Huertos educativos, niños y medio ambiente
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 20 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Los huertos educativos surgen en el marco del Pasaporte al Camino del Conocimiento Científico, programa de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en colaboración con El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y la Unidad Mérida del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), con el fin de integrar a la comunidad en materia de educación ambiental y para preservar, dentro del marco cultural regional, el uso del huerto de los ancestros mayas con sus respectivas ceremonias.
Entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt, Dalila Aldana Arana, coordinadora del programa, señaló que los huertos educativos consisten en cultivos de diferentes hortalizas como tomate, chile, lechuga, cilantro, calabaza y pepino. Cada 15 días, los niños y padres participantes en el programa observan el desarrollo del cultivo, realizando registros en una bitácora sobre el crecimiento y estado de las plantas, aparición de frutos y el tiempo de cosecha para cada especie.
De acuerdo con Fabiola Chun Sánchez, estudiante de doctorado en el Cinvestav, los huertos se desarrollan cada año y lo que se pretende es enseñar a los niños cómo pueden sembrar sus propias hortalizas y a cuidar el medio ambiente con procesos sencillos como la composta. "Vamos enseñando el crecimiento, la transformación de las plantas, la polinización y una vez que tengamos las hortalizas, se cosechan y los niños las comen en ensalada", comentó.
Aprendizaje multidisciplinario
El huerto ecológico surgió desde el año 2009 en colaboración entre la Unidad Mérida Cinvestav IPN, la AMC en su sección sureste y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (Seduma), como un modelo de educación transversal donde niños y niñas adquieren conocimientos de horticultura, botánica, cultura, historia, astronomía, matemáticas y medio ambiente a través de las prácticas de cultivo.
"Es importante investigar, promover y difundir las tradiciones, lenguaje, costumbres, valores y todas las formas de expresión de la identidad y la cultura yucateca, lo cual llevará a fortalecer la identidad, los valores socioculturales y ambientales", señaló Aldana Arana.
En promedio, 21 niñas y 19 niños han participado en cada sesión de los huertos educativos del presente año y desde 2009 son aproximadamente 30 niños los que han asistido a cada sesión durante el desarrollo del huerto.
"Normalmente te piden que los plantes, registres el crecimiento y algunas veces tener que regarlo, lo que me gustaría aprender es cómo ya se prepara lo demás de la tierra y cómo crecen todas las plantas", comentó Isabela Gutiérrez Ocaña, participante de los huertos educativos.
Un aspecto importante es que los padres y los hijos se involucran satisfactoriamente en las actividades, observándose en ellos motivación para la obtención y cuidado de un mayor número de hortalizas y despertando en los participantes una conciencia de la cultura ecológica, responsabilidad y competencia.
"Se ha logrado crear en ellos una cultura de producción sustentable al obtener alimentos orgánicos, lo cual llevará a una nutrición más saludable, al respeto por el medio ambiente, fomentando así el desarrollo de esta tecnología desde un mayor número de hogares", concluyó la investigadora.
Demián Nos Ocaña, estudiante de cuarto año de primaria, comentó que lo que más le gusta de los huertos educativos es que casi siempre pueden encontrarse caracoles en la tierra. "En mi opinión, el Cinvestav hace huertos para que los niños aprendan sobre crecimiento de las plantas, frutos, árboles, es bastante fácil pero tienes que hacerlo con cuidado, haces un huequito como de cinco centímetros con cualquier planta, metes las semillas y les pones una leve cantidad de tierra encima, después solo se riega y se espera que crezca. La primera vez que vine eran semillas, la segunda vez eran apenas unos tallitos, apenas salían, ahorita ya parecen plantas", comentó.
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