Capitales maternos y su impacto en el crecimiento infantil
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 3 de marzo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de conocer la forma en que los capitales maternos afectan el crecimiento de niños menores de dos años, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), Unidad Mérida, en colaboración con la University College London, en Reino Unido, desarrollan un estudio desde una perspectiva de ecología humana en el que participarán 130 madres de Mérida, Yucatán.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Federico (Fede) Dickinson Bannack, investigador del Cinvestav Unidad Mérida, señaló que los capitales maternos son todos aquellos recursos de cualquier tipo que disponen las mujeres para hacer frente a la crianza de sus hijos e hijas y, como parte de la investigación, se abordarán los capitales biológico, social, cultural y humano, estrechamente interrelacionados entre sí.
“Vamos a aplicar una metodología cuantitativa para medir a las madres y a los niños y otra cualitativa para obtener información sobre los capitales de las madres, con una serie de instrumentos que requieren un tiempo considerable para que las madres puedan responder, por lo que definimos una muestra de 130 participantes”, apuntó.
El cuerpo como capital biológico
De acuerdo con el investigador, el capital biológico materno consiste fundamentalmente en su cuerpo, que es el principal recurso que tiene una mujer para gestar, dar a luz y criar a sus hijos; y puede ser líquido o fijo. El capital líquido corresponde a aquellos recursos biológicos que las mujeres pueden mover con cierta facilidad en beneficio inmediato de su hijo como, por ejemplo, la grasa subcutánea que se convierte en energía para amamantar a un bebé. Por otra parte, el capital biológico fijo es aquel que es más difícil de cambiar, como la talla de la persona.
“Esto se relaciona con que el crecimiento se expresa, entre muchas otras cosas, en una talla y proporcionalidad adultas. Las mujeres que tienen una talla adulta adecuada están en mejores condiciones para ser madres y criar niños que las mujeres que tienen talla baja por problemas de crecimiento. Hay mujeres que no son altas pero crecieron en buenas condiciones para ser madres, pero hay otras que no pudieron crecer bien y entonces se compromete su papel de madres”, expresó.
Capital social, cultural y humano
Un componente del capital social consiste en las relaciones que tiene una mujer para movilizar distintos tipos de recursos, como la familia, los amigos y los vecinos. El capital humano son las habilidades que puede desarrollar cualquier persona para resolver problemas. En el caso de las madres, es todo aquello que pueden realizar para hacer frente a la crianza de sus hijos.
El capital cultural refiere a todo aquello que conoce la madre, no únicamente en términos de escolaridad sino, sobre todo, lo relacionado con su educación. “Puede haber madres que no hayan ido a la escuela, pero saben mucho de cómo criar a sus hijos y ese es un capital cultural”, apuntó Fede.
El proyecto se realiza con el financiamiento de la Unidad Mérida del Cinvestav y de la University College London, y cuenta con la participación de Adriana del Pilar Vázquez Vázquez, doctoranda yucateca que realiza sus estudios en Reino Unido, Hidekel Yoani Chan García, estudiante de maestría del Departamento de Ecología Humana de Cinvestav Mérida, estudiantes de licenciatura de diversas universidades, así como la bióloga Graciela Valentín Sánchez, auxiliar de investigación.
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