Religión comparada: magia, idolatría y religiosidad
Por Chessil Dohvehnain
San Luis Potosí, San Luis Potosí. 31 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El Colegio de San Luis celebró el curso "Debates sobre magia e idolatría: reflexiones en torno a la construcción occidental de la alteridad religiosa", en el marco de un proyecto de investigación interinstitucional que el Programa de Estudios Antropológicos implementa para el estudio de sistemas míticos y estéticos, así como de la cultura y la sociedad en los barrios de San Luis Potosí.
Para la doctora Silvia Mancini, catedrática de religión comparada de la Universidad de Lausanne en Suiza, de formación antropóloga e historiadora de las religiones, busca que este proyecto sensibilice a aquellos dedicados a estudiar este tipo de fenómenos ya que las categorías usadas para entender la religiosidad popular, como la que vemos por todo México, son dinámicas y cambian. Por lo que adquirir una mente crítica ante conceptos como “magia”, “idolatría” y “religión” es necesario si se quiere entender la complejidad de las religiosidades de grupos marginales o subalternos.
“La antropología como ciencia es un producto occidental y se ha construido en una época en la que occidente usaba conceptos heredados de la teología religiosa para entender el mundo, y que se incorporaron en la antropología, que muchas veces sigue sirviéndose de esas categorías o conceptos sin ponerlos en perspectiva histórica, transmitiendo al objeto de estudio una serie de controversias que inducen al error en la interpretación de los hechos”, afirma la especialista en religiosidades populares.
Para el doctor en ciencias antropológicas y colaborador académico del proyecto, Arturo Gutiérrez del Ángel, esto es importante porque entender las religiosidades tiene que ver con afinar las prácticas metodológicas que ya se tienen, como lo es el “comparatismo analógico”.
El problema es que con este tipo de estudio de las religiones, se buscaron las similitudes partiendo desde un modelo de comprensión heredado del cristianismo. Y que, al hacer esto, buscamos entender las religiosidades populares o las prácticas mal llamadas “idólatras”, por ejemplo, con lo que nos resulta familiar, como dicho modelo de pensamiento cristiano que heredamos en occidente.
Por otro lado, el “comparatismo diferencial” como método refinado sería una alternativa mucho más fructífera para los especialistas que estudian la diversidad cultural.
“El problema es que la religión es una estructura cultural, una institución tan fuerte en nuestro imaginario colectivo que, aunque vivimos en una época secularizada, no parece imposible cuestionarla porque seguimos reproduciéndola en nuestros discursos e investigaciones, como cuando proyectamos sobre otras culturas o prácticas religiosas, ideas que salen directamente de nuestra herencia cristiana”.
Un caso de lo anterior, y que ha sido reflexionado tanto por la doctora Mancini como por el doctor Arturo Gutiérrez, es el uso del término “magia”, distinguiéndolo de la religión. Sin embargo, en términos estrictos desde la antropología de las religiones, no hay razones para separar ambas, porque esa distinción fue hecha por el cristianismo para definirse a sí mismo por oposición a lo que restaba de los cultos paganos de la antigüedad, o para descalificar cualquier otra forma de culto, cosmovisión o práctica que fuera diferente.
“Entonces, la categoría de 'magia' no es una categoría científica, sino una ideológica. Y los antropólogos a veces no nos damos cuenta de que estamos utilizando categorías teológicas para analizar los fenómenos culturales, y tenemos que reflexionar en torno a eso”, afirma en entrevista.
Para los investigadores, hay debate entre si seguir usando la categoría de “religión” para estudiar culturas desarrolladas fuera del enfoque occidental, porque la religión es un concepto cristiano, que ha servido para promover nociones de deidades trascendentes, alma individual, salvación, entre otras, que son nociones completamente ausentes en la mayoría de las culturas no occidentales.
“Si usamos la noción de religión para aprender, analizar e interpretar prácticas de culturas no cristianas, estaríamos proyectando sobre esa cultura nuestro propio esquema mental. Y esto es el gran problema del comparatismo analógico de la antropología religiosa (…) Y es que a pesar de la secularización, occidente sigue obsesionado por la cuestión religiosa”, comenta la investigadora, quien también ha trabajado estudiando los cultos mexicanos a la Santa Muerte.
Para el doctor Arturo Gutiérrez, estudiar lo que llamamos religiosidad, con todo y sus prácticas, conductas, normas, función social, origen y eficacia simbólica tiene que entenderse como algo cultural y no como “práctica religiosa”, no más. La diferencia es que cuando se intenta encerrar las prácticas de otras culturas bajo la idea de “religión” o práctica religiosa, se viola el respeto de la especificidad de las culturas humanas.
Y es que la elaboración de mitologías, cosmovisiones y ritos que pretenden movilizar entidades no humanas para manipular el mundo, aún es algo muy vivo en nuestro tiempo con una fuerza que para muchos oponentes de la religión desde ámbitos como la ciencia natural, es difícil entender. Pero para los investigadores, el estudio de tales prácticas necesita ser visto más allá de los conceptos tradicionales para entender que este fenómeno no solo se encuentra en lo popular, sino también en ámbitos tan extraños como la política.
• Dr. Arturo Gutiérrez del Ángel
El Colegio de San Luis
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
(01 444) 811 0101
• Dra. Silvia Mancini
Instituto de Historia y Antropología de las Religiones
Universidad de Lausanne
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
(4121) 646 4604 y (4178) 734 2255
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.