Ictioarqueología, el estudio histórico para mejorar métodos de pesca
Por Génesis Gatica Porcayo
Ciudad de México. 28 de septiembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La ictioarqueología es la disciplina encargada de analizar los restos de peces que provienen de yacimientos arqueológicos, con el objetivo de tener una reconstrucción llamada paleoecológica de la vida acuática antigua.
Bajo este contexto, las costas de la península de Yucatán fueron sometidas a un estudio que ha permitido contribuir con los marcos de referencia de la pesca en la región.
La especialidad se deriva de la zooarqueología y durante los últimos años expertos han encontrado bases para generar datos que expliquen la vida de la fauna marina en los últimos siglos.
Nayeli Guadalupe Jiménez Cano, en su investigación doctoral realizada en el Laboratorio Arqueozoología de la Universidad Autónoma de Madrid, ha dado a conocer el primer estudio sistemático paleobiológico y paleocultural de lo que es la pesca prehispánica maya.
Dicho estudio, que lleva por nombre “La ictioarqueología. La identificación de los restos de peces de yacimientos arqueológicos", fue financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Consejo de Ciencia, Innovación y Tecnología del Estado de Yucatán (Concytey).
Entre las especies marinas que se estudiaron están los peces arqueológicos de las zonas de Xcambó y Mayapán en Yucatán, así como la región de La Blanca en Guatemala, y uno de los objetivos a largo plazo de este proyecto es que los datos obtenidos puedan servir para estudios de conservación pesquera actuales y se tenga un mayor aprovechamiento de los recursos de los peces en la península de Yucatán y el golfo de México.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Nayeli Jiménez explicó los aportes que hizo a la disciplina con estos hallazgos.
Un tema poco estudiado
La investigación destaca que los peces fueron un recurso alimentario importante para los mayas prehispánicos, y el estudio abarca los periodos Clásico (250-900 d. C.) y Postclásico (900-1450 d. C.).
“Esta es una disciplina que se encarga del estudio de los restos animales que proceden de excavaciones arqueológicas para conocer un poco de las relaciones entre el hombre de la antigüedad con los animales”, comentó Nayeli Jiménez.
Su interés por el tema comenzó desde el año 2006 y a partir de 2010 se dio forma al proyecto de investigación doctoral referente a la pesca de los mayas.
Este proyecto trata principalmente de dar a conocer de manera biológica y arqueológica cómo era la pesca de los antiguos mayas prehispánicos, específicamente sobre qué recursos y especies se capturaban, cómo eran estas especies y qué talla tenían, así como las herramientas utilizadas para su pesca.
Conocer también cómo eran estos procesos de la pesca desde la captura hasta que llegaban al consumidor y, por último, conocer las condiciones paleoecológicas de la costa de la península de Yucatán donde se capturaban estas especies, fueron otros objetivos que permitieron un análisis más detallado de las actividades de esta región.
“Básicamente se trata de tener un conocimiento amplio a nivel social y ambiental de las implicaciones de la pesca en la época prehispánica en el área maya”, explicó Nayeli Jiménez.
¿Qué se ha encontrado hasta la fecha?
En primer lugar, uno de los principales descubrimientos ha sido conocer las especies que se pudieron identificar y que han cambiado su biogeografía, como la especie Pogonias cromis, mejor conocido como tambor negro, y es un ejemplar con muy poco tiempo de presencia en las costas yucatecas, tanto del Caribe como de Campeche y Quintana Roo, y es una especie que casi no tiene registros.
Otra especie que también se identificó es la llamada corvina roja (Sciaenops ocellatus), la cual no tiene ningún registro tanto en la época prehispánica como en la época actual en la zona de estudio, lo que explica que estas dos especies que actualmente están ausentes del registro pesquero de la región, tuvieron presencia en la época prehispánica.
El estudio indica que los mayas prehispánicos de la costa tenían preferencias por especies como tiburones, bagres, robalos, sábalos, corvinas y tambores mientras que los mayas de sitios interiores preferían mojarras, pejelagartos y bagres de aguas dulces.
Este tema es interesante, dijo, porque quiere decir que hubo cambios biogeográficos en estas especies y son muy susceptibles a cambios de temperatura y a los flujos de las aguas dulces.
“De entrada, esto dice que el ambiente de las aguas costeras y los estuarios era bastante distinto al que tenemos en la actualidad, lo que hace referencia a los cambios ambientales”.
Se han encontrado también evidencias de tipo cultural como el hecho de que los mayas utilizaban tecnología muy simple para capturar peces como redes, arpones y otras herramientas sencillas pero que eran bastante productivas.
Al estudiar las especies de peces que hay en la región, se observó que hay cambios en niveles tróficos en el periodo Clásico y Postclásico en la zona norte de Yucatán y del Caribe, lo que indica también cambios ecológicos existentes y que posiblemente se vieron influidos por la presencia de sequías que se reportan en el periodo y que afectó en las pesquerías.
Estudiar el pasado para mejorar el futuro
Un objetivo principal a largo plazo referente a este estudio es que los datos obtenidos sirvan para entender de manera general lo que es el aprovechamiento de los recursos de los peces en la península de Yucatán, en el golfo de México y que en última instancia puedan servir a estudios de conservación pesquera.
“El siguiente paso es ir a lo específico, que además dará información acerca de cómo era exactamente el ambiente costero y las condiciones en las que vivían las poblaciones de peces que actualmente no están en la región y que por ciertos cambios climáticos ahorita no los encontramos”, comentó.
Actualmente se están haciendo trabajos de conservación marina, pero también la especialista considera poner en valor el estudio arqueológico de la pesca en la región, el cual es pionero.
Estos aportes abren la puerta a futuros estudios de tipo antropológico y biomolecular que permiten profundizar en las implicaciones sociales y ecológicas de la pesca.
Para hacer productiva la pesca hoy día, comentó, necesitamos saber de qué manera se efectuaba la pesca con nuestros antepasados, entonces para ayudar en este conocimiento es importante tener en cuenta qué debemos saber del pasado para mejorar el futuro.
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