Peces, indicadores biológicos de los ecosistemas acuáticos de Yucatán
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 8 de marzo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Por sus importantes relaciones con el medio ambiente, las comunidades de peces representan laboratorios naturales para la ciencia. En la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UMDI UNAM), Unidad Académica Sisal, son estudiadas como indicadores para evaluar la restauración de zonas de manglar y la repercusión de la dinámica trófica en ciénagas y lagunas de la península de Yucatán, tanto en sus aspectos ecológicos como pesqueros.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Daniel Arceo Carranza, profesor investigador de la Unidad Académica Sisal, señaló que una de las principales líneas de investigación del Laboratorio de Ecología de Ecosistemas Costeros de la UMDI es la trofodinámica de peces costeros, a través de la cual estudia la forma, medios y sitios en que los organismos acuáticos se alimentan de sus diferentes presas, generando un intercambio de energía entre diversos niveles tróficos.
“Podemos estudiar cómo los productores primarios como macroalgas, pastos y fitoplancton, así como toda la materia orgánica generada dentro de las lagunas o ciénagas, son base de las redes tróficas acuáticas; así como peces herbívoros que se alimentan directamente de pastos y fitoplancton, peces carnívoros que se alimentan de peces y crustáceos de mayor tamaño. Ahí tenemos diferentes niveles tróficos y lo que observamos es cómo los organismos acuáticos se van alimentando con diferentes tipos de presas y cómo van pasando energía entre estos niveles”, apuntó.
¿Cómo cambian y de qué se alimentan las comunidades de peces en 24 horas?
Como parte de un estudio de la comunidad ictiológica (de peces) de la laguna de La Carbonera y parte de la Reserva Estatal de Ciénagas y Manglares del Estado de Yucatán, Daniel Arceo Carranza estudió los procesos de alimentación y variación de 24 horas de las comunidades de peces de dicho ecosistema.
“Aquí se trató de ver cómo cambian las comunidades dependiendo de la hora del día, de su comportamiento de acuerdo con los ritmos circadianos (de luz y oscuridad) y de la alimentación, pues los recursos alimenticios cambian durante las horas de día y noche y, por tanto, las comunidades también van a cambiar”, apuntó.
El diseño experimental utilizado se basó en colectas cada dos horas por medio de artes de pesca como atarraya, chinchorro y trampas ictiológicas en raíces de manglar y camas de pastos, esto con el fin de determinar el cambio que ocurre entre las comunidades de peces en ciclos de 24 horas.
Para conocer de qué se alimentaron los peces durante este periodo, se revisaron los contenidos estomacales para identificar a sus presas mediante claves taxonómicas. “Podemos identificar hasta nivel de especie en algunos casos y saber cuándo se alimentan de zooplancton, fitoplancton o detritus. Si se alimentan de crustáceos u otros peces, podemos llegar a la especie para saber cuál recurso están explotando y qué repercusión tiene en el ecosistema o en recursos pesqueros, pues pueden ser especies de importancia comercial”, apuntó.
Como resultado de esa investigación, se colectaron más de 80 especies en los ciclos de 24 horas y se realizaron tesis de licenciatura, maestría y artículos científicos que sirven como base para las iniciativas de zonas de protección, conservación y planes de manejo de la Reserva Estatal de Ciénagas y Manglares del Estado de Yucatán.
Peces como indicadores de conservación y restauración de manglares
En colaboración con el investigador Jorge Herrera Silveira, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), unidad Mérida, el Laboratorio de Ecología en Ecosistemas Costeros estudia las comunidades de peces como indicadores de integridad biótica en los procesos de conservación y restauración de manglares.
De acuerdo con Arceo Carranza, la restauración en los ecosistemas se mide generalmente por medio de la estructura vegetal, pero por el lapso de tiempo de los proyectos no siempre se alcanza a determinar qué fauna comienza a poblar esos ecosistemas. “En años pasados solo se consideraba la parte estructural. Si crecía el manglar, si había mayor productividad, si los troncos tenían mayor grosor, se consideraba que hubo éxito en la restauración. En años recientes, se ha tomado la fauna como indicadora de restauración funcional para ver si los manglares cumplen con las funciones que venían realizando antes”, apuntó.
Para esto se estudian las funciones de crianza y alimentación que tienen los manglares para algunas especies de peces. Las raíces de los manglares sirven de resguardo para peces juveniles, por lo que algunos peces marinos y dulceacuícolas ingresan a las lagunas costeras para resguardarse, alimentarse, crecer y regresar a sus ecosistemas de origen cuando llegue la ocasión precisa. Incluso algunos peces residentes se resguardan en las raíces hasta que crecen y se desplazan a las comunidades que se encuentran sobre camas de pastos y planicies lodosas.
“¿De qué forma identificamos estas funciones? Mucho de esto es conociendo la biología de la especie, muchos comportamientos están bien identificados. En un manglar que se encontraba con poca cobertura vegetal empezamos a encontrar estas especies de origen marino y origen dulceacuícola. Considerando algunos parámetros comunitarios como abundancia, densidad, biomasa y diversidad, podemos estimar o decir que está teniendo éxito la restauración funcional”, indicó Arceo Carranza.
En cuanto a la alimentación, la cantidad de presas y los diferentes niveles tróficos que puedan observarse en la comunidad de los peces revelará el grado de restauración de las redes tróficas de las zonas de manglar restauradas, y se espera llegar a estos resultados en los próximos años. El proyecto se ha implementado en Celestún, Progreso, Sisal, Dzilam de Bravo y actualmente se prepara un estudio para Sian Ka’an, en Quintana Roo.
Relaciones entre peces y aves
En un petén ubicado entre Sisal y la laguna La Carbonera, se encuentra la anidación de una variedad de especies de garzas como la garza rojiza (Egretta rufescens), incluida en la Norma Oficial Mexicana 059. “No en todos los petenes que estaban cerca de Sisal anidaban estas especies bajo protección pero en este sí. ¿Cuáles eran las características para ello? Aún no lo sabemos, pero pudimos observar la temporada de anidación y los recursos alimenticios que explotan, estas son diferentes especies de peces que se encuentran en toda la ciénaga de Sisal”, indicó Arceo Carranza.
Este proyecto de trofodinámica, incluyendo las aves, inició como una tesis del posgrado en Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, incluyó muestreos durante un año en los que se analizaron las temporadas de anidación de ocho especies de aves migratorias y aves residentes de la ciénaga protegidas por la Norma Oficial Mexicana 059. De igual manera, se estudiaron las especies de peces protegidas por su importancia ecológica y por su origen endémico, como son Poecilia velifera, Fundulus persimilis y Fundulus grandissimus.
“Al conocer la comunidad íctica de la costa norte de Yucatán y determinar la importancia ecológica que tiene como alimento principal para otras especies, en este caso aves, también podemos proteger esas especies de aves que están en normas de conservación en México y otros países”, apuntó el investigador.
Maribel Badillo Alemán, profesora investigadora del Laboratorio de Ecología de Zonas Costeras de la UMDI Sisal, se encarga de identificar los sitios donde se realizarán las colectas para obtener una comparativa de un ambiente no perturbado, un ambiente perturbado y el ambiente del sitio sujeto a restauración, con la finalidad de conocer si el proceso de restauración está funcionando efectivamente y cuáles son los organismos que llegan a él.
De acuerdo con la investigadora, usualmente en los sitios restaurados se crea un tipo de zanjas por donde se logra que fluya el agua, formando canales durante todo el año. “En los bordes de esos canales las plántulas de manglares encuentran su estrato, empiezan a germinar y empiezan a crecer los árboles. Eso permite que posteriormente lleguen los peces y permanezcan ahí”, apuntó.
Debido a que los canales suelen ser muy angostos, los investigadores tienen que elegir el tipo de peces que se desea estudiar y de acuerdo con este, se utiliza un determinado arte de pesca y se elige un sitio de muestra. Como parte de su colaboración en el proyecto, Badillo Alemán se encarga de la logística para los preparativos de las salidas de campo, el arte de pesca y los materiales a utilizar, el personal de apoyo y los vehículos para transportarse.
“Una vez que estamos en el sitio me dedico a apoyar en el arte de pesca, separar los peces que caigan, etiquetarlos, ponerlos en bolsa y en hielo para ser preservados; posteriormente en el laboratorio identificamos exactamente a qué especie pertenecen”, comentó.
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