Sanidad y nutrición para el atún de acuicultura
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 7 de noviembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Especialistas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), contribuyen en el desarrollo de la acuicultura del atún aleta azul (Thunnus orientalis) en las costas de la península bajacaliforniana.
Las aportaciones de los científicos son a través de estudios que analizan la carga parasitaria y enfermedades que afectan al atún en cautiverio, y mediante el diseño de una novedosa propuesta nutricional con la que promueven procesos de producción acuícola que se rijan por criterios de sostenibilidad.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Jorge Cáceres Martínez, investigador del Departamento de Acuicultura del CICESE, expuso que los ranchos atuneros en Baja California se manejan por acuicultura extensiva o semicultivo.
“Dado que aún no es posible reproducir al atún en cautiverio y obtener crías, ejemplares en estado juvenil o preadulto se capturan del medio natural y se transfieren a las jaulas para engorda; este hecho ha generado cierta controversia sobre cómo clasificar este tipo de producción y se ha optado por llamarlo producción en encierros atuneros, ranchos atuneros, ranchos marinos o jaulas para la engorda de atún”, precisó.
Parásitos y enfermedades del atún
En 2003, Cáceres Martínez inició el estudio de la carga parasitaria y enfermedades que afectan al atún, a partir de muestras de atún comercializado en el mercado de mariscos del municipio de Ensenada, Baja California.
El investigador explicó que la carga parasitaria que encontró es común en peces marinos y no representa un riesgo sanitario si se procuran las prácticas de cultivo adecuadas, tales como evitar estresar a los peces, dar mantenimiento a las jaulas para que haya circulación de agua, una buena alimentación y retirar ejemplares lastimados o moribundos.
“Por otra parte, en 2004 iniciamos un estudio para determinar los parásitos helmintos que porta naturalmente la sardina, que usualmente se utiliza como alimento fresco en los encierros de atún, para conocer el riesgo de transferencia de parásitos de la sardina al atún en cautiverio”, agregó.
Mencionó que los resultados de esta investigación indican que hay ciertos helmintos que sí pueden ser transmitidos al atún, lo que hace necesario delinear una estrategia para controlar la ruta de transferencia de parásitos.
Vulnerabilidad en cautiverio
Como cualquier otro organismo vivo, el atún es afectado por parásitos y enfermedades que se dan de manera natural; sin embargo, cuando afectan a organismos en cautiverio, el efecto es exponencial debido a que su propagación es más rápida por las altas densidades que se mantienen en los cultivos, lo que favorece el estrés y, en consecuencia, la susceptibilidad del organismo ante enfermedades.
“Es fundamental conocer qué parásitos y enfermedades afectan al atún de manera natural y cuáles de ellos pueden representar un riesgo cuando el pez se mantiene en cautiverio”, subrayó el investigador del CICESE.
Indicó que de esta manera se podrá obtener una base de datos que señale las condiciones naturales de interacción entre el parásito y el hospedero —en este caso el atún— que no ponen en riesgo la salud del pez cuando está en el medio silvestre.
“Ya en condiciones de cautiverio, esta interacción puede modificarse negativamente y favorecer la proliferación de los parásitos y enfermedades, que, de manera natural, no representaban un riesgo mayor. En este sentido, es indispensable el monitoreo rutinario preventivo del estado de salud de nuestros peces que nos permita anticiparnos a un brote infeccioso”, recalcó.
Cáceres Martínez enfatizó que de la misma importancia es monitorear las condiciones del agua donde se mantienen los atunes: vigilar los niveles de oxígeno, compuestos nitrogenados y tóxicos que se encuentran en el ambiente y que pueden ser perjudiciales para los peces si alcanzan límites superiores a los tolerados por la especie.
Añadió que también es indispensable el monitoreo de florecimientos de microalgas nocivas que pueden tener un efecto devastador para el atún en cautiverio.
Un superalimento para atunes
La doctora María Teresa Viana Castrillón, especialista del Instituto de Investigaciones Oceanológicas (IIO) de la UABC, cuenta con una experiencia de al menos 10 años colaborando con las empresas propietarias de ranchos atuneros.
Actualmente coordina esfuerzos con la empresa Litgo para lograr la comercialización de un alimento formulado que elimine la dependencia de la sardina para la engorda de atún, una práctica que evita que los encierros atuneros se desarrollen de manera sostenible; este proyecto ha recibido financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) por medio del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora María Teresa Viana declaró que sus investigaciones están orientadas a la formulación de alimentos que contengan un mínimo de aceite y harina de pescado o, de ser posible, que no contengan estos ingredientes.
Mencionó que para la producción del alimento para atún utilizan una combinación de harinas que cumplen con los requerimientos nutritivos, de acuerdo con estudios que han hecho, y no se contempla el uso de proteína vegetal.
“Nuestra principal tarea es convencer a los atuneros de que los atunes pueden tener no solo igual sino muchísima mejor calidad, nutriéndolos con nuestros alimentos en lugar de alimentarlos con sardina”, afirmó.
La investigadora del IIO resaltó que las principales ventajas del alimento formulado son que se les puede dar a los peces cuando se necesite y que es posible almacenarlo.
“Hemos diseñado un tipo de alimento que está en proceso de patente y que es un alimento suave y terso, la diferencia entre la sardina y ese alimento es mínima; es un alimento que no flota, cae con movimiento por las características de su forma y hemos probado que los atunes lo consumen; ahora lo que nos toca es comprobar que manteniéndolos y alimentándolos durante un cierto tiempo, van a tener mejor calidad”, comentó.
• Dra. María Teresa Viana Castrillón
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• Dr. Jorge Cáceres Martínez
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