¿Cuáles son los impactos económicos del turismo en México?
Por Claudia Karina Gómez Cancino
Tepic, Nayarit. 18 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Karla Susana Barrón Arreola, doctora en ciencias económicas, de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), señaló que desde hace tres años, un grupo de especialistas investiga y evalúa los impactos económicos del turismo en México, porque, dijo, este ha sido utilizado como estrategia para la generación de empleo y el desarrollo en algunos estados.
El trabajo, indicó a la Agencia Informativa Conacyt, persigue varios objetivos, entre ellos, establecer cuáles son los impactos del turismo en las localidades donde se desarrolla este sector económico, así como su alcance en los hogares y familias del sitio; a partir de este proyecto, insistió, buscarán incidir en el desarrollo de los sitios investigados, y que las políticas públicas de este sector se basen en estudios formales.
“Lo que buscamos es analizar los impactos, es decir, partiendo de multiplicadores, calcular la importancia del sector turismo en las economías, pero a nivel de las localidades; saber del impacto en los hogares a partir de los ingresos que tienen por ocuparse en el sector, que no solo corresponde a hotelería y restaurantes, sino a otras actividades que complementan la oferta tanto de turistas como locales y cómo están distribuidos estos ingresos en el consumo en otros sectores”, determinó la entrevistada.
La doctora, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), precisó que el estudio se realiza en cuatro estados: Baja California, Baja California Sur, Guanajuato y Nayarit. En el caso de Baja California Sur y Nayarit, prevalece el turismo de sol y playa; en Guanajuato, el turismo cultural, y en Baja California, el turismo fronterizo, que permite la llegada y salida de connacionales y extranjeros cada fin de semana.
La investigación también pretende comprobar como primera hipótesis, si existe una sobrevaloración de la importancia del turismo como impulsor de la economía mexicana, en tanto que la segunda hipótesis, es que el sector turístico, como motor de desarrollo local, también es resultado de las características económicas y sociales de las poblaciones, que también va a determinar la generación de empleo e impacto en el sector.
“Es decir, si vamos a desarrollar una zona, por ejemplo, la localidad de San Francisco, Nayarit, quizá la población no necesariamente cuenta con los conocimientos que se requieren para atender al turismo, y se necesita, entonces, gente de otras latitudes que cuenten con estos”, explicó.
La información con que trabaja el grupo de investigadores, sostuvo, inicialmente se basa en datos disponibles ofrecidos por las fuentes oficiales —incluso en discursos y boletines de prensa— de los estados cuya población económicamente activa depende más de 20 por ciento del sector turístico.
“La importancia macroeconómica que tiene el turismo, por las divisas que genera o ingresan por esa vía, es innegable; sin embargo, la información disponible a nivel de destinos, o a nivel local, es todavía limitada, entonces hemos trabajado con información disponible por las fuentes oficiales”, declaró.
Turismo, productividad y empleo
Según Barrón Arreola, el desarrollo económico en México ha fincado su desempeño a partir de la generación de empleo, sin el correspondiente aumento de la productividad, efecto que es notable en el sector turístico, por lo menos, advirtió, se encuentra en los primeros resultados de la investigación.
“Hemos encontrado, por ejemplo el efecto de la productividad, algunos estudiosos del desarrollo económico de nuestro país, nos hablan de que el desempeño de México ha sido no a partir del crecimiento de la productividad sino a partir de la generación de empleo, entonces si comparamos nuestros niveles de productividad en términos de sectores de actividad y/o estados, se encuentran incluso resultados negativos”, sentenció.
Otra parte que no ha sido visualizada, indicó la economista, es que una gran parte de quienes ofrecen servicios turísticos corresponden a micro y pequeñas empresas, donde existe trabajo no remunerado, trabajo familiar incluso, es decir, un mayor número de trabajadores pero con los mismos niveles de producción y una especie de trabajo informal.
La investigadora dijo que la productividad se mide en el sentido del valor agregado que se genera, por lo que el valor de una actividad de servicios es menor que una actividad manufacturera y si se observa a nivel de estados en nuestro país, los que han avanzado o que tienen mayor crecimiento y, por lo tanto, desarrollo económico son los que han virado hacia actividades manufactureras, sin descuidar el resto de sus actividades.
“Por ejemplo, en el estado de Nayarit, hemos transitado de una economía agrícola a una economía de servicios; en los años setenta, el sector manufacturero participaba con el 16 por ciento del PIB estatal y actualmente anda por el ocho por ciento, entonces los motores de las economías —si observamos otros estados, los que han avanzado o que tienen mayor crecimiento y por lo tanto desarrollo económico— son los que han virado hacia actividades manufactureras, sin descuidar el resto de sus actividades”, adelantó la investigadora.
La economista dijo que lo deseable sería que los desarrollos turísticos se vincularan con otros sectores de la economía.
El trabajo de investigación también está desarrollando otra línea en la que se analiza, a partir de datos disponibles, los anuncios de generación de empleo con movimientos migratorios interestatales.
“Para Nayarit, que es donde se ha avanzado en el trabajo a nivel de localidades, encontramos que muchos de los empleos, aunque no sean en los grandes hoteles, corresponden a otros connacionales, no necesariamente a nayaritas o a personas del lugar; esto es una variable importante porque a partir del despegue de la Riviera Nayarit o de la costa sur, la tasa de crecimiento de la población de esta zona es considerablemente mayor al resto del estado, lo que podría estar asociado a la migración interestatal”, dijo.
En el estudio participa el doctor Jesús Madera, de la UAN, el doctor José I. Urciaga García, de Baja California Sur; el doctor Luis Moreno Moreno y la doctora Virginia López Torres, de Baja California, y de Guanajuato, la doctora Claudia S. Gómez López y Manuel Gómez Zaldívar.
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