Algoritmos para el registro de especies
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 28 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Carlos Yáñez Arenas, investigador del Laboratorio para la Conservación de la Biodiversidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), emplea algoritmos matemáticos para generar modelos que correlacionan los registros de la presencia de especies con las condiciones ambientales que prefieren y/o toleran, es decir, sus nichos ecológicos.
"En el campo busco la especie que me interesa, tomo registro con GPS (sistema de posicionamiento global) y obtengo las coordenadas. El punto donde registre la especie tiene asociado un conjunto de variables ambientales y muchas están disponibles gratuitamente en la red, en repositorios de proyectos", apuntó el investigador.
Uno de estos es WorldClim, base de información climática de todo el mundo. Con los datos que los investigadores registran en el sistema, la información se puede combinar con la de otras características ambientales presentes, como temperatura promedio, tipo de vegetación y topografía. Con todas las variables se genera una gran cantidad de datos del espacio geográfico que delimita la distribución de una especie.
"Lo que hacen, en términos generales, estos algoritmos es generar correlaciones entre las presencias de estos puntos, es decir, de estas ocurrencias de la especie con todas las variables ambientales para inferir dónde potencialmente podría estar una especie, incluso en lugares donde nadie ha buscado. Podemos inferir si potencialmente está o no, considerando que también es probable que al ir no encontremos la especie, pues pueden existir muchos otros factores (por ejemplo, interacciones con otras especies) que influyen en su distribución y que es muy complicado incorporar en este tipo de modelación", comentó Yáñez Arenas.
Aplicaciones en salud pública
Los modelos matemáticos han sido empleados en agricultura, sistemática y sobre todo en salud pública. Actualmente, Yáñez Arenas colabora con un equipo de investigadores de Perú para modelar los vectores de la leishmaniasis y de la enfermedad de Carrión. Con el apoyo del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de profesores de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) el investigador genera modelos del mosquito Aedes albopictus, uno de los transmisores del chikungunya y zika.
En colaboración con la Universidad James Cook (Australia), ha estudiado el virus Hendra (VHe) que puede afectar a humanos. Los murciélagos son reservorio del virus y el ciclo biológico inicia cuando los murciélagos lo excretan en sus heces. Los caballos pueden infectarse, y las personas pueden infectarse con las esporas de los mismos murciélagos o los caballos infectados. La tasa de mortalidad en las personas está por arriba de 70 por ciento. Aunque no es epidemia, el virus es bastante agresivo.
"Estamos haciendo predicciones de la abundancia potencial de murciélagos y contrastando esos patrones de la densidad poblacional con las zonas donde ya ha habido brotes del virus, fue interesante encontrar coincidencias. En un siguiente trabajo vamos a hacer las proyecciones a futuro, escenarios de cambio climático para conocer cómo cambian estos patrones. Estamos integrando los modelos de los nichos de los vectores, estamos haciendo modelos del virus para ver cómo coinciden, cómo se sobreponen los nichos ecológicos entre los vectores y el patógeno y se está incorporando en el modelo la densidad de caballos y la densidad poblacional humana como un factor de riesgo, entonces es un modelo bastante complejo que incorpora todo lo que podría ser causa de los brotes del virus", concluyó el investigador.
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