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Evalúa Ciatej bioacumulación de mercurio en peces del lago de Chapala


Por Montserrat Muñoz

Zapopan, Jalisco. 12 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El mercurio (Hg) es el principal problema de inocuidad en peces en todo el mundo. El consumo de peces y mariscos con elevadas concentraciones de este metal ha derivado en problemas serios de intoxicación en Europa.

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Un grupo de especialistas del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej) realiza un estudio en el lago de Chapala para determinar los índices de concentración de metales pesados en carpa y bagre cultivados mediante acuacultura.

El proyecto, denominado Patrones de bioacumulación de metales pesados en peces cultivados en el lago de Chapala, es liderado por la doctora Claudia Alvarado Osuna, quien en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt habló sobre los objetivos de este estudio y los resultados que hasta al momento han obtenido.

“Buscamos estudiar la velocidad en la que los metales se acumulan en los tejidos de peces comestibles y, de esta forma, conocer cuál es el límite en el que se deban sacar los peces para que sean alimentos inocuos que no perjudiquen la salud humana con metales pesados".

Estudios anteriores han indicado presencia de metales en el lago, principalmente mercurio. Sin embargo, la investigadora aseguró que el mercurio es un metal que se encuentra presente de manera normal en la atmósfera y en descargas industriales. 

Los metales suelen encontrarse disueltos a bajas concentraciones en el agua, así como en forma de sedimentos. Lo que diferencia al lago de Chapala es su carácter altamente alcalino con un pH de entre 8.4 y hasta 9.5, que origina precipitación de metales en el sedimento.

mercurio1216 1“No hay muchos lagos como Chapala. (Su pH) impide a metales, como el mercurio, cadmio y plomo, que se disuelvan. Esto juega un papel decisivo a favor de las bajas concentraciones de mercurio en peces. Pero si tuviésemos estas mismas condiciones en una presa, con un pH más ácido, sería una historia diferente”, comentó.

 Aunque la prioridad es conocer la bioacumulación del mercurio, también se analizan los niveles de plomo (Pb), cadmio (Cd), zinc (Zn) y cobre (Cu), a fin de saber si existe un riesgo para su consumo.

Este proyecto recibió apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través de la convocatoria de Proyectos de Desarrollo Científico para Atender Problemas Nacionales 2014.

En el proyecto participan cuatro investigadores adscritos al área de Biotecnología Industrial de Ciatej, así como personal de la Unidad de Servicios Analíticos y cuatro estudiantes de licenciatura y maestría. Investigadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) también apoyan con asesorías.

Validación científica 

En 2010 varios medios publicaron notas sobre las elevadas concentraciones de mercurio en carpas provenientes del lago de Chapala, lo que derivó en una crisis para la comunidad de pescadores, al disminuir sus ingresos por la venta del producto. 

Alvarado Osuna afirmó que este estudio, aunque muy mediático, no estuvo sustentado científicamente y la muestra no era significativa, pues solo se analizaron seis carpas. Tras la solicitud de un grupo de habitantes del área, el Ciatej realizó una investigación independiente para confirmar o rechazar los resultados publicados.

“Muestreamos 262 peces a lo largo de todo el lago y encontramos que la media de la  concentración de mercurio era de aproximadamente 0.39 o 0.4 partes por millón. Nuestra legislación estipula que el límite para concentración de mercurio en peces es de 0.5, por lo que se demostró que, en promedio, los peces de Chapala están por debajo del límite establecido”.

Con estos resultados, mejoraron un poco las condiciones comerciales al desdecir lo consignado por el medio de comunicación que afirmaba se habían encontrado hasta 2.5 partes por millón de mercurio en los pescados.

En el caso de los humanos —en general de los mamíferos—, el mercurio y otros metales son captados por el organismo cuando este proviene de una fuente orgánica, como el alimento. “Como nosotros ingerimos el músculo del pez, una vez que el metal se encuentra en un organismo vivo es muy biodisponible. Dependiendo de los niveles a los que se encuentre en el pez, estaríamos en riesgo de intoxicación”, acotó la doctora.

Acuacultura

“El estudio actual implica no solo capturar los peces, sino sembrarlos”, comentó la investigadora. Para ello, se instaló una jaula para cultivo de peces dentro del mismo lago, en un sitio cerca de una comunidad urbana con descargas de planta de tratamiento cerca.

Al momento se trabaja con grupos muestra de 500 unidades de carpa y mil de bagre. En la comunidad de Jocotepec se mantiene un grupo control en un estanque a cargo del Centro de Estudios Tecnológicos en Aguas Continentales (CETAC), esto para comparar el crecimiento de los animales y determinar si el agua del lago es origen de la presencia de metales.

Dra. Claudia Alvarado Osuna 1216Los peces se introducen desde alevines a la jaula y se van monitoreando a lo largo de su vida. La dieta se constituye principalmente por alimento comercial adecuado para la edad del pez. Alrededor de 30 por ciento del alimento de los peces en la jaula es vivo, ya que la jaula permite el paso de algas, crustáceos y pequeños peces.

Dado que la vía de ingreso de mercurio al organismo acuático es por la alimentación, al proveer de alimento libre de mercurio y evitar que los peces lleguen al fondo del lago, donde se concentra el mercurio sedimentado, se ha logrado que los índices de este metal sean prácticamente inexistentes.

“Por lo que llevamos ahora, aunque no está terminado el estudio, no se va a llegar al límite de concentración. En el caso del cadmio y plomo, queremos hacer un modelo estadístico para saber cuándo llegarían a concentraciones tóxicas siguiendo esta tendencia y nunca llegar a ese punto, sacar los peces antes”, comentó la doctora.

Resultados parciales muestran que la distribución de los metales en el cuerpo del pez varía dependiendo del elemento. Por ejemplo, el mercurio se va al músculo, mientras que el cadmio se aloja en el hígado y el cobre al principio se va a la branquia y luego al hígado.

“El estudio va en el décimo mes pero los análisis van en el sexto mes. No hemos tenido concentraciones de mercurio en ninguno de los tejidos; vemos que afortunadamente hay una enorme diferencia entre los peces que son cultivados y los nativos en el mismo lago”, señaló Alvarado Osuna.

El proyecto finalizará en el primer trimestre de 2017. Algunas de las líneas de acción que pudieran seguirse en futuras investigaciones podrían apuntar a resolver los fenómenos infecciosos en los peces, que impactan en su peso y merman la productividad del pescador.

“Si realmente queremos apoyar en aspectos de acuacultura a los pescadores, que ya los estamos apoyando en la parte de metales, faltan estas otras problemáticas asociadas a inocuidad que están saliendo y que no habíamos divisado”, concluyó la investigadora.

Panorama nacional

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio puede causar graves problemas de salud y es especialmente peligroso para el desarrollo del feto, afectándolo en el sistema nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, riñones y ojos.

Asimismo, estipuló en un comunicado, en enero de este año, que la principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y marisco contaminados y enfatiza que el hecho de cocinar los alimentos no elimina el mercurio presente en ellos.

En tanto, en 2013 México firmó el Convenio de Minamata, que tiene como objetivo proteger la salud humana a través de medidas de control para las emisiones, liberaciones, uso y manejo del mercurio. Son 136 países los que ya adoptaron este convenio. Cabe señalar que este convenio no contraviene las legislaciones nacionales en el tema.

México cuenta con normatividad ambiental que limita los índices de bioacumulación de mercurio en peces para consumo a través de la Norma Oficial Mexicana NOM-027-SSA1-1993. Esta especifica que en el caso de productos contaminados por metales pesados, el índice de mercurio no podrá rebasar 0.5 partes por millón, la misma proporción se especifica para el cadmio, mientras que para el plomo el límite es de una parte por millón.

 

 

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