¿Cómo ha evolucionado la elección de pareja?
Por Paloma Carreño Acuña
Morelia, Michoacán. 26 de julio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Investigadores del mundo observan cómo ha evolucionado la elección de pareja. Los resultados muestran la relación que existe entre el Human Development Index con la percepción de belleza.
Los biólogos han observado esto desde hace mucho tiempo en diversas especies, pero actualmente, biólogos, psicólogos y antropólogos de más de 45 países colaboran en un mismo proyecto para entender cómo ha evolucionado la elección de pareja en los seres humanos, así como los factores que influyen en la percepción de belleza.
El doctor Jorge Contreras Garduño, del Laboratorio de Ecología Evolutiva de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia (ENES) y miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), es el coordinador en México de estos proyectos que lideran investigadores de Polonia, Inglaterra, Finlandia y Estados Unidos, con el objetivo de saber la evolución de la conducta y selección sexual humana.
Ellos utilizan una serie de encuestas aplicadas por países en su idioma originario, la información que obtienen se cuantifica y se reenvía a los países para que lo interpreten en función de otros datos. Además, se lleva a cabo en varias naciones para controlar el efecto de la cultura.
¿Cómo elegimos pareja ?
Al elegir pareja entran en juego diversos factores, pero existen algunos que no sabemos que impactan en nuestra decisión porque no son razonados, señala el investigador, sino que forman parte de nuestra configuración, “derivan de una herencia biológica que viene desde nuestros antepasados”, afirma.
Es el caso del rostro, el olor y la forma del cuerpo que, aunque son parte de un estereotipo de belleza, principalmente son un reflejo de qué tan saludables somos y hace que nuestro cuerpo se sienta atraído por otros de forma inconsciente. Las variables son las siguientes.
Rostro
La forma del rostro indica los niveles de testosterona o estrógeno que tiene una persona, y esto sobre todo se observa en la forma de la mandíbula, señala el doctor Jorge Contreras. “En los hombres la testosterona forma una mandíbula casi cuadrada, mientras que en las mujeres es mucho más estrecha por el estrógeno”.
Esto provoca que a mayor presencia de esta hormona, más se verá reflejada en el rostro y por tanto más atractiva será la persona; pero también, a lo largo de la evolución, nuestro cerebro ha detectado un rostro cuyo cuerpo posee altos niveles de cortisol, es decir, la hormona del estrés. Entonces, sin estar conscientes, detectamos qué tan saludable o estresada es nuestra potencial pareja.
Cantidad de recursos
Muchas veces se ha hablado del dinero como uno de los factores que determinan elegir una pareja; sin embargo, ¿podrías imaginar que la cantidad de recursos también forma parte de la herencia biológica?
Los científicos concluyen que sí, “las personas consideran la cantidad de recursos para seleccionar una pareja y esto tiene un origen biológico. Las mujeres solían elegir a las parejas más saludables porque así garantizarían que sus hijos fueran saludables, y una forma de incrementar la salud es a través de la cantidad de recursos disponibles de una persona”.
Esta es una conducta que también se ha observado en otros animales, señala el investigador. Es el caso de los venados hembra que, al elegir a los machos más fuertes, indirectamente eligen a los machos que controlan el acceso a los mejores pastos, así que ellas y sus hijos tendrán el alimento garantizado.
Creatividad
Se obtuvieron algunos datos con esta investigación para medir la creatividad y relacionarla con la conducta, para que se pudiera observar si es un factor relevante al momento de elegir pareja, para lo cual se utilizaron pruebas de dibujo con formas básicas en más de nueve idiomas. Se descubrió que no solo en los seres humanos la creatividad es un factor importante, sino también en otras especies de animales como peces, aves y otros primates.
“La creatividad es un efecto de la inteligencia, y este es un factor que asegura la supervivencia. Eso pasa con los peces, donde las hembras eligen a aquellos machos con los cerebros más grandes y complejas habilidades cognitivas”, señala el doctor.
Competir y elegir
Se puede observar que en la mayoría de las especies existen diferentes rituales para verse atractivos ante las hembras, porque son ellas las que seleccionan al macho con el que habrán de reproducirse.
¿Has escuchado alguna vez decir que alguien se pavonea como pavorreal? Eso es porque los pavorreales utilizan la técnica del pavoneo para mostrar sus plumas a la hembra y moverlas para que suene una especie de susurro. Este tipo de rituales es muy común entre los animales y, al igual que en nuestra especie, se le llama cortejo.
Jorge Contreras Garduño señala que en la mayoría de las especies el macho es el que compite y la hembra es la que elige, debido a que generalmente la hembra es la que más invierte en la salud de los hijos, mientras que el macho puede hacerlo o no dependiendo su especie e historia de vida. “Al ser la hembra la que más invierte, ella cuida la elección que va a tomar de forma que asegure la supervivencia de sus crías”.
Existen especies como algunas chinches o aves, donde los machos son los que más invierten en los hijos, por lo que son ellos los que eligen pareja, mientras que las hembras pelean por ellos. “Con esto se llegó a la conclusión que la elección de pareja recae en el sexo que más invierte en los hijos”.
Elección mutua
En el caso del ser humano lo anterior sonaría extraño en pleno siglo XXI, donde se libran grandes batallas por la igualdad sustantiva.
En la actualidad, la mujer sigue invirtiendo más en el cuidado de los hijos, datos de ONU Mujeres señalan que el promedio de tiempo dedicado a los cuidados asistenciales y el trabajo doméstico no remunerados supera el triple para las mujeres que para los hombres, en un estudio en que se incluyen 83 países. Los datos disponibles indican que el tiempo que se dedica a tareas domésticas, entre las que se encuentra el cuidado y educación de los hijos, es mayor en mujeres que en hombres.
Biológicamente hablando, esto justificaría que ellas elijan y los hombres compitan; sin embargo, los científicos de este grupo conformado por más de 70 investigadores de todo el mundo, afirman que la elección de pareja en el ser humano es mutua.
Mujeres eligiendo hombres
Una de las características de la elección biológica es que está sujeta a las características del entorno, como el clima, los depredadores, la escasez de recursos y, principalmente, la incidencia de parásitos.
Tomando en cuenta datos de 16 países, han descubierto que eso también pasa en los seres humanos, las investigaciones arrojan que existe una tendencia mundial al momento de elegir pareja: las mujeres eligen rostros cada vez más masculinos. Sin embargo, los investigadores encontraron variación entre países y se preguntaron la razón.
Encontraron la respuesta al cruzar con los datos del Human Development Index y el National Health Index (NHI).
“En aquellos que tienen menos índice de desarrollo humano (educación, salud, ingreso económico y esperanza de vida), hay una tendencia por elegir los rasgos faciales más masculinos, por ser el reflejo de la cantidad de testosterona en el hombre”.
Señalan que esto se debe a que la masculinidad se asocia con una mayor competencia por recursos, salud y menor cantidad de parásitos y, por tanto, una mayor expectativa de vida en este ambiente. “Los parásitos son un factor que moldea las preferencias de pareja de diversas especies. La tendencia que observamos a la hora en que las mujeres eligen un hombre es: a menor nivel en el índice de desarrollo, mayor es la elección por la cantidad de testosterona”.
Se observó que es inversamente proporcional, ya que los países con más alto grado de desarrollo no consideran tanto el factor de la masculinidad en los rasgos faciales a la hora de seleccionar pareja.
“Si bien la desigualdad del ingreso nacional, un indicador de la competencia hombre-hombre, fue un predictor más fuerte de las preferencias de la mujer por la masculinidad que NHI, estos hallazgos no se replicaron en muestras regionales y transculturales posteriores, mostrando que la salud nacional era un mejor predictor de las preferencias de masculinidad”.
Hombres eligiendo mujeres
El estudio anterior llevó a los investigadores a preguntarse qué eligen los hombres de las mujeres con respecto a la feminidad. Aquí tomando en cuenta 28 países, surgió una diferencia significativa con el estudio realizado en los hombres.
Las preferencias individuales para la feminidad se calcularon como la proporción de imágenes feminizadas seleccionadas entre 20 pares de imágenes. “Obtuvimos respuestas de mil 972 varones heterosexuales de entre 18 y 45 años de 28 países”, señaló.
“Existe una tendencia biológica general a optar por los rostros femeninos, independientemente del índice de desarrollo; sin embargo, se observó y comparó con los datos del National Health Index y se descubrió que la salud es uno de los elementos más relevantes a la hora en que los hombres eligen pareja: a menor índice de salud, menor elección de rostros femeninos”.
El grupo de investigadores observó que dado que la feminidad se asocia con calificaciones más bajas de fuerza en mujeres, es posible que en ambientes hostiles los hombres tengan preferencias más fuertes por señales para la adquisición efectiva de recursos, supervivencia y potencial de retención en lugar de alta fecundidad.
“De hecho, estudios previos en zonas rurales de Jamaica y la zona rural de Bangladesh encontraron que los hombres en entornos más hostiles muestran preferencias de feminidad inusualmente débiles o ausentes”.
Aquí la tendencia es directamente proporcional, el grupo de científicos afirma que en los lugares donde existen mayores riesgos de salud, se eligen rostros menos femeninos porque reflejan más fortaleza y, por tanto, más capacidades de supervivencia a las condiciones adversas de vida.
“Hasta donde sabemos, nuestro estudio es el primero en cuantificar la variación geográfica en las preferencias de los hombres hacia la feminidad facial. Los hombres de los 28 países preferían las caras femeninas a las masculinas; sin embargo, la fuerza de estas preferencias varió significativamente”.
Expone que a medida que aumentó el NHI, también lo hicieron las preferencias por la feminidad facial. Aunque los encuestados pertenecen a diferentes grupos étnicos y todas las caras de los estímulos femeninos eran caucásicas.
“Usamos el índice de salud nacional (NHI) como una medida de la salud de la nación, por lo que los puntajes altos de NHI reflejan una mejor salud. Otras variables explicativas fueron el ingreso nacional bruto (INB) y la proporción de sexos”.
Elección mutua de pareja
Habiendo definido las variables de elección de pareja en cada sexo, los investigadores se preguntaron si existe una elección mutua de pareja y de existir, cuál es la tendencia mundial. Los datos recopilados de 14 mil 500 personas de 45 países fueron acompañados de un modelo matemático para predecir si estas preferencias podrían ser heredables.
“En primer lugar, en todos los países encontraron una preferencia por afinidad selectiva en términos de personalidad en general, es decir que a nivel mundial elegimos a las personas con personalidad similar a la nuestra y el modelo matemático reveló que estas preferencias podrían ser heredables”.
Esto podría derivar en una coevolución de nuestras preferencias sexuales y podría ser así desde hace varias generaciones, por lo que no sería un atributo de la cultura actual, señala el investigador.
Sin embargo, el estudio también mostró variaciones dependiendo el país, y tal vez en cada uno hay condiciones que generen que la elección recaiga más en un sexo que en otro, por lo que sería interesante ver el papel de los índices de desarrollo humano y salud nacional para saber qué papel juega el ambiente en la elección mutua de pareja.
“Esta investigación debe continuar para considerar factores como las rupturas de la vivencia de la orientación y expresión sexual, considerando que cada día disminuyen los esquemas en los que se basa la feminidad y la masculinidad, generando una restructuración en las formas en que se selecciona pareja”, afirmó el investigador.
• Dr. Jorge Contreras Garduño
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