia para atender —de la mejor manera— los impactos y efectos de este fenómeno tan complejo.

Dr Simone Lucatello Desde hace algún tiempo México tiene mucha visibilidad en el concierto de la comunidad internacional como un país con una agenda y actividades que realiza, pero sabemos que internamente necesita fortalecer e implementar medidas más fuertes y estrictas para hacer frente a los efectos.

En ese sentido es lamentable que entre los recortes al presupuesto federal, uno de los temas es la reducción de recursos para el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, dependiente de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en áreas que tienen que ver con el cambio climático, como la preparación para emergencia frente a desastres.

Estamos en un país sumamente vulnerable a este tipo de fenómenos, no solamente del cambio climático sino los geológicos como los temblores, y aunque haya planeación, cuando estos eventos pasen tienes que estar preparado con recursos y capacidad humanitaria para atenderlo.

AIC: En el plano internacional México es reconocido en el tema, pero a nivel interno ¿está preparado para atender este tipo de eventos?

SL: Está preparado en algunas cosas y en otras menos, pero es un tema que le toca a todos los países porque los desastres de tipo natural son muy complejos y cada país reacciona de diferente manera.

Si vemos ciertas características de desastres, México ha cumplido con algunas cosas, por ejemplo al conmemorarse el 30 aniversario del temblor de 1985 se trabajó mucho en el tema, cómo el país comenzó a ser más resiliente y más capaz de absorber los impactos de los desastres, aunque hay más cosas por hacer.

En términos normativos es importante tener las leyes y reglamentos, pero si después no los aplicamos, es complicado que funcionen para los fines que fueron creados. Por ejemplo, en el paso de los huracanes Ingrid y Manuel, que a la par pegaron al país de ambos lados del territorio, fue un evento que implicó incertidumbre y se desconocía la forma en que se debía reaccionar, a pesar de que existía un marco normativo; entonces ahí las leyes y la capacidad de operación son rebasadas.

Actualmente el país se ha dotado de instituciones y de procesos para hacer frente a ciertas deficiencias, pero se requiere esperar a ver cómo funcionan frente a grandes fenómenos.

AIC: Al hacer un análisis de las acciones internas, ¿qué se vislumbra?

SL: Desde hace tiempo argumento algo que obviamente parte de los debates que tenemos académicamente. México le ha apostado mucho a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, pero sabemos que su participación en ese rubro es de menos de dos por ciento del total global.

mex map 16 A mi parecer, es un país que debe enfocarse en acciones de mitigación porque es muy vulnerable y a largo plazo recibirá los impactos del cambio climático fuertemente, por varias razones, entre ellas que se encuentra geográficamente en una parte del mundo donde le pegan más los huracanes.

Considero que los esfuerzos deben enfocarse más en la mitigación y menos en la adaptación, aunque es un debate que tendrá que darse porque el país está proyectándose hacia un crecimiento económico que significa el incremento de la industria y, por consiguiente, emitir más.

Entonces se deben tener más políticas de atención a las emergencias pero también para atender los fenómenos que se producen, como los desplazamientos enormes de personas.

AIC: En ese sentido, pareciera que poco se aprende de las experiencias pasadas a fin de estar preparados para fenómenos subsecuentes.

SL: Pertenezco al Comité Científico sobre Ciencias Sociales del Centro Nacional de Prevención de Desastres, y lo que hacemos es debatir con los encargados del análisis de los atlas de riesgos en torno a la planeación y prevención de desastres.

Observamos que hay enormes problemas en cuanto a las determinaciones previstas por las leyes y la normatividad, a lo que se suman la corrupción, deficiencias en los planes y prácticas culturales que al final pesan más que aquello que se necesita hacer en caso de desastres. Un ejemplo muy claro es la zona de Punta Diamante en Acapulco, un desarrollo turístico importante pero que en la temporada de huracanes sufre complicaciones y daños, porque a pesar de que está considerada como área de vulnerabilidad se sigue construyendo ahí.

La información cuantitativa la tenemos clarísima, se ha previsto pero al final del día la información científica no se toma en cuenta; es de las cosas que nos hacen sentir a los científicos frustrados porque tenemos muy claro lo que hay que hacer, pero no se hace.

AIC: Entonces, ¿son necesarias más acciones de prevención y mejores políticas públicas?

SL: Claro, más prevención e información científica. Tenemos que hacer un esfuerzo mayor para entender este tipo de fenómenos complejos, porque no solo es el aspecto físico natural sino también el problema social de su interpretación y los impactos, debido a que son procesos en los que tienes pensar en factores humanos, políticos y económicos.

Además necesitamos mayor diálogo con los tomadores de decisiones y más incidencia en la política pública por parte de los investigadores y quienes generan conocimiento.

AIC: Desde la academia, ¿cuál es el punto que te has enfocado a investigar en este tema?

SL: Pertenezco a una institución que trabaja en áreas de ciencias sociales, historia y cooperación internacional. Soy internacionalista de formación, especializado en economía ambiental y me considero una mezcla multidisciplinaria, pero lo que me interesa analizar son los procesos y las transformaciones sociales que se derivan de los fenómenos como los desastres asociados al cambio climático.

Me enfoco en las áreas que incluyen el medio ambiente y el desarrollo, entonces estudio estos procesos para el caso de México y otras regiones del mundo desde diversos aspectos por los efectos que generan los problemas ambientales.