Bioequivalencia y biodisponibilidad en la industria farmacéutica
Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 6 de mayo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Ante la necesidad de ofrecer confiabilidad a los consumidores, así como fomentar el trabajo científico para garantizar la calidad de servicios y productos de la industria farmacéutica, el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Enfermedades Crónicas, A.C. (Cindetec) cuenta con un área que realiza estudios de bioequivalencia y biodisponibilidad de medicamentos de innovación y genéricos.
La directora biomédica de Cindetec, Beatriz Salcedo Chávez, explicó que este centro cuenta con laboratorios especializados que desarrollan un trabajo científico avalado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), donde se realizan los estudios de bioequivalencia e intercambiabilidad de los fármacos genéricos que requieren los laboratorios farmacéuticos para solicitar el registro sanitario de sus productos y colocarlos en el mercado.
“Para hacer este tipo de estudios realizamos protocolos de investigación clínica donde se evalúa la farmacocinética comparativa del producto de prueba a evaluar y el producto de referencia, tomando en cuenta las características del medicamento, el protocolo generado, el cual es un documento que es revisado y aprobado por el comité de investigación, el comité de ética y la misma Cofepris. Actualmente Cindetec cuenta con una unidad analítica y otra clínica para hacer las evaluaciones de medicamentos innovadores o genéricos”.
Señaló que, con la autorización y seguimiento de la Cofepris, se llevan a cabo protocolos en poblaciones de estudio, que son seleccionados por sus características física y de salud.
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“Nos regimos por la Norma Oficial Mexicana NOM-177-SSA1-2013, que establece las pruebas y procedimientos para demostrar que un medicamento es intercambiable. Ahí se establece una serie de requisitos que debe cumplir la población de estudio para ser reclutados, por esta razón se solicita la participación de voluntarios sanos, los cuales de manera general no deben de presentar alguna enfermedad, tener un rango de edad específico, que no estén consumiendo ningún medicamento de manera crónica, o bien drogas de abuso, entre otros criterios. Como el motivo es la evaluación de dos medicamentos, necesitamos que la diferencia que exista entre ambos medicamentos, representado en los datos estadísticos, sea solo por la formulación del fármaco y no por otros factores”.
Advirtió que estos estudios son sumamente controlados en todas sus variables, desde el aspecto principal de seguridad de los voluntarios sanos o sujetos de investigación hasta las condiciones del experimento.
“Con estos voluntarios sanos o sujetos de investigación, se lleva a cabo una serie de estudios de laboratorio clínicos para verificar que cada uno de ellos cumple con los criterios de inclusión, todo aquel sujeto de investigación o voluntario firma una carta de consentimiento informado. En el estudio clínico trabajamos con algunos diseños estadísticos, como por ejemplo un estudio cruzado 2 x 2, en cada fase se evalúa uno de los dos medicamentos. El mismo voluntario toma los dos medicamentos. Son poblaciones muy pequeñas en las que hacemos estos estudios, pero como son su propio control disminuye la variabilidad”.
Salcedo Chávez explicó que este centro de investigación cuenta con instalaciones donde a los voluntarios que participan en el estudio se les realiza una vigilancia médica.
“Normalmente los estudios se desarrollan en poblaciones mixtas, aunque hay unos que, por seguridad, se realizan solamente en hombres o en mujeres. Tenemos dormitorios y un área de urgencias, además de que establecimos un convenio con un hospital de la ciudad y ambulancias que están a disposición de los sujetos de investigación”.
Indicó que para el reclutamiento se cuenta con un encargado de comunicación que establece la convocatoria a través de redes sociales o invitaciones personales.
“Esto es algo novedoso en la zona del Bajío. La población no tiene mucho conocimiento respecto a estos laboratorios acreditados, por lo que en ocasiones el reclutamiento se complica. Esta es un área muy importante en la investigación médica, por lo que es esencial fomentar su conocimiento en esta zona del país”.
Salcedo Chávez aseguró que el nivel de riesgo para los voluntarios en estos estudios es muy bajo, dado que se trata de medicamentos ya conocidos en el mercado; no obstante, se cuenta con todas las normas de seguridad desde el punto de vista clínico ante algún evento adverso aislado y un compromiso ético para cuidar la integridad física de los voluntarios.
“Dependiendo del fármaco se establecen tiempos de muestreo o de toma de muestra, donde se extrae sangre a los voluntarios, que se pasa a la parte analítica para separar el plasma, se resguarda y una vez que se tienen todas las muestras de estudio se hace una determinación del fármaco con un método analítico ya desarrollado. A los interesados se les ingresa un día por la tarde, al siguiente día se realizan las pruebas del medicamento y las muestras de sangre para egresarlos al día siguiente. Se establecen siete o hasta 14 días de lavado, según sea la vida media del fármaco, en el que dejamos que el organismo deseche el medicamento para realizar una segunda fase”.
El trabajo de laboratorio en Cindetec
El coordinador de laboratorio en Cindetec, José Luis Estrada Tevera, explicó que en los desarrollos analíticos que se realizan para las pruebas de formulación, se compara el medicamento genérico o novedoso con uno líder en el mercado y se revisa su comportamiento.
“Las principales pruebas que se llevan a cabo son perfiles de disolución, una prueba in vitro que simula el comportamiento que va a tener el medicamento in vivo. Otras pruebas que hacemos para liberar el producto son valoraciones, disolución, uniformidad de contenido y estabilidad. Para ello, utilizamos un equipo de cromatógrafos de líquidos (HPLC, por sus siglas en inglés), además de disolutores, donde colocamos un medio que simula las condiciones gastrointestinales con diferentes pH, dependiendo el medicamento”.
El director del grupo Galenin Pharma, una de las dos empresas asociadas para la creación del Cindetec, Rubén Velázquez Hernández, abundó que el trabajo de laboratorio implica además el análisis por espectrometría de masas triple cuadrupolo, con una gran sensibilidad para la cuantificación de fármacos en plasma, suero o cualquier matriz biológica.
“Tenemos la capacidad para cuantificar desde microgramos hasta femtogramos, lo que es equivalente a una milbillonésima parte de un gramo. A los voluntarios se les proporciona el medicamento que se está estudiando para después extraer una pequeña cantidad de sangre durante un periodo de tiempo, para construir una curva gaussiana, donde se cuantifica la concentración máxima, la absorción y la eliminación del producto con base en dosis-tiempo”.
Puntualizó que, posteriormente, esas muestras se procesan para obtener el plasma, que se analiza con los equipos de espectrometría de masas antes mencionados.
“La cantidad que resulta en el torrente sanguíneo es la que nosotros identificamos y cuantificamos. La espectrometría de masas identifica el compuesto que estamos buscando —que es el principio activo— y establece la cantidad con base en los rangos de medición. Son equipos muy sensibles que, además del análisis de fármacos, tienen otras aplicaciones industriales en áreas como la toxicología, contaminantes o pesticidas, entre otras”.
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