Tecnología agronómico-veterinaria al servicio de las comunidades marginadas
Por Nistela Villaseñor
México, DF. 22 de abril de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Existen especies ganaderas como la caprina (cabras), la equina (caballos) y la ovina (ovejas) que se reproducen de manera estacional, es decir, solo en ciertas temporadas del año, proceso que es influenciado por el fotoperiodo o cantidad de horas luz del día.
Dichas especies se adecuan a las condiciones favorables del medio ambiente y a la bondad de algunas estaciones del año para reproducirse. La hembra, de manera natural, gesta en meses fríos y pare en meses tibios; así, la cría tiene mayores probabilidades de sobrevivencia no solo por el clima sino por el rebrote de hierba que se da en los meses más cálidos, explicó en entrevista para la Agencia de Noticias Conacyt, Ilda Graciela Fernández García, doctora en Producción Animal por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Este fenómeno es conocido como estacionalidad reproductiva, y trae como consecuencia una producción también estacional. En el caso particular de las cabras, la productividad de leche para la venta a la industria transformadora (queso y cajeta), así como la de cabrito para la industria restaurantera, se reduce drásticamente durante medio año, mencionó la doctora.
“Ojalá y siempre estuviera activo el macho, pero no sucede eso. En el norte de México y en otras áreas, tanto las hembras como los machos tienen un periodo de actividad sexual y otro de reposo llamado anestro. Las hembras no ciclan todo el año. Los machos no están activos todo el año. Solamente durante algunos meses las hembras ciclan y los machos están activos sexualmente. Entonces solo durante una época del año hay partos y producción de leche de manera natural”, detalló.
Lo anterior trae como consecuencia un impacto negativo en comunidades generalmente marginadas que sobreviven gracias a la venta de leche de cabra y carne de cabrito, agregó la también profesora de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Para revertir dicho impacto negativo, especialistas del Centro de Investigación en Reproducción Caprina (Circa) de la UAAAN, unidad Laguna (Torreón, Coahuila), en colaboración con la unidad Physiologie de la Reproduction et des Comportements (PRC) del INRA Nouzilly, en Francia, implementaron un modelo tecnológico para variar la estacionalidad reproductiva en cabras, al estimular su reproducción en el periodo de reposo sexual que es de marzo a agosto.
José Alberto Delgadillo Sánchez, experto en fisiología de la reproducción y jefe del Circa, explicó que “ningún tratamiento lo había logrado; nosotros lo logramos: las hembras (del ganado caprino) ovulan todo el año al estar en contacto continuo con machos activos”.
Y es que métodos como la manipulación del fotoperiodo o estimulación del macho con días largos (luz artificial), así como la nutrición especializada tanto en machos como en hembras, son conocidos y utilizados desde hace años en países europeos con el objetivo de disminuir el anestro o reposo sexual.
Sin embargo, fue hasta que el doctor Delgadillo Sánchez y su equipo de colaboradores, del cual forma parte la doctora Ilda Fernández García, implementaron la técnica de bioestimulación conocida como “efecto macho”, cuando se logró que las hembras caprinas ovularan todo el año.
“Nuestros resultados son los primeros que se generan en esta área del conocimiento”, aseguró la doctora Fernández García.
Técnica
“Lo que nosotros hacemos es utilizar la luz natural y artificial para estimular primeramente la actividad del macho. Esto debido a que el macho también presenta un reposo sexual que coincide con el de la hembra. Entonces, con un tratamiento luminoso de ocho focos ahorradores de 65 vatios (W) por cada 10 machos alojados en un corral abierto de seis por seis metros (m), estimulamos la actividad del macho con un reloj digital que controla automáticamente el encendido y apagado de los focos”, detalló Delgadillo Sánchez, quien estudió el doctorado en Fisiología de la Reproducción de Pequeños Rumiantes en la Université des Sciences et Techniques du Languedoc, en Francia.
Agregó que dichos focos “se encienden de seis a ocho de la mañana, y de cinco de la tarde a diez de la noche. De las ocho de la mañana a las cinco, los machos perciben la luz natural. El tratamiento inicia el 1 de noviembre y termina el 15 de enero. A partir del 16 de enero, los machos perciben solamente las variaciones naturales del fotoperiodo”.
El también miembro del SNI con el nivel III detalló que “una vez que el macho está sexualmente muy activo, y esto ocurre alrededor de seis u ocho semanas después de haber suspendido el tratamiento luminoso, son puestos en contacto con las hembras que están en reposo sexual; y este contacto en el cual el macho corteja a la hembra y emite señales importantes para ella permite que ella ovule y que sea copulada, teniendo la oportunidad de quedar gestante. Los machos manifiestan una intensa actividad sexual durante dos meses: marzo-abril”.
Esta metodología representa una innovación en el ciclo productivo de estos animales, lo que propiciará mejores ingresos para los productores, una mejor rentabilidad, productividad, y competitividad de las empresas relacionadas con la transformación y comercialización de los productos caprinos, manifestó el especialista.
El doctor Delgadillo Sánchez explicó que en nuestro país el ganado caprino representa, por lo general, el único ingreso de muchas familias en el medio rural, en donde se encuentra la mayor población de estos animales. Por ello, el desarrollo científico y tecnológico de la producción de cabra y su reproducción es pobre, por lo que los resultados obtenidos por él y sus colaboradores en México y Francia son muy importantes.
De acuerdo con el especialista, la técnica es económica, sencilla y sustentable porque no emplea hormonas exógenas o artificiales que contaminen los productos de la especie, el medio ambiente o al ser humano.
Los resultados del estudio, el cual fue encabezado por el doctor Delgadillo Sánchez, se encuentran publicados en la revista Hormones and Behavior.
Prospectiva de la innovación tecnológica agronómico-veterinaria
“Queremos saber si la presencia de hembras en estro (periodo de celo de los mamíferos) durante los meses de reposo sexual evita el periodo de reposo sexual de los machos. Este estudio tiene seis meses que inició. En otro contexto, pero de igual importancia, queremos saber cuál es el tiempo mínimo diario que una hembra necesita estar con el macho para que pueda ovular en el periodo de reposo”, comentó el doctor.
Al respecto, agregó que “demostramos que una hora es suficiente para ello. Ahora queremos saber si 15 o 30 minutos son suficientes parta estimular la ovulación”.
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