Red temática de productos forestales no maderables
Por Carmen Báez
Ciudad de México. 17 de septiembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Alrededor de 80 por ciento de la población mundial, principalmente aquella que habita en zonas rurales, usa, maneja y comercializa productos forestales no maderables, es decir, recursos de origen biológico que derivan del manejo de los bosques y otras áreas forestales.
Los productos forestales no maderables cumplen un papel muy importante en la vida diaria y en el bienestar de las comunidades locales: son utilizados como alimento, insumo (fibras, rizomas, resinas, aceites, gomas, material de construcción) y adornos, medicinas y productos farmacéuticos, razón por la que se han valorado en los esquemas de desarrollo nacional e internacional.
En 2016, se conformó en México la Red Temática Productos Forestales No Maderables: aportes desde la etnobiología para su aprovechamiento sostenible, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), iniciativa en que participan más de 80 miembros de la comunidad científica, grupos de campesinos e indígenas de diferentes partes del país.
De acuerdo con José Blancas Vázquez, profesor investigador del Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (Cibyc UAEM) y responsable técnico de la red, la misión de esta es que los productos forestales no maderables de México se aprovechen de manera sostenible y objetiva, que incorpore la investigación científica, pero también los conocimientos locales y tradicionales desde un enfoque etnobiológico.
Desde una perspectiva académica, la red pretende coadyuvar en la búsqueda de nuevas formas que puedan ser adaptadas al ambiente y sustituir el uso de malas prácticas en el manejo de los recursos forestales no maderables; una gran parte de los recursos presenta problemáticas que tienen que ver con la cuestión ambiental y de comercialización.
“Como académicos, podemos contribuir en muchos de los aspectos en solución de algunas etapas o fases que pueden ser mucho más adecuadas y amigables para el ambiente y la salud de los artesanos que muchas veces adoptan nuevas técnicas con el afán de producir más rápido porque la demanda crece y es necesario producir, porque para muchos de los involucrados es su única fuente de ingreso, muchas veces se ven obligados a adoptar mecanismos que les ayuden a producir de una manera más fácil pero que no son los más adecuados y sustentables”, expresa Rosaura Citlalli López Binnqüist, miembro de la red e investigadora del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (UV).
La especialista en desarrollo rural y recursos forestales expone como ejemplo la producción del papel amate, un material elaborado con la corteza de árboles tropicales.
“Para poder acelerar el proceso de ablandamiento de las fibras de corteza se utilizan sustancias tóxicas. Junto a biólogos e ingenieros industriales buscamos mecanismos para poder sustituir el uso de estas sustancias con otros ingredientes y componentes que no sean tóxicos y puedan ayudar a que el proceso se realice de manera acelerada pero sin consecuencias en la salud de la gente y el medio ambiente… En el caso del lináloe, los productores hacen una herida al árbol con el afán de producir cada vez más, van cortando ramas e incluso cortando los árboles para hacer las piezas de copal que son aromáticas y eso a causa de una devastación de los árboles”, expresa.
Investigación
José Blancas Vázquez explicó que la red integra nueve líneas de investigación relacionadas con aspectos históricos, culturales y económicos, conservación, políticas públicas, el entendimiento de las implicaciones ecológicas que tiene la actividad extractiva y distintas prácticas de manejo de productos forestales no maderables.
“En la red realizamos investigación transversal, porque desde la parte ecológica hay modelos y aproximaciones teóricas que no necesariamente corresponden con lo que pasa en el campo. El interés es involucrarnos con las comunidades a fin de conocer sus experiencias y saber la vulnerabilidad que tienen sus recursos desde el aspecto ecológico y debilidades sociales de tipo organizativo. Es un reto”, expresa.
Con este enfoque, la red temática en agosto del año en curso organizó el Primer Encuentro de Manejadores de los Recursos Forestales No Renovables, evento cuya intención fue compartir y reflexionar experiencias entre los manejadores de los productos forestales no maderables desde el punto de vista económico, ecológico y de organización.
Para Tamara Guadalupe Osorno Sánchez, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y especialista en restauración ecológica y manejo de productos forestales no maderables, este tipo de eventos es importante porque se reúnen diferentes realidades y conocimientos del país, es, dijo, una forma de contar con elementos de aspectos organizativos de las comunidades, que han permitido que ciertas formas de gestión de los recursos naturales sean exitosas.
“Para este encuentro se plantearon ejes que creemos le interesa a los productores, pensamos que el sistema de saberes, prácticas de manejo de los recursos, la comercialización, las políticas públicas y gobernanza (forma de organizarse) son temas que se comparten, estas ideas ejes las convertimos en preguntas y buscamos las estrategias pedagógicas más dinámicas y accesibles para trabajarlas”.
Por su parte, José Blancas considera que se trata de un evento que da visibilidad al conocimiento de las comunidades en el manejo de los recursos forestales no maderables. “Es algo que desde las esferas de la ciencia se pasa por alto: la gente en las comunidades rurales tiene la perspectiva social que permite la coerción y la convivencia, la perspectiva económica que da viabilidad en términos de vivir dignamente y desde la parte ecológica mantiene el recurso sanamente, con capacidad de regeneración y restauración para que en el futuro otros puedan disfrutar de ellos”, dice.
Expandir grupos de trabajo
Una de las tareas pendientes de la red es extender su participación en varias partes del país, principalmente en zona norte. A decir del doctor José Blancas, “existen muchos huecos en el norte, no es porque no se trabajen los RFNM, más bien los grupos de trabajo no existen o son muy débiles, o por ejemplo no hay aún la suficiente formación de capital humano que se dedica a estos tipos de aproximaciones”.
Actualmente, los miembros de la red realizan un manual sobre sostenibilidad no maderable desde una perspectiva comunitaria. “Son métodos sobre cómo evaluar la sostenibilidad del aprovechamiento de los recursos no maderables a través de la esfera ecológica, social y económica. Es dar a la gente elementos para que conozcan los problemas y la vulnerabilidad en cuanto al recurso que manejan. Queremos aprovechar la capacidad de la comunidad científica para llevar otras iniciativas que las comunidades aún no han explorado”, dijo José Blancas.
Citlalli López Binnqüist considera que la Red Temática Productos Forestales No Maderables: aportes desde la etnobiología para su aprovechamiento sostenible del Conacyt es única en su tipo, ya que conjunta la participación de académicos, comunidad científica, grupos de campesinos e indígenas de diferentes partes del país.
“La iniciativa de la red es importante porque hay un reconocimiento del valor de los recursos forestales no maderables y sobre todo de quienes están involucrados en su producción. En este momento de crisis ambiental y económica en México, son vías muy importantes que debemos valorar, fortalecer y buscar la forma colectiva para que continúen este tipo de producciones y que la calidad de vida de los artesanos y sus territorios sea la adecuada”, concluye.
• Red Temática Productos Forestales No Maderables: aportes desde la etnobiología para su aprovechamiento sostenible
www.red-pfnm.org.mx
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