Simón Barquera Cervera y la nutrición en México
Por Génesis Gatica Porcayo
Ciudad de México. 5 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Fue en la década de los años 80 cuando en México se presentó una transición en el consumo de alimentos. Estudios registraron que había aumentado considerablemente el consumo de bebidas azucaradas y refrescos, "la gente estaba comiendo menos verduras y alimentos básicos y más comida ultraprocesada como los alimentos instantáneos, comida rápida y un consumo indiscriminado de bebidas azucaradas", afirmó el científico mexicano Simón Barquera Cervera.
Con una amplia trayectoria, Barquera Cervera obtuvo este año un reconocimiento internacional que destaca el impacto de sus contribuciones como investigador en las áreas de nutrición y salud pública, el Friedman School Alumni Association 2016 Nutrition Impact Award que otorga la Asociación de Alumnos de la Escuela Friedman de la Universidad de Tufts, localizada en Somerville/Medford, cerca de Boston, Massachusetts.
Actual director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (Cinys) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Simón Barquera también es líder de la línea de investigación en obesidad, diabetes y riesgo cardiovascular. Ha dedicado gran parte de su vida a la investigación epidemiológica de la nutrición en México.
Según dijo en entrevista, se incorporó al equipo del INSP alrededor del año 1998, cuando la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición estaba por llevarse a cabo y en donde comenzó trabajando en los aspectos dietéticos y de la epidemiología de obesidad en el país.
Es egresado de la carrera de médico cirujano por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Xochimilco, con maestría y doctorado en la Escuela de Nutrición Humana de la Universidad Tufts en Boston.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, platicó sobre la situación nutricional en México y el premio que recientemente le fue entregado en Boston, el cual se otorga a un miembro de la Universidad de Tufts por sus contribuciones sobresalientes al campo de la nutrición, al destacar la creatividad, innovación y experiencia en su trabajo.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es el Friedman School Alumni Association 2016 Nutrition Impact Award y de qué trata?
Simón Barquera Cervera (SBC): La Escuela de Ciencia y Política Nutricional Gerald J. y Dorothy R. Friedman da un premio anual a investigadores cuyo impacto en el campo de la nutrición ha sido sobresaliente. Este año tuve el honor de ser nominado por el consejo y fui a recibir el reconocimiento a la Biblioteca Pública de la ciudad de Boston. Considero este premio una gran motivación y un reconocimiento al trabajo de los investigadores en nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública. Nos da mucho gusto que a 15 años de haberse formado el Centro de Investigación en Nutrición y Salud nos encontremos cosechando frutos de este trabajo.
AIC: ¿En qué consiste la línea de investigación a la que se ha dedicado?
SBC: He trabajado mucho los aspectos de la dieta y obesidad desde que me incorporé al equipo del INSP en 1998, cuando se iba a hacer la segunda Encuesta de Salud y Nutrición, este tema fue mi principal interés y lo que encontramos en aquel tiempo fue que había un gran consumo de bebidas azucaradas y una gran prevalencia de sobrepeso y obesidad. Para las siguientes encuestas, vimos que la prevalencia de sobrepeso y obesidad estaba aumentando considerablemente. Desde entonces he dedicado mucho tiempo de mi carrera a investigar los determinantes de estos padecimientos.
AIC: ¿Qué se encontró en esas investigaciones?
SBC: Investigamos sobre qué estaba pasando con la dieta de los mexicanos y lo que se encontró fue que había aumentado mucho el consumo de bebidas azucaradas y refrescos, la gente estaba comiendo menos verduras y alimentos básicos y más comida ultraprocesada como los alimentos instantáneos, comida rápida y un consumo indiscriminado de bebidas azucaradas, siendo la década de los años 80 donde se hace esta transición en el consumo de bebidas. Posteriormente quisimos comprender algunos determinantes de este fenómeno, por lo que comenzamos a evaluar la relación entre la publicidad sin control y el consumo de este tipo de alimentos y bebidas chatarra. Se logró documentar dicha relación y vimos que en el resto del mundo también había evidencia que los refrescos y las bebidas azucaradas eran responsables de diabetes, hipertensión, obesidad, etcétera, lo que derivó en otros estudios pensando en cómo podríamos reducir el consumo de bebidas azucaradas.
AIC: ¿Hallaron la manera de reducir este consumo?
SBC: Consideramos que era indispensable aumentar la disponibilidad de agua potable. En las escuelas se redujo el acceso a bebederos en los últimos años y las cooperativas se enfocaron en la venta de refrescos, jugos, néctares y otras bebidas azucaradas, por demás nocivas para la salud. Por lo que el INSP desarrolló una iniciativa para crear guías de alimentación saludable en las escuelas y recomendaciones de hidratación para una vida saludable.
Estos y otros esfuerzos acabaron por contribuir a una serie de intervenciones en escuelas primarias, así como a la iniciativa de impuestos a refrescos. En 2008 hicimos un análisis donde se concluyó que un impuesto a las bebidas azucaradas podría reducir su consumo. También publicamos un estudio que documentó que México era uno de los países con mayor índice de mortalidad por diabetes en el mundo.
Diversos legisladores, partidos políticos, activistas y ONG apoyaron estos esfuerzos y contribuyeron a impulsar el impuesto a refrescos y comida chatarra actualmente en vigor.
AIC: ¿En qué otros temas se han enfocado sus investigaciones?
SBC: Estamos evaluando la publicidad dirigida a niños y las etiquetas de comida chatarra, así como investigaciones enfocadas en detectar y detener la retinopatía diabética. Esta es básicamente el área donde he estado trabajando en los últimos 18 años y en este tiempo hemos cosechado muy buenos resultados, ya sabemos mucho de la diabetes así como de la obesidad, sabemos por qué ocurre, hemos podido cambiar leyes y sacar lineamientos para que no se vendan productos no saludables en las escuelas. Gran parte de esto se debe al trabajo del equipo del cual yo formo parte.
AIC: Siendo médico cirujano, ¿cómo decidió especializarse en el ámbito de la nutrición pública?
SBC: Manejo un enfoque epidemiológico que tiene sus determinantes clínicos, pero mi interés por la nutrición se derivó de mis actividades durante el año de servicio social en la UAM, ya que ahí tuve la oportunidad de trabajar en este tipo de proyectos que exploran los determinantes de la salud. Además de eso, otra gran motivación fue que mi padre es médico y se dedica a ver este tipo de casos, aunque yo preferí concentrarme en la perspectiva poblacional en lugar de hacerlo a nivel clínico.
AIC: ¿Cómo considera que en el futuro estas investigaciones contribuyan a la sociedad?
SBC: Todos estos datos en los que se ha estado trabajando, sirven para identificar oportunidades de acción que a nivel de política de salud representen alternativas para cambiar el panorama de nutrición en México. Considero que si estas políticas de salud en las poblaciones se implementan de manera adecuada, se pueden salvar muchas vidas.
AIC: ¿En qué consisten sus siguientes proyectos?
SBC: Estamos trabajando en diferentes temas, actualmente soy investigador principal de una iniciativa que tiene por objeto comparar el etiquetado en comida chatarra, así como los anuncios publicitarios de este tipo de alimentos en diferentes países, con ello podremos comparar indicadores de progreso y de políticas para la prevención de la obesidad en países como Argentina, Chile, Costa Rica y Guatemala.
Colaboro también en una investigación con la Universidad de California para hacer un proyecto de retinopatía y nefropatía que ayudará a las personas con bajos recursos en México a que estos padecimientos sean detectados a tiempo, tratados y prevenir complicaciones como la ceguera y el daño renal provocado por la diabetes. El proyecto se encuentra por el momento en una fase muy pequeña, hemos evaluado a 14 mil personas de bajos ingresos y estamos en el proceso de tratarlos y darles atención, lo cual permitirá saber el costo y el proceso para hacer este programa de tratamiento a nivel nacional y así disminuir la tasa de estas complicaciones en México.
Dr. Simón Barquera Cervera, MD, MS, PhD Investigador nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ICM-F Av. Universidad No. 655. Col. Sta. Ma. Ahuacatitlán Cuernavaca, Mor., C.P. 62508, México
+777 329 3017 / Fax +777 311 2219
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