Estudian alta dependencia al tabaco en esquizofrénicos
Por Violeta Amapola Nava
Ciudad de México. 11 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El tabaquismo es un grave problema de salud pública que propicia en la población el desarrollo de cáncer, enfisema pulmonar y enfermedades cardiovasculares. Abandonar este nocivo hábito es algo recomendado por los especialistas de la salud, pero para las personas que viven con esquizofrenia dejar de fumar es mucho más difícil que para el resto.
Mientras que en la población general, el consumo de tabaco se presenta en 25 por ciento, en la población con esquizofrenia esta cifra se eleva hasta 80 por ciento, comenta el doctor en ciencias médicas y psiquiatra Humberto Nicolini, subdirector de Investigación Básica del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen).
“Las cifras son muy impactantes. En Estados Unidos casi la mitad de los cigarros que se venden los consume alguien que tiene un diagnóstico psiquiátrico. Esto no indica que la mitad de los fumadores tenga problemas de salud mental. Pero sí nos dice que las personas con estos problemas fuman mucho más. Una persona que fuma más de una cajetilla al día, es muy probable que tenga un diagnóstico psiquiátrico”.
Para conocer el porqué de los altos niveles de dependencia al tabaco en personas con esquizofrenia y de su alto número de recaídas durante periodos de abstinencia, se han formulado teorías que proponen que la nicotina podría estar mejorando algunas funciones cognitivas en las personas con la enfermedad, principalmente en la atención y la memoria de trabajo, explica el investigador.
En el Inmegen, con el objetivo de conocer más acerca de este fenómeno, se realiza un proyecto de investigación encaminado a evaluar los efectos de la nicotina en ratas que han sido alteradas para presentar una condición que simule la esquizofrenia en humanos.
La esquizofrenia
Para Humberto Nicolini, la esquizofrenia es probablemente la enfermedad más representativa de los trastornos mentales porque se percibe como el equivalente a lo que llamamos locura.
Generalmente, la esquizofrenia se presenta en la adolescencia tardía o en el inicio de la vida adulta y tiene una serie de síntomas denominados psicosis. Cuando la psicosis se presenta, la persona suele tener una percepción anormal de la realidad, caracterizada por la presencia de alucinaciones. Las personas realmente escuchan voces que no existen, ven o sienten cosas que no están ocurriendo.
En relación con estas alucinaciones, la persona arma una construcción cognitiva, serie de pensamientos con los que integra su propia explicación de lo que está sucediendo. A esto es a lo que se le llama delirio, detalla el investigador.
Además de los síntomas psicóticos, los pacientes con esquizofrenia pueden presentar problemas de cognición. Principalmente deficiencias en la atención o en algunas características de la memoria, como la memoria de trabajo que se utiliza para ejecutar funciones que ya se han aprendido.
La esquizofrenia afecta a uno por ciento de la población y tiene un carga genética muy grande. Su heredabilidad o coeficiente de carga genética llega a ser mayor a 85 por ciento, explica el psiquiatra.
Simulando la esquizofrenia en ratas
Una de las grandes limitantes que se presentan en el estudio de la salud mental es la dificultad de acceder al cerebro, órgano blanco de la enfermedad. Es difícil tener bancos de cerebro, porque además del órgano se requiere la historia clínica de la persona. Poder acceder al cerebro y su historia clínica es lo que permitiría conocer los genes involucrados y la manera como se expresan, el proteoma, el metaboloma, el conectoma, comenta Humberto Nicolini.
“Aunque existen las nuevas técnicas de neuroimagen, los estudios son caros y el equipo muy exclusivo. Es por ello que el uso de modelos animales es de gran utilidad, pues permite tener la representación de la enfermedad en una rata, por ejemplo, y después tener acceso al tejido del sistema nervioso”.
Pero replicar una enfermedad tan complicada como la esquizofrenia en una rata no es sencillo. Sobre todo porque se está haciendo en un mamífero no verbal. ¿Cómo saber que el animal realmente está alucinando o que está teniendo un delirio?, puntualiza el investigador.
Lo que se hace en el Inmegen, y en otros grupos de investigación en el mundo, es lesionar con ácido iboténico una región del hipocampo ventral en las ratas recién nacidas. La zona del cerebro alterada es muy importante en la coordinación de procesos de memoria.
La lesión cerebral no produce alteraciones observables en el desarrollo temprano de la rata. Pero cuando los animales ingresan a la vida adulta comienzan a presentar una serie de síntomas que se pueden relacionar con la esquizofrenia en humanos. Por ejemplo, se aíslan socialmente, tienden a ser más irritables en el contacto con otras ratas, fallan en pruebas de la memoria de trabajo y tienen problemas de filtrado atencional.
“Al ponerles varias pruebas de atención, las ratas no filtran correctamente lo que está en su entorno, que es lo que se piensa que está pasando durante las alucinaciones. La persona no está filtrando de manera normal lo que percibe, por lo que no puede jerarquizar lo que está captando. Empieza a oír murmullos y piensa que están hablando de él, cuando en realidad está en un lugar donde hay murmullos porque hay mucha gente hablando”, comenta Humberto Nicolini.
Dilucidando el porqué de la adicción al tabaco
Ya que se ha logrado en las ratas mimetizar la esquizofrenia humana, se analiza el efecto de la administración parenteral de nicotina de manera crónica y de manera aguda. Esto para poner a prueba la teoría de que la nicotina tiene efectos benéficos en la actividad cognitiva de las ratas con el modelo de esquizofrenia.
Una de las teorías que explica por qué están fumando tanto las personas con esquizofrenia es que los está beneficiando a nivel cognitivo, mejorando la capacidad de filtrado atencional; aunque esto para nada desaparece los efectos nocivos de la nicotina como el enfisema, los daños cardiovasculares y el cáncer.
Los resultados preliminares de la investigación apuntan a que la capacidad de atención y la memoria de trabajo mejoró en las ratas con el modelo animal de esquizofrenia sometidas a la administración aguda de nicotina, comparadas con las que no tenían el modelo o a las que no se les administró la nicotina.
“Esto refuerza la idea de que probablemente las personas con esquizofrenia al entrar en contacto con la nicotina perciben una mejora en la cognición. El consumo no es un simple entretenimiento”.
El futuro de la investigación
En colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se han realizado estudios de resonancia magnética que permitieron observar cambios en el cerebro de las ratas a nivel estructural. Junto con el doctor Sacristana, de la UAM, se observó un alargamiento de los ventrículos cerebrales, que se ha detectado también en humanos con la enfermedad.
Pero el proyecto se encuentra en la fase de análisis en cuanto a los estudios que permiten detectar cambios en la conectividad cerebral de las ratas.
Humberto Nicolini detalla que, aunque ya hay casas farmacéuticas que están buscando medicamentos que actúen sobre el mismo sistema en el que actúa la nicotina para mejorar la cognición, esquizofrenia y Alzheimer, las etapas de la investigación aún son muy tempranas.
También hace énfasis en que el tabaquismo es un gran problema de salud pública y que de ninguna manera es recomendable para las personas con esquizofrenia, o para persona alguna, utilizar el cigarro como medio para mejorar la cognición.
Entender mejor a las personas que fuman y tienen esquizofrenia ayudará a idear un abordaje diferente para que las personas dejen el cigarro. Estas personas sufren ya de una estigmatización bastante fuerte y a esto se le agrega su alto nivel de dependencia al tabaco.
“No se trata de decirles simplemente ¡dejen de fumar!, se deben buscar alternativas para mejorar su condición cognitiva pero que no los expongan, como la nicotina, a los problemas de salud”, concluye Humberto Nicolini.
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