Deserción escolar y propuestas para evitarla
Por Yureli Cacho Carranza
México, DF. 6 de julio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Investigadores de la Universidad de Guanajuato (UGTO), el Instituto de Planeación del Estado de Guanajuato (Iplaneg) y la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG) realizaron un estudio cuanti-cualitativo sobre el abandono escolar a nivel básico en dicha entidad federativa. Sin embargo, a decir de la doctora en Ciencias de la Educación y coordinadora de la investigación, Sylvia Catharina van Dijk Kocherthaler, el fenómeno existe en todo México.
Para la realización de este minucioso estudio, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) otorgó apoyo financiero a través del Fondo Sectorial de Investigación para Educación Básica.
La educación básica, fundamental
En México, como en los otros 33 países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la educación básica comprende los tres niveles de enseñanza escolar que oscilan de los tres a los 14 años, es decir, tres años de preescolar, seis de primaria y tres de secundaria.
De acuerdo con los resultados de la investigación que aquí se relata y que consideró datos de la SEG, el índice de abandono escolar en primaria y secundaria en ese estado, durante el ciclo escolar 2007-2008, fue de 43 por cada mil niños o adolescentes.
Aunque en apariencia es mínimo, el dato anterior es de consideración porque, según la doctora Dijk Kocherthaler, el abandono escolar constituye una violación a los derechos de los niños y adolescentes, que además coarta el ejercicio de sus demás derechos.
“Para la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN), el Estado es el principal garante para hacer realidad el derecho a la educación, por lo que cuando la deserción escolar se presenta antes de los 18 años, se viola este derecho”, afirmó la entrevistada.
Agregó además que un factor fundamental para la competitividad, tanto nacional como internacional, es el nivel de escolaridad, por lo que concluir la educación básica es imprescindible para obtener un desarrollo integral.
Importancia del estudio
La especialista Sylvia van Dijk Kocherthaler detalló para la Agencia Informativa Conacyt sobre los resultados de la investigación titulada Escolares de Guanajuato, entre el abandono, la deserción y la expulsión.
“En primer lugar, el sistema educativo nacional busca que los niños se adapten a este, en lugar de que los colegios mejor traten de operar desde los ojos y corazones de los infantes”, dijo.
Por ejemplo, independientemente del papel familiar, las escuelas también deberían responder a la necesidad infantil de protección contra todo tipo de violencia, incluyendo los mecanismos de exclusión; pero en general no existe una relación de confianza entre los maestros y los alumnos, comentó.
Agregó que tampoco prevalece una retroalimentación porque los maestros no suelen hacer observaciones positivas a sus alumnos, lo que resulta una omisión grave que habla de su desinterés por ellos, de manera que los escolares no se sienten incluidos.
Por otra parte, explicó la necesidad de fomentar la participación de los estudiantes. “Se requiere que las escuelas sean espacios en donde los niños puedan ser parte de la toma de decisiones y propuesta de proyectos. Existe cierta rigidez en la organización escolar que limita la participación real de los alumnos. El discurso del adulto impera en las escuelas, en lugar de escuchar a los niños y jóvenes y ampliarles sus horizontes a partir de su propia percepción y análisis”, comentó.
Otro aspecto que la doctora Dijk Kocherthaler consideró de suma importancia es que la escuela le haga sentido a los alumnos conforme al entorno sociocultural del que provienen. “Los contenidos y la enseñanza tienen poca vinculación con el contexto en el que crecen los niños, sobre todo en el ámbito rural. No se les muestran historias de sus comunidades o sus colonias. No se les brinda la oportunidad de que adquieran las habilidades y competencias de lectoescritura y de pensamiento científico con temas y problemas de su entorno”, refirió.
Por ejemplo, en estados donde la migración es parte de la cultura, el tema no está incluido en los programas de estudio. La escuela en general impone un modelo urbano, consumista, de clase media que no corresponde con una realidad mayoritaria, mencionó la experta.
“La deserción implica una inversión ineficiente en el gasto público educativo, por lo que resolver esta problemática debe ser una prioridad en las políticas públicas", argumentó.
Metodología
Para la investigación Escolares de Guanajuato, entre el abandono, la deserción y la expulsión se realizó una muestra aleatoria de 75 niños y adolescentes que abandonaron la escuela durante dos ciclos escolares 2007-2009, en cuatro municipios de Guanajuato (León, Romita, Silao y Valle de Santiago). Se llevaron a cabo métodos estadísticos, observación etnográfica, además de sondeos de opinión entre tutores y maestros.
El ocho por ciento de la muestra tenía entre seis y ocho años; el 10 por ciento, entre nueve y once años, es decir que dejaron de asistir a la escuela de cuarto a sexto grado de primaria. Además, 46 por ciento eran adolescentes de 12 y 14 años que abandonaron la secundaria y 33 por ciento tenía entre 15 y 17 años, jóvenes que cursaban la secundaria extraedad y decidieron desertar.
La mayoría de los informantes tenía entre 12 y 16 años de edad, que corresponde al nivel básico medio. En la estadística estatal de la SEG, el abandono escolar tiene la tasa más alta entre los 14 y 17 años.
Resultados
Las causas más representativas de deserción escolar, en orden de importancia, son el cambio de residencia, la falta de interés del alumno y del tutor, problemas familiares, falta de recursos económicos, incorporación a la vida laboral, matrimonio, enfermedad, defunción, requerimiento de atención especial y embarazo.
Conforme a mayor edad, la separación escolar aumenta, independientemente del grado escolar que se curse. El fenómeno se presenta más en el sexo masculino. La mayoría evita continuar en primero y segundo de secundaria, seguido de primero de primaria. El grado que menos alumnos pierde es sexto de primaria.
Adolescentes entre 12 y 15 años son quienes abandonan la escuela antes de concluir el periodo de educación básica obligatorio. La tasa de abandono es mayor en el turno vespertino que en el matutino; esta tendencia se agudiza en secundaria, donde los turnos vespertinos pierden uno de cada 10 alumnos inscritos. En las escuelas nocturnas, la mayoría de los alumnos se pierden durante los primeros cuatro grados escolares.
Propuestas
La doctora Dijk Kocherthaler considera que el panorama actual de la educación en México es un poco reduccionista, porque pone énfasis en el aprendizaje de la lectoescritura y las matemáticas, sin considerar en el mismo sentido actividades artísticas que son estimuladoras del hemisferio cerebral derecho y complementarias a un desarrollo y aprendizaje integral.
La especialista del Departamento de Educación de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UGTO detalló que el reto de mantener a los estudiantes en las aulas corresponde, sobre todo, al sistema educativo estatal y nacional. La política pública está enfocada en universalizar el acceso y en aplicar exámenes para comprobar que el sistema cumple. No obstante, dijo que conforme al estudio realizado es preciso incorporar las siguientes estrategias:
- La enseñanza educativa en preescolar es lúdica, muy distinta de la que se imparte en primaria, donde los métodos educativos son pasivos y con largos periodos de estar sentados y permanecer quietos. Sería conveniente “preescolarizar” la enseñanza durante los primeros dos o tres años de primaria, concluyeron investigadores del Iplaneg que participaron en el estudio.
- En preescolar, primaria y secundaria hay aulas con 30 a 50 estudiantes, cantidad que le complica a los docentes proporcionar una educación de calidad. Sería ideal que no haya más de 18 alumnos por salón a nivel preescolar y en los dos primeros años de primaria; así como no más de 24 alumnos de tercero de primaria a tercero de secundaria.
- Proporcionar capacitación continua a los profesores para que puedan generar un ambiente emocionalmente seguro y sepan cómo fomentar la autoestima de cada alumno. Proveer habilidades para el manejo de conflictos, sin recurrir a la violencia; además de mantener activa la curiosidad y el espíritu de indagación de los escolares.
- Actividades como música, danza, teatro, expresión plástica o educación física fomentan la comunicación entre el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro, y dan elementos indispensables para un óptimo desarrollo neuronal. “Pensar que los festivales, bailables y las manualidades son pérdida de tiempo es lamentable porque es precisamente con estas actividades cuando tiene lugar la integración del aprendizaje”, apuntó la doctora Dijk Kocherthaler.
- Y finalmente la alfabetización de los profesores en tecnologías de la información y comunicación (TIC), que resulta imprescindible por el cúmulo de información electrónica a la que actualmente están expuestos los niños desde que nacen: radio, televisión, tabletas, celulares, internet, videojuegos, concluyó la experta.
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